Perdón por esto y por todo lo demás. Feliz año nuevo a todos, y disculpen también si me olvido de alguien

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G.

300

Allí estuvieron 300.
Madres y padres de familia, hijas e hijos, incluso un perro.
En los llamados Pórticos, bajo las mismísimas banderas de La Manga Club que marcan el inicio de los territorios a mantener y reconquistar, se dispusieron a partir en busca de la gloria.
Los dioses fruncieron las más grises barbas sobre las cabezas de los caminantes, sorprendidos por la gallardía de estos hombres y mujeres envueltos sin desmayar en una lucha desigual contra el enemigo, y les encapotaron el angosto camino de negros augurios.
Los dioses no entienden de buenos ni malos.
Quien sobrevive a sus designios prevalece, desee lo que desee.
Y bajo el cielo negro y un viento de cuchilla que cortó a todos estos que dieron la cara se inició la marcha. Sus estandartes fueron rojos, verdes y hasta blancos y formaron un mosaico colorido que hizo palidecer de vergüenza los imponentes terrenos colindantes a cada paso propio en pos de lo improbable.
Hombro con hombro calentaron esa gélida mañana con sus deseos.
A los ausentes les continúan subiendo los colores el fuego de sus brasas en el calor del hogar, inconscientes de que son los que marcharon los que arden en un candil y azuzan sus veneradas hogueras.
Nadie recordó a los que no estuvieron pues si no están no son, sean lo que sean, y a paso lento, el paso lento de los firmes, recorrieron metro a metro bajo la atenta mirada de los guardias servidores de la ley civil que los escoltaron para ninguna otra cosa que dejar constancia a estos 300 del poder contra el que día a día se enfrentan.
Pero estos guerreros no ansiaron ayer, y aún, cosa que les honra a ojos de muchos, la sangre del enemigo, pues saben que su lucha también va más allá de lo material, más allá de lo que se puede ver o tocar.
Esta lucha también es metafísica.
Y eso que la dignidad humana se podía perfectamente palpar entre los cuerpos que estuvieron presentes.
Estos 300 caminaron ayer y seguirán caminando mañana.
Es ahora cuando tienen que arrebatarles las espadas a sus verdugos y a sus víctimas, y ser dueños de su camino y destino, pues son suyos y nadie se los puede marcar.
Nadie. Ni los verdugos, ni las víctimas.

La Manga Club Blues. Hoy: MANIFESTACIÓN 11.30


Manifestación, Delesio Antonio Berni, 1934
"... todo arte y todo artista son, en última instancia, políticos."

Felices fiestas desde La Manga's Future Club



Aspecto que podría tener un complejo que yo me sé tras la manifestación del 27 de diciembre 2008.

Estimados pasajeros de La Manga Club Blues: se ha de realizar una parada de emergencia en el Cruce de caminos. Disculpen las molestias ocasionadas.

Se encontrará en el Cruce de caminos justo detrás de esto.

El esperma que viene

En estas oscuras horas los miembros del comité ejecutivo se reúnen en casa del director general, el Señor Bowling for La Manga, y juegan al amigo invisible. Beben Jumilla, ríen y se lo pasan pipa hablando en idiomas diferentes. Son los mismos momentos en que la mayoría de los afectados por el expediente de regulación de empleo, o más bien despido colectivo, se quiebra por enésima vez la cabeza pensando en cómo salir del atolladero en que se hallarán de aquí a unas semanas.
En la villa alquilada a cuenta del hotel, nada les preocupa salvo desentrañar quién habrá sido su amigo invisible. Fuera de la peaso casa hace frío, viento y está la cosa negra.
Colaso, el autor de gran parte de la fatídica lista de gente a desemplear, no ha podido acudir por razones de peso, pero ya lo ausentaron esta mañana sus compañeros. Nadie de la gente importante de la casa está preocupado por su ausencia. Las féminas incluso se sienten aliviadas de no tener que esquivar su mirada de un lascivo nada cómico y desvergonzado incluso para ellas acostumbradas al sexo más duro e inmoral.
Antes de iniciar el ritual de aquelarre habitual en el que invocan al dinero macho cabrío, se dan el gusto de degustar el postre a base de mermelada de pétalos de Amapola sobre entrañas de Colaso, pero ya comienzan con lo más esperado de la noche, ya que esta noche habrá algo más que la simple invocación.
Un señor bastante dañino y llanito al que le dicen Señor de la(s) Raya(s) en medio, ocupado generalmente en dar por culo profesionalmente a todo aquel bajo su cargo de Rector (de recto, se entiende) de Cuchitriles, comienza a desvestir al transexual menopaúsico, sin carga de hijos indeseados pero con cargo de Directora de Mercadeo Absurdo, a base de dentelladas dignas de babuino gibraltareño. La trans(también génica)sexual no se enoja al verse amputada de un pecho por la voracidad de ese señor, pues de todos formas ella, con la maldad que atesora, no habría tardado en desarrollar ese cáncer que la acompaña a todos lados.
Mientras, el resto rechina los dientes al haber olido sangre, aún de su propia calaña.
Un tipo de lo más bizco, el señor Antonio Dios de las Finanzas, se cojea hasta el tocadiscos de la para ellos duradera época dorada sobre los raíles de su tren de vida enlucido con billetes de los de dos ceros. Su última desfachatez ha sido darles a elegir a los trabajadores si quieren cesta de navidad o no. O no, en serio, ha dicho o no.
Pone a sonar "Sympathy for the devil" y estas otras satánicas majestades caen todas juntas en éxtasis. El señor ya no mandamás por obra y gracia de unos jueces, el mismo que cree ejercer su cargo de director general, que se emborrachó a cuenta del hotel en el bar con piano de allí por valor de 412 € en el transcurso de la mismísima primera noche tras ver la luz la lista de afectados junto a su mujer y el director del centro de las Pelotas, ese que se llama como el sol cuando a la luna se le canta Catalina y quien para mayor desgracia suya tiene como mujer a El Enanito (una señora histeriquísima y con menos dedos de frente que yo probablemente), inaugura el baile ritual con un pedo grandioso en mitad del salón.
En aquella otra mismísima noche también les acompañaba una cosa larga y francesa que aunque despedida a mes y medio vista no se la vio, a la cosa esa larga y probablemente con polla (pero sin huevos) y al que se conoce, casi tocayo mío, por el nombre de De le mar, le, no la como dije, notaron demasiado feliz con la situación, cosa poca sospechosa esta en realidad, pues ya le encontraron cobijo en otro hotel sobrecalificado. Pero volvamos a la noche de hoy.
El que hace de abogado del diablo, apreciado en su día por su falsedad y cercanía de procedencia, que trabajó cuarenta horas seguidas para que la famosa lista le cuadrara a él y a sus familiares, como siempre en un segundo plano lejos de los demás, observa y se masturba analmente con su cuello girado en ciento ochenta grados desde la distancia que le da su cuerpo cara a la pared. La espuma borbota de su boca como cuando da los buenos días a por ejemplo Secretakia, mamporrera habitual de día y también presente esta noche en sus funciones habituales.
Secretakia, con sus diez tentáculos que tiene por dedos capaces de alcanzar lo que se le ponga a la vista o fuera de ella, sujeta a la vez ahora todas las enormes pollas de los supermachos presentes y estas, estén donde estén sus bárbaros miembros, son guiados por Secretakia hacia el mismo orificio defecador del desproporcionadísimo becerro dorado que domina la estancia del salón principal del palacete.
Es tan grande el animal inanimado que en él caben tres campos de golf, ocho campos de fútbol, veinte bares o restaurantes, veintiocho pistas de tenis, trescientas sesenta y tres viviendas de alquiler diario, seiscientos empleados y dos mil metros cuadrados de Spa.
Los guiadores tentáculos también permiten a los no presentes en la casa-palacio Golfo de Camisas de Mantel de Mesa y Julio Esteroides sodomizar esta noche al becerro de oro.
Y a la vez todos se lo follan sin ninguna pizca de amor. Lo hacen al unísono en una coreografía mil veces ensayada. Esta noche con una fuerza inusitada e insoportable de la que da medida los terremóticos gemidos de la concurrencia.
Inevitablemente el orificio cede totalmente desgarrado cuando todas las mayúsculas pollas, bajo el chorro de los dos inmensos coños, están a punto de eyacular.
Ahí, del agujerísimo culo roto del becerrro de oro asoman las cabezas de los casi seiscientos empleados de La Manga Club, y sobre ellas recae una de las mayores corridas que nadie ha narrado jamás por estos lares. Parece ser que a estos últimos esto les gusta, puesto que se lo tragan todo. Todo, todo, todo.

Comentario no censurado aún por 'La Verdad'

LA “MAFIA CLUB” E “INMOGOLFOS, S.A”:
CÓMO “ROBAR” LEGALMENTE
15 definiciones muy útiles para incluir en nuestro diccionario personal:
1- Robar legalmente es conseguir un puesto a dedo, sin titulación para ello, sin haber hecho méritos para ello, sin haber pasado noches enteras estudiando, sin haber renunciado a salir por aprender y labrarse un futuro, sin pasar por un proceso de selección
2- Robar legalmente es usar tu posición para que tu familia opte a puestos de trabajo privilegiados sin someterse a un proceso de selección e igualdad.
3- Robar legalmente es asignarse un sueldo millonario y asignárselo a tus hijos
4- Robar legalmente es repartirse con los amigos comisiones inimaginables para los pequeños mortales
5- Robar legalmente es usar el coche de la empresa para fines privados
6- Robar legalmente es echar gasolina, que paga la empresa, a tu coche
7- Robar legalmente es usar tu posición privilegiada para hacer daño
8- Robar legalmente es saquear y hundir al final a una empresa llevando a doscientas familias al caos, como está pasando ahora en la nuestra
9- Robar legalmente es aprovechar coyunturas económicas para librarte del despido
10- Robar legalmente es hacer caer al ratón en la trampa para reírte, para intentar tapar un poco tus remordimientos y para demostrar lo “hombre” que eres.
11- Robar legalmente es engañar a tus trabajadores, exprimirlos hasta el límite y hacerles conformar con una vida indigna, sin satisfacciones profesionales
12- Robar legalmente es engañarles cuando tienes que subirles el sueldo y decirles que no hay dinero para que lleven a sus mujeres y mientras subirte tu sueldo al doble
13- Robar es creer que estas en el derecho de tener ese puesto cuando no vales ni para...
14- Robar es repartirte los sobrantes cada diciembre y gastarlos en cenas con tus colegas
15- Robar es traerte a tu familia a comer y cenar e incluirlo como “gasto de viaje”
16- Robar legalmente es pensar que porque tú eres un mierda los demás nos vamos a hundir Espero que no podáis dormir por las noches y que vuestro remordimiento por todas las fechorías cometidas os acompañen HASTA EL FINAL….

Autor:La Mafia Club e Inmogolf S.A.

Colaso

Colaso entra como entra siempre en la cocina, a la gabacha, mirando a diestro y siniestro en busca de carne.
Nada, hoy no hay cocineras ni stewards, de hecho no hay nadie.
"Mierda", piensa hacia sus adentros, y se dirige al restaurante. Siempre hay camareras de turno.
"Qué bien, hoy está la de las tetas gordas y la del culo gordo. Voy a que me la pongan dura."
Cruza el salón resbalando sobre su propia baba y se planta delante de las chicas que departen tranquilamente mientras entre las dos recogen la última mesa desalojada.
Comienza su show con una de sus típicas ingeniosidades, agudizadas en el último mes por el poderío que da saberse dueño y señor del futuro laboral de sus súbditos: "¿sabéis, chicas, que hoy me he levantado cachondo como un mono francés?"
La Una y la Otra no se pueden creer lo que están oyendo y eso que no es la primera vez que se topan con este Colaso en este plan.
"Colaso tío, eso no tiene ni puta gracia a las once de la mañana" le dice Una. Otra agacha la cabeza y se va a cerrar la puerta del salón, pues hoy se ha librado del tormento.
"Si me lo dijeras en plan más romanticón, de noche, con una copa, ni siquiera me importaría que estés casado", sorprende Una, una vez a solas con el Colaso.
De puro milagro Colaso no se aplasta los huevos que siempre lleva consigo en sus pantalones.
"¿Por qué no me explicas en mi oficina cómo te gusta que te lo diga?"
"Vale, vamos a aprovechar que el resto se ha ido a fumar", le responde la Otra, que de repente reaparece en escena, habiéndoselo pensado mejor.
Los tres atraviesan juntos la cocina en fila india, con tal velocidad que no se cruzan con nadie.
"De acuerdo, vendadme los ojos, pero cerrad la puerta con esta llave, no vaya a ser que nos pillen", sugiere con decisión y hombría Colaso, satisfecho de que al fin las chicas hayan comprendido que teniéndolo contento no les pasará lo mismo que a sus otros compañeros cuando llegue otra vez la hora de despedir a gente de forma masiva.
Las dos chicas, al igual que los otros tres compañeros que irrumpieron en la oficina, una vez le habían atado una mano a la pata de su escritorio con su propio cinturón, en realidad no se habían achicado por los inminentes despidos regularizados. Más bien al contrario.
Y Colaso, bueno, las mejores partes de lo que queda de él, está en estos momentos a la espera en el cuarto frío de ser servido como parte de una innovadora reconcepción de cerdó ibérico con un exquisito toque francés.
Esta delicatessen será consumida por los excelsos invitados del comité ejecutivo de su propio hotel invitados a cenar en la espléndida villa arrendada por el director general con cargo al hotel esta misma próxima noche.
¡Que les aproveche!

La letra del himno de aquí abajo

Pero si esto acaba
y todo tiene que acabar,
no tendréis nadie en quien confiar.
Cerrad vuestras ventanas
rezad lo que haya que rezar,
pues cada día se acerca un poco más.

Cuidad vuestros negocios y vuestras familias
porque vamos a mostrar vuestra misma piedad.
Porque seremos cientos
por cada uno de los vuestros.
Porque seremos cientos.

Sacad vuestras pistolas
porque tendréis que practicar.
Ni todas vuestras armas servirán.
Haceos un refugio,
turnaos para aniquilar.
No habrá un lugar seguro donde estar.

Cuidad vuestros negocios y vuestras familias
porque vamos a mostrar vuestra misma piedad.
Porque seremos cientos
por cada una de los vuestros.
Porque seremos cientos
por cada uno de los vuestros,
de los vuestros,
de los vuestros,
de los vuestros,
por cada uno de los vuestros,
de los vuestros.

¿Qué tal un himno para todo esto?

ERE que ERE (La Manga Club Blues)

"De momento van diez. Dicen que hoy caerán de cien a ciento cincuenta empleados más.
"¿Pero a tí te tocará?
"No caerá esa breva, amigo, echarán a los que no valen ni son productivos. ¡Camarero, otra cerveza!
Verás, formo parte de esta empresa casi desde que abrió hace ya quince años. Nunca he faltado al trabajo y siempre me he quedado cuando ha hecho falta, que no han sido pocas veces. Sólo una vez por aquel cólico nefrítico no vine a trabajar, pero sólo fueron dos días y eso que podía haberme tirado semanas.
Anda que no habré venido veces a sustituir a compañeros enfermos ni he respetado esos turnos fuera de la ley que marcan las doce horas preceptivas de descanso entre turno y turno, ¡qué va!
De madrugada y todo.
No soy nada conflictivo, nunca le he levantado la voz a nadie y siempre he aceptado de buen grado lo que mis superiores me pedían, por muy estúpido que fuera lo que pedían. En los últimos años que la empresa no ha respetado siquiera el convenio colectivo, no me han oído decir ni mú. No, eso no va conmigo. Yo a mi trabajo, siempre algo más de lo que me piden y a poner buena cara caiga la que caiga. Aparte de que soy muy bueno en lo mío, de lo cual estoy muy orgulloso. Me encanta servir a los demás. Es la mayor de las artes como dijo alguien de por ahí que sabe de esto. Mi jefe directo me ha felicitado en un montón de ocasiones, por no hablar de los clientes, como aquel que me invitó a su casa de Inglaterra a pasar las vacaciones. No acepté por supuesto, es mi trabajo y para eso me pagan, aunque hay que reconocer que esas cosas te enternecen el corazón. Además aquí saben que mi mujer no trabaja, que a la hipoteca aún le quedan unos cuantos años, y que la mayor acaba de empezar la universidad. Esas cosas han de tenerlas en cuenta, digo yo.
"Ya, pero ponte en el caso. Ya tienes cuarenta y ocho tacos.
"Pero por favor, si estoy como un roble. Salgo en bici dos veces por semana y por las noches ceno poquito. El tabaco me lo dejé hace diez años y a la Charo se la meto por lo menos cada tres o cuatro días. Súmale mi experencia y que aprendí a hablar inglés para este trabajo. Soy bueno con la informática, los números y todo el rollo de oficinas que no es nada fácil. Ya te digo que es imposible que me echen pero llegado el caso, aunque la cosa está un poco chunga ahora, yo creo que encontraría algo sin muchos problemas. Pero puestos a pensar, aquí hoteles hay poquitos y la mayoría son de temporada, pero aún así yo creo...
"He oído que como se pasen de la raya, algunos van a armar una buena, con barricadas y fuego y esas cosas que no se ven por aquí desde lo de los astilleros.
"Esos tiempos ya han pasado, aunque puedo entender que será una putada para muchos.
Espera un momento que me están llamando del trabajo. ¿Qué querrán a estas horas?

Lo que dirán sobre 'Un día en Túnez sin Nacho García-Vega''

Anónimo: "Llegué aquí por casualidad al buscar fotos guarras, pero la verdad es que me ha encantado el título."

Antonio Vega: "La reunión de Nacha Pop del año pasado no fue tan divertida ni profunda como esto."

Nacho Gª Vega: "De haber sabido que era tan buen escritor no le hubiera dado plantón. Aún así me he reído. No pienso ponerle un pleito."

Ella: "Creo que Thiago se escribía sin h."

El señor mayor vagabundo, desharrapado pero con traje, con aires de Leopoldo M. Panero barbudo que me entró en alemán al verme liar un cigarrillo y no paró de peseguirme hasta que se lo entregué bien liado camino a la medina de Túnez: "Feuer bitte."

EP3: "De ser un autor más joven tendría cabida en nuestro suplementillo."

El Cultural de El Mundo: "Uno de los grandes olvidados de nuestras letras castas vuelve por sus extraños fueros."

Ramón Trecet: "Desde 'A night in Tunisia' de Art Blakey & The Messengers nadie había vuelto a captar la esencia tunecina como Leo del Mar."

Nacho Vegas: "Al principio de mi carrera en solitario siempre me confundían con estos buenos hombres. Con esto queda definitivamente claro que yo jamás podría dejar a alguien en la estacada. Ah, y tengo nuevo disco.

Sexo, porno, puta y gratis en Youtube

Mi audiencia potencial con esta entrada es de unas dos mil millones de personas.
2.000.000.000, imagínense. No tendría competencia.
La Biblia, el Quijote y el Marca si acaso se equipararían en difusión a mi escrito.
Todos mis sueños literarios se harían realidad, como para decirle al Follet: "eh, ¡qué te jodas a la Rowling!"
El destino de Bandini al alcance de un hasta entonces simple mortal.
Sí, sería algo grande, sin duda, comenzar el relato con una frase épica como por ejemplo:
Lo mejor de ella, al fin y al cabo, fue que tuve el mejor sexo gratis que ni las putas del porno de Youtube jamás me dieron.
Y terminar el relato, qué digo relato, novelón, con las palabras conjuntadas siguientes:
Dios, que ya no existe, me había dicho hace tiempo que él no existiría fuera de ella.
Un glorioso final a la más magna ocurrencia literaria desde que Gutenberg, al ver lo que había creado en su Maguncia, exclamó: "y ahora le pongo mi nombre a este puto libro."

Pido perdón a todos que en algún momento de su vida cibernética serán guiados hasta esta entrada cuando sólo buscaban un poco de material guarro.

Y el tío cae de pie al borde del anterior abismo (y fin de esta doble entrada, posdata: improvisada)

Aún en vida, ya diré aquí que, te hablo mejor a la cara de cosas:
de casi palabras sencillas si acaso, no-nociones autodestructivas.

Yo seguro la querré cuando, mis miembros quietos,
por esa chica haga que traiga un clavelito rojo y sin el tallo.
Que tumbado y pagado al fin, espero, cada vez más lejos de lo que fui,
a cuando venga a mi nicho.

Que pienso en alegrarme mañana cuando, por suscrito a la muerte,
me vea abajo.
No serán pocos los espasmos.

Y tú, esperando, las dirás, por mi madre:
no hay otros iguales.
¿Ahora me entiendes?

De este día en el que no sabes si salvarás uno de tus abismos en el salto mortal que ejecutas a diario

Pienso en alegrarme mañana cuando,
tumbado
cuando esperando,
me vea abajo, cada vez más lejos de lo que fui.

Quietos mis miembros,
serán pocos los espasmos
y tú ahora dirás que ya aquí no me entiendes.

Te hablo mejor a la cara de cosas,
casi no-palabras sencillas;
no diré por si acaso que hay nociones autodestructivas iguales a las de otros.

Espero al fin que venga.
Y yo a la muerte la querré
cuando haga que esa chica traiga un clavelito rojo y sin tallo,
a mi nicho pagado por el seguro suscrito por mi madre;
aún en vida.

Cosas que recordar preso (y habrá gente capaz de trenzar una novela con estos mimbres)

Me gustaba su sonrisa.
Y esperarla escondido cuando estuvo con otro,
luego oírla chillar y la sangre en su vientre.
Me gusta recordar su sonrisa aquí encerrado.

Matthew Herbert en concierto. Yo estuve allí, ¿usted se lo va a perder?

Él es un tipo cuyo cerebro no le cabe en el cráneo, lo pude constatar desde el anfiteatro en que disfruté del concierto, lo cual supongo es la razón por la que se mueve sobre el escenario como alguien en tratamiento con Haloperidol. No se dejen engañar por esto, es un iluminado del sonido y del ritmo, de esto último, insisto, sólo dentro de si mismo, para todos nosotros.
El swing de toda la vida, nada más y nada menos, sirvió a este vanguardista (vaya palabro) electrónico, y en sus entrevistas comprometido (otro palabro) artista (esto sí), para teletransportar a los más comunes asistentes hacia algunas de las dimensiones inexplicablemente aún ignotas por buena parte de la familia electrónica, a pesar de la militancia veterana del propio Herbert y de algún otro visionario sobre tan fértil terreno.
Dio comienzo el auténtico recital con una bofetada en la cara de más de un pusilánime espectador del lamentablemente no lleno Teatro Circo con un ejemplo vivificante del eclecticismo musical que la cabecita de Herbert es capaz de producir: dieciséis músicos, con una sección de viento muy mayoritaria, un director con batuta, el propio anteriormente también conocido como Dr Rockit (cual mítico y en su tiempo liberador tema de Herbie Hancock) dirigiendo a todos ellos a los mandos de sus artes de creación favoritas y la voz de una, enseguida volveré a ella, inmensa Eska Mtungwazi entonando "Breathe", supuso un removimiento benefactor de las columnas presentes petrificadas por tanto inmovilismo musical, tan conservador por repetitivo como dominante en todos nuestros días. Y esto se agradece. Huelga decir que la mitad del aforo acabó bailando hacia el final del concierto.
El opíparo banquete que supondría la voluminosidad del cuerpo de Eska, a todos los niveles muy semejante a Jocelyn Brown, para cualquier tribu Caribe no le resta atractivo, más bien los suma en estos flácidos tiempos, y fue el espectáculo casi mayor de todo el conjunto, y no lo fue al completo gracias a que quedó bien claro quién es quién en este concierto, a más tardar, cuando a Don Mateo le colocaron una capucha Guantánamo-style sobre su cabeza y aún desde esa oscuridad fue capaz de liderar a su buena banda.
Bueno, que esto me aburre, lo que quiero decir es que serían tontos si no aprovechan la oportunidad de ver este espectáculo si esta se les brinda en sus respectivas poblaciones ya que estas gentes están de gira por Iberia. A mí me costó lo visto lo que me hubieran costado tres copas en cualquier antro de hoy en día. A pesar de la puta crisis promovida por los banqueros, mantenida por los medios y sufrida en realidad sólo por los de siempre, no es mala inversión.
Próximas citas:
Balencia, sábado 8/11/ 2008 (Greenspace)
Ouportu, lunes 10/11/2008 (Casa da Música)
Chan Chebastián Tan, martes, 11/11/2008 (T. Victoria Eugenia)
Barchenoha, jueves, 13/11/2008 (Palau)
Bilbau, viernes, 14/11/2008 (Santana 27)
Cheech y Chong, sábado, 15/11/2008 (Laboral)
Madriz, domingo 16/11/2008 (La Riviera)

20. La última noche en el parque

Jonás, Jonás I. Rosk, para más señas, ajeno a las impresiones que su cara cortada por la sonrisa causa en aviones malditos y ciudades sin nombre, repudia su propia retrato rosado en mal papel de caca una vez más.
Otra vez pillado in fraganti, otra vez con una falta de oxígeno bajo, no sobre, el cuero cabelludo.
Harto no define con precisión su hartazgo de tanta carnaza expuesta, mientras apura el menú de su asador preferido, y ojea, no lo puede evitar como buen leo que es, las revistas compradas en la mejor, él después de Blanca sólo aspira a lo mejor aunque descienda hacia los mortales, más bien las mortales, de cuando en cuando, librería de su ciudad a la cual ha decidido poner nombre más adelante. O no.
De ésta también se llevó, en una edición de bolsillo que iniciará su crossing probablemente en el próximo taxi que agarre Jonás, "El honor perdido de Katharina Bluhm" porque le parece que un libro siempre viste, aunque sea ligero o poco voluminoso, en un tipo como él.
Antes de ser reconocido por quinceañeras y amas de casa como un ligue de la más Blanca ex-yerna de la ex-Carmina, le hacía falta recitar desde los afectos a un argentinófobo Benedetti para que le prometieran amor eterno. Ahora ni siquiera necesita de la intensa penetración de su mirada palabrada en las psiques para conquistar y reconquistar a niñas, entradas en magra o no, preferentemente de ojos aguamarina pues negros sólo en aquella que se va de todos permite. Este adonjuanismo alcanzado a él no le parece de mérito valedero.
Necesita una identidad nueva que le permita ser él.
Trazos de un sí mismo que le faciliten reconocerse al instante. Perfiles lapizados si acaso, pero iniciantes al menos de una concreción a adivinar.
Debió ser artista, piensa, de los de verdad, así ahora no necesitaría recurrir a una para que le haga un retrato.
Zendo presenta:
21. La última noche en el parque

De ser poeta

si fuera poeta rimaría dos veces en tus heces para exclamar: "madre mía"
si fuera poeta escribiría en un idioma difícil lo fácil y de ti me reiría
wäre Ich Dichter schriehe Ich jetzt schon: "Mein Sohn, Ich bin dein Vernichter"
wäre Ich Dichter käme Ich zu dir y diría: "que me vuelvo otra vez finster"

si fuera poeta me casaría por amor, y el dolor, de las rubias, a ti legaría
si fuera poeta la teta sólo sería otra carreta en la que elogiaría al proxeneta
si fuera poeta ya alterado habría los límites propios de dimes y diretes, madre mía
si fuera poeta al menos, no tendrían sentido alguno estos... respiros a lo sumo

de ser el poeta que no soy hablaría de cosas importantes
de gente que se muere por hambre
de gente que vende sin metáforas su sangre
no de un tío inmerso en el mar de dotes en cuyo espejo tiene su único escaparate





Dedicado, con amor (amor del bueno, ¿eh?, que luego se malinterpreta), a Luis Miguel Rabanal, Kase-O y a la puta que me parió.

Esto vendría a ser un anorexismo mediano (tumbado), o una visión realista de mi encefalograma habitual

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El mundo en yema

Empecé a meterme el dedo en el culo a los trece años.
Ahora, veinte años y casi una hora después, comienzo a ver la luz al final de esa, esta entrada.

Más náuseas por favor

A veces ocurre que parece que hay algo más importante que nosotros mismos, mas sólo es un autoengaño que se repite cíclicamente sin llevarnos nunca hasta el vómito final.
" y no pienso nunca en nadie más que en mí. Y no pienso nunca en nadie más que en mí."

De: Autosuficiencia, Parálisis Permanente

Mi señora y yo

Sus lágrimas aguaban el semen esparcido sobre su enrojecido rostro.
Hubiera querido decirle: "no llores mujer. Estarás mejor sin mí. Hay muchos como yo."
Evité consolarla o lamerla como tantas otras veces por compasión y porque en esos momentos no me apetecía mancharme de esperma, la verdad.
"Siempre tienes que salirte con la tuya. Te dije que me hicieras el amor, sólo por una vez, y ni ahora has podido. Me lo sigues debiendo."
Las palabras seguían sin salirme, como siempre, pero pensaba, "sé que soy tuyo, pero es mejor que me vaya. Necesitamos otras cosas." Y realmente era así.
Los últimos meses habían sido un infierno para ella, para cualquiera lo hubiera sido, incluidas cuatro semanas enteras sin yo querer salir siquiera para un simple paseo de nuestro hogar que con tanta ilusión mantenía limpio y ordenado, pero ni su entrecortada y por el llanto ahogada voz me iban a retener junto a ella esta vez.
Ese día se mostraba más agresiva aunque era inocultable su deseo de hacerme pasar otra noche en su cama, en el dormitorio, que al igual que el resto de la vivienda había sido decorado a costa de la billetera de sus padres, que antes ya habían pagado también el pequeño adosado, como si me fueran a poder retener en mi camino estas pequeñas posesiones. A mi primer amago de abandonarla los convenció, no sé qué pasaría por su cabeza ni cómo lo consiguió, para poner la casa a mi nombre. En el pueblo la llamaron de todo, sobre todo loca e inconsciente, y cosas por el estilo.
"Eres el amor de mi vida." Insistía con esa frase desde la primera vez que traté de abandonarla sin avisar, pues no era capaz de argumentarle que nuestra relación debía tocar a su fin. En lo sucesivo también incluyó: "mis padres ya son mayores y de aquí a un par de años nos haremos cargo de la finca y de los terrenos del aeropuerto. Tendremos mucho dinero y todo será más fácil, muy fácil. El tonto de mi hermano y su mujer no se enteran de nada y nos lo quedaremos todo."
Yo había visto mucho cine negro con ella acurrucado a sus pies o en sus brazos y me gustaba, pero sólo como tramas para las películas. Tampoco tenía yo aspiraciones de terrateniente, no había nacido para ello, además de no soportar ya sus caricias, pero su entrega y fe en lo nuestro habían hecho replegarse muchas veces antes a mis intenciones.
No, esta vez me lo había jurado. Resistiría aunque sucumbiera una vez más a sus espléndidas curvas y depilada piel, y me marcharía sin remisión.
Me armé de todo el valor que se le suponía a mi raza y ladré. Ladré como nunca pero no entendió.
Y aquí sigo años después. Me he hecho viejo enseguida.
Ella se mantiene joven. Ha pasado la tarde sobre el sofá tricotando una especie de jersey que espero sea para su sobrina porque si es para mí juro que me tiro delante del primer coche que pase. Como que me llamo Yaco.

Carta abierta a Blanca Romero

Estimada Blanca:

Disculpa que me tome estas libertades pero ya no aguanto tu indiferencia hacia mi persona.
Es parte de tu fuerza y libertad, lo sé, y me subyuga aún más a tus encantos, mas ya va siendo hora de que me tomes en serio.
Como puedes comprobar por ti misma no tienes que lidiar con el morlaco de la calumnia en mis escritos, ni con ningún cotilleo astifino.
No, no me gustan esas partes, sólo emulo al gran Cervantes
que al escribir su Don Quijote creó la mayor de las artes.
Aquel fue el momento literario más memorable, también para ti, intuyo.
Al igual que esos guantes negros alzados por puños más negros marcaron tu rebeldía, la mía es más llana pero igual lucho contra la cobardía e injusticia, la personificada en mí, que nunca será abolida.
Toda mi obra a tí, que eres mi mayor pequeña elegía atemporal, no decaerá, aunque se siga vertiendo en una escudilla sin romero, me temo. Y más que el cantante de jazz se volviera no sonoro, no pararé de avisarte: "cuidado mujer, ¡corres entre lobos!"
Nunca releas esto tampoco, no vaya a ser que cuaje en ti el poso de mi yo literario.
Seguiré trabajando sin cesar aunque me toque la bonoloto, cuyo premio no sería más que derrochado en ayudar a quien lo necesita, como tú.
Nunca me excusaría por no querer ir a tu encuentro aunque me tentara invocar a alguna bruja, tal como algunos niños, o niñas llamadas Blanca, hacían.
Sé que te hubiera gustado ser escritora y viajar desmaquillada por el mundo, descansar en islas soleadas y al fin poder llorar un réquiem por un sueño, un día, antes de iniciar tu periplo por una blanca luna emanadora de jazmín en cuyas mareas de olas espumosas saborearías el sabor inventado de la menta.
Tu camino sin embargo ya es otro, mejor sin suda, y no incluye ver bodas de príncipes y paganas paisanas por la tele, ni moverte de tu tierrina caigan o no las torres más gemelas, y ya no esperas gran cosa de este mundo hasta que perpetúe la condena de todos los pedófilos y sean erradicadas las patadas de todos los racistas.
Te has vuelto muy grande con tu amor de madre y sólo descontrolas de manera esporádica, y curiosa, y siempre con Méjico de por medio.
Aún vacilas ante la desnudez si es física, pero en tus letras te abres de par en par y lo que se ofrece al presente es inabarcable humanamente, y así se siente, todo el sosiego de tu corazón razonado, y que sea así eternamente.
O no, es indiferente.
Pues aunque
ya ves que me esmero Blanca Romero
en aspirar tu fragancia cual farlopero
me es fácil cambiar el tono
y jurar que te lo haría como un mono.
Por tanto basta de ya de ignorarme y dame las gracias por publicitarte.

Banksy o no. Yo diría que sí.

Vacaciones por Barrameda, de 'Otro hijoputa'

Muchas manos éramos palpando,
la posterior puta del pueblo gritando

Corríamos a perseguir un gol
y vuelta la esquina la vimos
Locura colectiva instantánea,
inexplicable posesión infantil

A la voz de a por ella la cazamos
La tumbamos,
olvidado el balón,
la arrancamos de su flor añil
Y surgió la perenne apnea

La chaquetilla desmangada,
el vestido de bufanda,
las braguitas tobilladas

Tres sujetaron, rodillas clavadas,
dos manos, la dilataban,
y uno,
forjaba su mirada

Ella,
ya lo dije,
chillaba.

Equivocándose de salida. De por qué parte por todo. A tomar por culo λιτότης, que no metonimia (ya digo, los lunes...) ¿Volumen 1º de más nada?

La ignorancia habría llegado a servir para evitar el mal total, hasta que la jodieron los Watson, Crick y Wilkinson (no confundir con Earth, Wind and Fire without Water) y Walt Disney's de este mundo, o mucho antes Lutero, Calvino o el sueño de la razón que sigue produciendo monstruos.
Giro a la derecha con parada obligatoria en ese árbol que me va a hacer pupa. Todas esas ramificaciones están muy asentadas en los países modernos como éste, ya lo veo.
Volantazo a la izquierda y me evito el descalabro mayor. Siguiente venida desde el escroto: ocho kilómetros me llevarían a su casa. Su casa y la de la polla que toque el timbre fundido.
¡No me deis las largas o giro diestramente al revés otra vez, leches!
Aeropuerto, ¿eh?
Coherencia primo, a lo que vamos: Winstrol, una rula podrida, farlopa de la de siempre, un chute de Deca y la cerveza en tu regazo. No te caerán ni dos años. ¡Dios, gracias por mi inteligencia y desgracia por mi decencia creída! Mal trueque, esputo al parabrisas.
Ahora sí: chiiiii, cronk, puruplúm.
Hale, a lo que era mi casa, grúa, que sólo era un conejo.
Dos horas a su puerta y nada.
Vale, al bar.
Cerveza y tiro, la tiro dentro y todo este rato sin pensar en lapislázuli. Otro tiro y me voy a gastar treinta euros en esa máquina que ya hubiera querido Da Vinci.
Esta camisa me costó quincemil y la he rajado sin querer porque esto no es un alfiler precisamente lo que me rasca el ombligo.
Años después Matt Dillon encarnará a Jank, pero porque no conoce mi historia, no se crean, nada de lo que diga podrá ser utilizado en mi contra, ni tan siquiera en una mala peli americana, que también he rajado. Menos mal que es por dentro y no se ve.
Sin coche, sin pela y con un colocón del doce. Así va el país de los siempre muertos.
Buen fin. O no.
Ya medirán lo grande que soy.
Uno y ochenta y cuatro ya por entonces, y dos cojones como los dos camiones que eché a la cuneta de camino aquí, en el quicio de la muerte.

Principal dogma a aplicar por un guionista, o político o conductor ebrio o empresario o mejor aún, usted misma, pajillera o profiláctica

Cuando mate a alguien no se sienta mal pues nunca debió haber nacido.

Bang, baby, bang

She wants to shine the light any time
not only when she looks for the right one
She stands right and tall through the night
but goes down to the ground twisted in the light
Understand it's not you who has been blind
it's she who dazzles a restricted and so, so limited life

Bang your heads my babies
don't waste your time trying to become ladies
bang your head my lady
your lover lies oh when he calls you baby

I've been kindly asking her to stop
the triggering and figuring out what I've done
the time I've spent doing crap
can't compensate the scarves that she'll leave on my back
and I don't wanna fall in amusement
but baby doesn't laugh when she gets it all double packed in a movement

Bang your heads my babies
don't waste your time trying to become ladies
bang your head my lady
your lover lies oh when he calls you baby

And to finish this, holy mess
she should smile and asume that this distress
as it's something cute to the soul it won't go
no, no, no, no, no, no my baby doesn't know even one good lady

so get crazy lady-baby, you've gone to far baby, babe, baby-lady
bang, bang swallow the fellow's
don't follow your shadow
out of time, time, time, time

Bang your heads my babies
don't waste your time trying to become ladies
bang your head my lady
your lover lies oh when he calls you baby

Ya sé, no es literario, personal ni siquiera musical, pero es que...

No sólo para los anglófonos naturales, naturalizados, o no, y comprometidos, también hay opción de leer la misiva en castellano.
We are the world, we are the children.
Seguro que Bono ya ha firmado.

Palabras que se pierden

Esta noche se lo diré.
En un aparte del maquinar de mi cabeza gatearé a su lado.
Retiraré el cabello delicadamente de su espléndido oído, el izquierdo a poder ser.
Evitaré su desafiante, casi amenazadora, mirada, tan honda, despistándola con una zurda abierta y vacía a pesar del insinuar de una prestidigitación ya antes, de todos modos, mil veces errada.
Mis labios, sin escorzos, humedecidos y temblorosos, se perfilarán ante ese otro agujerito negro de un poder de atracción muy mayor al necesario.
Volarán las palabras hacia allá en un viaje obligatorio por más que los momentos nunca se sincronicen al tono de lo que quieren decir.
Harán la labor del martillo impactando en el yunque ser de un placentero que las vibraciones estremecerán la parte más expuesta de su piel y su rubio vello querrá huir hacia donde acabo de perder la palabra que buscaba en un fogonazo y esto se convierte en un momento de luz que me hace reconocer no querer a nadie más que a mí mismo.

Los domingos, bueno, lunes, ni siquiera llego a putaprosapoéticapretenciosa

Cubrid las lámparas. Ya no quiero ver cómo este mundo jode.
Asarme quiero bajo el sol que huy, huy, huy, cómo quema. Apagad el aire acondicionado por favor.
Luis Fernando, la maldita marea no viene, y las cartas siguen llegando a mi buzón, Jank.
No me queda ni el Segundo Premio y jamás conoceré a Michi Panero.
Como Conductor de Taxi en Nueva York no me parece que tuviera un final feliz y Qué bello es vivir es una frase hecha.
Neruda nunca estuvo enamorado, el menor de los Machado cartografiaría para Google hoy en día y Dios sabe dónde estará enterrado Benedetti.
El pulpo sabe a la gallega, bien o mal, y del espejo no recibo más que risas.
Hay inocentes en la calle que cantan hablando y condenados a vivir que se entristecen con canciones en francés.
El hedor sigue expandiéndose igual que el programa de LHC ha desaparecido de la parrilla atacado por otro tipo de viruses.
Sólo me faltan bemoles, es lo único.
Razones aquí.
Perdones ya recibiría allí.

Efectos poemados de la falta de inspiración hasta que vino a mi mente una canción

"¿Es esto el dolor mamá?

Es esto cuando digo ah. (griten cuando reciten)


"No, esto es verde y font arial.


"Mamá, no te rías más,

estoy solo y no descanso.

No respiro ya fuerte,

me falta el hálito del ánimo

y la punzada parietal;

no, los dedos no me van.

"Prueba a
realinear.


"Por Cristo, gran madre,

olvida las rayas.

Hablo de otras cosas.


"Es lo mismo, hijo de tu padre,

cobarde donde los haya.

Me voy a tomar un (pídanlo sin coca, mis valientes)


"Abandóname, no temo,

tengo a mi musa, me temo.

Ahí va la perra,

todo un cante

que es un poemo:









Tres horas, quince minutos, un puñado de segundos y contando

Cuando acaben de leer esto dirán que han perdido el tiempo, pero no amigos, no me odien ni se apuren, compadézcanme, pues soy yo el que lo está perdiendo.
Sin ofender. O no.

¡Joé, otro que le tira a Blanca!

"Eh, José, ¿a dónde vas con esa pistola en tu mano? Eh, José, ¿he dicho que a dónde vas con esa pistola en tu mano."
"Voy a bajar a dispararle a mi vieja dama, sabes, porque la pillé jodiendo con otro hombre."
"Eh, José, yo soy tu mujer, ¿por qué eso de vieja dama? ¿A quién vas a disparar? ¿Quién ha jodido con otro hombre? ¿Y a dónde coño vas a bajar", inquirió la señora de José.
"Voy a bajar a Méjico para lo que te acabo de decir", respondió José, en nada afectado por las preguntas de su mujer. Volvió a alzar, para ojear de nuevo, la réplica de una Star SS de nueve milímetros Parabellum que sujetaba en su mano derecha, tal que tuviera tambor. Satisfecho intentó envainarse el arma tres veces. A la cuarta desistió de hacerlo entre su axila izquierda y se conformó con su cintura, entre la goma de los calzoncillos y su piel desnuda.
Antes de que la pistola cayera al suelo dejándolo con un testículo al aire, lanzó una mirada despectiva a su esposa y entonó un reproche como una maldición: "nunca me entenderás, ¿verdad?" Y salió por la puerta de su casa en calzoncillos, tras recoger el arma, marcando pistolón.
Bajó los cuatro pisos andando por la escalera chiflando una vieja canción de Jimmy Hendrix mientras su mujer negando con la cabeza recogía los pedazos de una revista del corazón en el salón. Los más pequeños pedazos de cuché que ésta tiró a la basura eran unos en los que se veía a Blanca Romero abrazada en la piscina de un hotel mejicano a un apuesto joven.

18. La última noche en el parque

Cuando por necesidades del escritor resuelve ir en pos de esa mujer que cree necesitar o merecer, a pesar del iroqués oxigenado mostrado por la susodicha mujer en el aporte anterior, nuestro protagonista, de cuyo nombre sigue sin acordarse nadie por aquí, ve factible conquistarla a través de la creación de un blog en el cual ensalzaría sus virtudes, pero no reiría sus gracietas como haría cualquier enamorado. No, ni mucho menos. Le daría caña que eso a ellas les gusta, como presupone nuestro protagonista llamado, por qué no,... no, todavía no.
A ver, la golpearía fuerte en su estima cuando se lo mereciera, la lanzaría al espacio exterior en ondas expansivas atronadoras si necesario, pero por contra también la encumbraría sin sarcasmo como canon de belleza ibérica superior o como no va más de la élite artística española, cosa por otro lado sólo entendible al escritor, que será también lector de su propia obra y esto es un aviso para navegantes, como habitante de un país en el cual se les dice artistas a los toreros y famosas a las putas.
Todo valdrá a partir de aquí para captar la atención de una flor de romero tan blanca como nunca se ha visto.
Pero, anyway, como aquí el protagonista es lo que importa, pero aún, o mejor dicho, otra vez anda sin nombre, lo mejor sería que alguien se lo pusiera y quien mejor que este escritor o mejor aún, otro escritor, u ora.
Una escritora o poetisa de las buenas, acostumbrada a caminar angostos senderos hacia un faro que evita que las desgracias e infortunios caigan sobre la ciudad sin nombre. Y ella, aparte de rebautizar a nuestro protagonista, aunque a los nuevos por estos lares les pueda parecer un ejercicio de endogamia amistosa, continuará el relato indeterminado que echa el vuelo en su propio espacio de expresión llamado la ciudad sin nombre como epílogo al festejo de la mayoría de edad del propio relato indeterminado..., ampliando las posibilidades del mismo con un abanico que sólo puede atraer nuevas brisas.
19. La última noche en el parque que lleva hacia el faro de la ciudad sin nombre.

Apunte catódico

Con un poco de retraso, pero no se preocupen que el capítulo de esta noche al parecer era de los repetidos, les recomiendo encarecidamente seguir las evoluciones como actriz de Blanca Romero cada lunes en Antena 3 Televisión, encarnando a Irene, la profesora de Filosofía y Ética de la serie Física y Química.
Blanca y su buenísimo personaje: atractiva (faltaría más), culta (por supuesto), liberal (no referido a sus valores político-económicos, supongo, o sí), moderna (perdón por ello, pero cómo no), de comportamiento autodestructivo, vida promiscua y fiestera. Desea escribir sobre sus filósofos favoritos, ha nacido para enseñar y a mayor gloria de su bella y eterna juventud, le quitan cinco años.
Si sintonizara correctamente la televisión de este país haría un seguimiento minucioso de esta serie, se lo aseguro.
Háganlo por mí. Yo entretanto seguiré escribiendo sobre ella mientras mis escritos se lo permitan a sus abogados.

Esto iba a ser un viejo blues, pero no va más allá de otra postulación a mi reinado underground (El faquir y sus cristales)

"Leo en tus ojos, el mar,
aguas de un tembloroso
cristal roto en tu mano.

En ella rojos surcos
prolongan mi una vida
frente a tu mirada al mar.

Un desvanecimiento o
resonar final de un Mi,
donde cedo el testigo
a mis pies más desnudos,
como el suelo que piso
lleno de cal, y sangre,
derretida, diluída,
entre restos de licor.

Un abrazo a mi cara,
de tierra tan violada,
con un muy seco gesto.

Yo no huía por cobarde,
corría gallardo un hombre
que no puede ni quiere.


"Leo: son tus ojos la mar,
tus manos las vasijas
y tus pies del caminar.

No leo más que miradas,
de mequetrefe hirsuto
acomplejado y demás.

Repliques al destino
no ensancharán senderos
"Recuerda el yo no quiero
"Olvida el tu no puedes
y esa vieja melodía
está muy oída en Mi
tú, oh, mi rey del desplante
victorioso y pírrico.

Anuda ese corazón
a tu alma sin reposo
y tendrás mil razones.

¿Acaso no está claro?
Todos somos para tí
y tú para nosotros.


"¡Que no quiero, ni puedo!
¿Quién es vosotros todos?
No soy más, sois vosotros:
¿miles con o contra mí?

Ni uno ni otro me temo.
Deja que me retuerza,
una más, ahí mi fuerza.
Así hasta que fallezca.

Así hasta que fallezca.

Blanca desde su castillo

*Foto publicada sin pedir permiso a nadie de la región de Murcia

La 'S' en Cortázar es más un mal chiste que otra cosa, aunque podría ser también traición a la nación, o no, o sí

Que me digas que la tiene más gorda
no me importa
que sabe ser suave o duro cuando toca
tampoco

menos aún
que todo sean risas y bailes con él
no tantos ratos de tedio conmigo

podría partirme la crisma
no lo dudo
o batirme en buena lid
quizá
al ajedrez

pero nunca nunca nunca
oye nunca
pronunciará Cortázar como se merece

No seré yo quien siempre lo dice mal, ¿o sí?

Las intenciones finales tardíamente reconocidas (materializadas en una fregona de barrio) de 'Otro hijoputa'

Tú,
que arrodillada frotabas nuestra mierda,
tú me haces feliz ahora que lloras
y gimes.
Y gimes y lloras.

Niña pronta que pronto encerabas el suelo de mi babeo.
Ahora que no puedes con el batir de tu hombre
grita, grita
y escupe tu sangre.
Escupe tu sangre joven,
escúpela sobre el piso.

Tu sexo,
igual de sucio,
igual de orgulloso,
justifica la mayor putada.

Sí nena, ya va, nena,
ahí va la verdad
que te ensarto
y ensarto,
te ensarto y ensarto tu propio palo.

Y si no eras tú la culpable de la mugre,
fue otra que se te parece.
¿Y qué?

Hago el bien sin mirarme,
soy el guardián entre los míos:
héroes caídos entre vosotras.
Malas putas,
no os dejaré desangrar de viejas;
porque este ya está aquí,
y a la que pille
Magdalena la confiese,
porque reconocer,
no la va a reconocer ni su padre.





Mujer. Todo un canto concienciado.

Este... marramiau

Si tu constante decir sí
me fascinó al comienzo,
cómo culparte de ello
si se lo dices a otros,
aún menos bellos.

No hay corazones rotos.
Es la mentira la que tala
confianzas de todo deseo;
separa el tronco de la verdad.
No amor, eso no está feo.

Parte no obstante si quieres pues, allá.
O me voy yo si prefieres,
aunque yo por mí me quedo (acá donde enterré un gato).
Si no confías, iré por mis sombras
de las que sólo tú me puedes sacar.

Libres somos para dejar
al amor su camino encontrar.
Y seguirá su andar erguido
sin pasos cambiados,
soportado por nos, los queridos.

Adiós,
pero,
hija de la gran puta
como me hayas pegado algo
juro que iré a juntarte el ano con el ombligo
para que puedas también cagar por donde tus hijos no serán paridos.

Último coincidir por ahora

Al verla doblar la esquina de una plaza, totalmente sumergidos todos en dorados, estupefactos los ojos no se creyeron a sí mismos cuando le sonrió. Perdón, me sonrió. Miré a mi lado, miré al de ella y no vi la oportunidad de aprovechar otra vez la única ocasión de mi vida. Su blanco ojo, la blanca piel palidecieron la argenta luna sobre el otro oro vidrioso de esa plaza, apoyado en dentelladas de unos dientes de marfil repulido de entre la cera raspada a las canas de Dios.
Rieron matadores como solo pueden reírse de uno los propios amigos de farra al relatar la cercanía de un golpecito de voz inaudible a oídos necios de un soñado destino.
Mi "me ha saludado" no decía nada de su sonrisa, pero bastó por sí solo para recibir unas palmaditas comprensivas por parte de ellos en mis hombros. Me intentaban retener en su lado, que siempre será el mío según parece, de perdedores eternos y a fe que lo consiguieron una vez más, pues petrificado a partes iguales por la chufla de mis colegas, la propia incredulidad atenuada y el rigor obligatorio de la farlopa consumida que ni la cerveza que fluía cual riada por mis venas hicieron posible esta vez el más mínimo acercamiento que acaso al menos sí realicé la primera vez que la sentí.
Y la vi descender la cuesta de la plaza de la Corrada tras cruzar ésta con sus ojos clavados en los míos y más dolientes que los clavos de Cristo. El último giro expectante de ese hermoso cuello que posee antes de abandonar por completo los dominios de mi visión coincidió con mi abatimiento desazonador total, cristalizado en el reflejo de mis lágrimas confundidas entre el moquillo brotante de mi nariz y el baldeo, que la perenne lluvia norteña había soltado sobre el adoquinado suelo de piedra arenosa del valle por lo menos de por donde Entralgo, de esa plaza durante toda esa noche, víspera de una fiesta de la Hispanidad.
Un incipiente 12 de octubre de madrugada en el cual otros descubrieron América, yo me confirmé como el menos sagaz de mis antepasados, lejos de sus alturas de miras y latitudes, tan cerca del abismo sin embargo que sin duda levantaría admiración entre los más creyentes de aquellos, que Dios sabe los hubo, ya que oteando los horizontes de El Dorado, reculé y volví la espalda a la, para tan pocos elegidos, tierra prometida, prefiriendo quedar a la deriva en el zozobrante mar de aguas residuales de una vida en la cual por más estiércol que le eche nunca se abona más que de deseos y anhelos mentirosos e improcedentes; tan llena de justificaciones ramificadas desde una tierna infancia indolente hasta el día de hoy de esta vida, y sólo para haberse consolidado la misma como astillas de esas ramitas infructuosas que brotaron desde el primer día en, peor aún, hacia, mis adentros. Y esto no puede más que ser llamado vida de mierda.
¿Sabes qué imagino, qué deseo, Blanca, cuando recuerdo esa noche?
Poder darle al rewind para verte descender otra vez esa cuesta y repetir ese momento una y otra vez.
Sin intervenir, por supuesto, igual que aquella noche.

No ser de Jujuy es un poema

Puestos a pedir
me pido un lugar donde reirme
de todos los deseos sin cumplir
en todos los agostos mal quemados
Así pues cambia el mate por el daiquiri
mi vida no me creas a mí tan guiri
que otro argentino ya sé que ha aterrizado
nomás para alejarte otra vez de mi lado

pa, pa, paran paún
amor esto no es plan
pa, pa, pa, pa paún
que yo no puedo más

Pero
otra vez insisto
en retenerte más allá de lo previsto
por tu corazón tan sofocado
en esos amores tuyos de verano
Y es que soy un tonto por creerme
que te importa algo más que ser la reina del pete, pete

pa, pa, paran paún
amor esto no es plan
pa, pa, pa, pa paún
que yo no puedo más

Aunque quiero que sepáis una cosilla
debajo llevo una camiseta de Asprilla
y le rezo a un tal Codesal
Tampoco ganarás con él el mundial

pa, pa, paran paún
amor esto no es plan
pa, pa, pa, pa, paún
que yo no puedo más

pará pará pará pará pará
que ya no aguanto más

Pero
otra vez insisto
en retenerte más allá de lo previsto
por tu corazón tan sofocado
en esos amores tuyos de verano
Y es que soy un tonto por creerme
que te importa algo más que ser la reina del pete, pete

Una de las características propiedades fundamentales del papel de váter

La celulosa es ideal, y muy higiénica, para combatir al mal en su misma fuente de origen.

Primer encuentro

Volabas un vestido verde
en una nebulosa tarde.
Julio el mes, Oasis un lugar.
Los catorce rondabas
con tu sonrisa solar.
Caracoles negros caían
engarzados uno al otro
como un poema gitano
que se dice cantar.


Fue la primera vez
en que sentí Norteña
obviar el ser gris,
aún en verano.
Mas no sólo para mí,
sí para todos los ellos,
trituradores de cañas;
ilusionaste fácil el amor:
que a mí al que más.


Acerqueme a balbucear
rígido para sin lengua bífida
ni una palabra rememorar.
Recuerdo sólo tu mirada.
No olvido el color de cada cosa
sólo el de los ojos, hasta el tuyo.
Será que muestran nada,
pero me vieron por dentro,
y juro que esos brillaron.


Pero ahí quedó, como casi todo,
en nada, en la nada de unos versos,
futuros como esos besos
que ni llegan ni se aparecen
donde tú caminas o golpeas.
Sin embargo allí me hallé
el comienzo descorazonado
de un anhelo inasible.
Desde entonces adoro el romero en mi sopa.

17. La última noche en el parque

Y el peso enorme bajo el que le aprisionaba su injusta pasión se aligera. Más y más. Tan liviano se siente desprovisto del lastre que resultó ser su amor por esa Tía, que jura y reperjura que ninguna otra mujer jamás volverá a hacerle daño. Pero, ¿cómo conseguir ese objetivo que no es tal? ¿Cómo lograr alcanzar a alejar el amar? ¿En qué debe él ahora no fallarse a si mismo ni recaer en viejos vicios y así evitar el amargor de un siempre último y fugaz beso?
¿No enamorarse? Esto es una ilusión.
¿Entregarse a alguien tan inalcanzable, tan fuera del radio de su influencia, que no le permita veramente aspirar a ser respondido? Una opción válida como cualquier otra.
¿Debiera esta mujer ser alguna diosa humana o figura cuasi o no mitológica como Helena de Troya, Juana de Arco interpretada por Mila Jovovich, Liberace, Summer Nyte , la Remedios de Gª Márquez o quizá incluso la inevitable Reina Sophía?
Puede que tampoco sea esto lo que necesita y no lo tiene nada claro.
Y es grande la confusión en este momento de nuestro protagonista y le afecta más allá de lo aconsejable hasta el punto de ni siquiera querer recordar los nombres que una vez tuvo...
No, no consigue recordar, cree haber sido Juan, y con Julio se equivocó y de todos modos ya acabó, y lo que una vez fue deja de existir cuando deja de verse. Liándose a cada pensamiento escurrido de su esponja hoy muy seca por los excesos de la última celebración a cuento de su recuperada libertad festejada la última noche en el parque de toda la vida, persigue la metamorfosis necesaria para enderezar nuevamente su destino sin obtenerla. No acaba de dar con la combinación de teclas que se lo permitan de manera coherente y entendible siquiera para él.
Todo este, su rollo, se le antoja inutilizable como el papel de váter que se precipita por descuido hacia su destino prematuramente. Con lo fácil que sería todo si simplemente se convenciera, quitándose más allá esas pajas, de que en realidad todo lo que necesita a día de hoy es una mujer blanca por fuera, blanca por dentro y blanca alrededor.
Blanca, Romero digamos, y tendría, por ejemplo, esta pinta:



Y el perdedor es...


Leo durante sus habituales tareas de investigación acerca del camino a la felicidad completa del hombre-oso.

Dos imágenes de un solo tipo dedicadas a quien busque una, u otra, buena razón para no creer en la medicina alternativa

A la izquierda Radovan Karadzic, a la derecha Dragan Dabic.
En medio y alrededor un espacio en blanco de 13 años que debiera ser negro.

La estúpida no parábola del gato muerto y el principio de una canción de Kid Frost (trans-modern Wilde-Style)

Minou era un gato guapo, de los de antes, como un galán de los años cincuenta si me permiten la comparación. Portaba con orgullo su pelaje perlado y brillante. Ojos claros como el mar caribeño y orejas negras como las noches nórdicas, igual de oscuras como sus fauces y en derredor de las mismas, y su aterciopelada cola, más albinegra que otra cosa si no falto a la verdad, rígidamente pétrea prácticamente a voluntad o requisición cual columna milenaria, o por contra tan sedosa e imperceptible y capaz de unificarte con el éter que derretía a quien se dejaba acariciar por ella, la cola. Hasta hace bien poco era así de guapo, seductor, viril, digámoslo a lo humano, pues fue enviado letal y químicamente más allá de la duermevela onírica hacia la negritud del instante eterno de justos e injustos, aquélla aún sería demasiado consoladora como limbo, en la clínica veterinaria de un precioso pero sobretasado pueblo pesquero del Levante español, hace unos pocos días.
En realidad devenía triste hacía tiempo ya. Sin gana, apagado, flaco-flaco, roto volvía últimamente a la que fuera su madriguera de buen vivir. La vida en la calle no era para él, aunque lo vio nacer, porque fue sacado de allí por ella, su ama. Con ella engordó y creció para ir desarrollándose poco a poco y, ésta era la idea debía pensar él, transformarse en un león que salvaguardara a quien le rescató de una dura vida entre basura, sobras y desmanes de género propio.
Y fue tirando para adelante la cosa. Ella también ganó peso contenta en apariencia de la compartida felicidad. Las vacas gordas parecían que pastarían al menos durante siete años en su jardín, por donde Minou se paseaba orgulloso y seguro de si mismo, ya que no olvidemos sabía, bueno, hasta que dejó de saberlo, que aquél era su terreno y debía someterlo con suficiencia, tanta, que ni se inmutó cuando su ama trajo a casa una pequeña bola negra de pelos, en Uruguay ni siquiera llegaría a la definición de boludo esa cosa, y que apenas respiraba. Al principio aclaro, que ahora debiera ya, por su propio bien, estar preparado para bufar cosa mala.
Minou, en su afán de subyugar todo el terreno del frondoso aún seco jardín de lagartos, ratas de tierra y hasta, tan valiente era, perros sarnosos que pululaban a sus anchas por donde los dominios de su dueña, fue dejando de lado su cometido principal como animal de compañía. Y ésta es precisamente la única tarea que no debió desatender a costa de la seguridad de su hogar. Los sueños de dominación mundial no pegan con un gato doméstico.
Y con su vida lo acabaría por pagar, entregado al infierno del sinsentido de una vida primitiva llena sólo de instintos primarios en la, otra vez su casa, calle.
Sólo el hambre vencía su orgullo de haber sido desterrado por otro más nuevo, más pardo, más gracioso y de maullares más exóticos. No mostraba rencor hacia el joven, sólo generosidad con el nuevo al que dejaba comer primero, como para demostrar su señorío único y convencido de su innata capacidad de seducción y reseducción. También ella comía antes que él, aunque insaciable, repetía los mismos platos con Minou.
Las variables y cambiantes apetencias, y de gusto, de la ama era una hecho sobre el que estaba avisado nuestro gato, ya que el propio Minou forzó a la ama, esto Minou lo recordó demasiado tarde, a enviar al exilio a otro gato que ronroneaba tranquilo y sereno, o no tan tranquilo ni sereno, por esos mismos jardines a la primera llegada del ahora fenecido.
SIDA, sin más, diagnosticó la doctora, gatuno, vale, pero SIDA, conque fue sentenciado a dormir eternamente bajo unas veinte paletadas de tierra a tres palmos de la misma.
A mí lo que más me jodió en realidad fue que mientras lo enterraba en el jardín, sin pico, bruto que es uno, sólo con una pala, primero se formó una ampolla en mi dedo anular derecho que luego reventó antes de terminar la labor de soterramiento del encorvado por rigor mortis debido pero tieso cadáver.
Y es que gatos puede uno llegar a tener muchos, pero dedos sólo tengo diez y me hacen falta para escribir ésta, ahora ya muy desapasionada necrológica, por ejemplo.
O también podría hablarles del día en que para mí nació un nuevo estilo musical latino bilingüe y/o un padre le desveló a su hijo que todo el sufrimiento de este mundo tiene su fin:
"¿Parará papá?"
"¡Parará Pachín!"
Adiós gata, perdón, gato: ya estuvo.
"Ya estuvo. Yo estuve."

"Ya estuvo, ohh, ya estuvo."
Aquí va un vídeo de una canción que hoy en día pervive en mi memoria como si fuera mil novecientos noventa todavía, cuando no había gatos ni ninguna otra mascota más, igual que hoy curiosamente, que mi soledad (mi peluche no cuenta como tal, él es otra parte de mí).

Cuenta atrás de peluche

33 años
32 primaveras
31 balbuceando
30 tropezando
29 amantes
28 no correspondidas
27 euros de ahora pagué por ambas, por la primera y por la eterna
26 años tenía una que me quería cuando la dejé, los mismos que ésta que quiero y se va
25 la primera vez que dije por ahí la hinco
24 semanas medicamentado
23 de agosto (ver el número 1)
22 goles marqué en ligas regionales
21 amigos no he tenido
20 años tenía ella
19 cuando mi otra primera vez
18 años tenía yo
17 mi primer trabajo
16 trabajos
15 años tenía la chica más guapa
14 años, mi primer beso, beso
13 calzoncillos tengo
12 meses me quedan para otro año
11 contaba cuando eyaculé
10 dedos teclean sin parar
9 meses y algo más para nacer
8 días he llegado a trabajar por semana
7 años estuve con pañales
6 semanas ingresado
5 muertos he visto
4 millones de rayas
3 días estuve muy loco
2 veces empuñé un cuchillo
Una mañana casi no la cuento
Todo esto para llegar a la nada

Feliz cumpleaños Leo, estás igual que aquel día en que debí verte por primera vez.
¡Qué cosas! Tanto tiempo, tantos sitios, y tú sigues ahí.
Gracias.
Mi madre dice que fue un domingo como hoy.

Moratones en la piel

"es por raspar frecuente la piedra del mechero
o por exhalar escondido el humo por la ventana
es por acariciarte demasiado entre dedos y pliegues
o por faltarle dulzura a la hora de joder con amor

es por mi habla sin ese yeísmo que tanto gusta
o por mi escritura en mensajes de texto empalagosos
es por arrastar la ese menos que la erre
o por batir el teclado noche tras noche

es por creerte de más y tacharte las faltas
o por estar aquí sin pensarlo demasiado
es por escuchar incansable a este no-poeta
o por silenciar en exceso el alba mediterráneo

es por fantasear sobre lo que te traeré mañana
o por huír del hoy que jamás se nos terminará
es por llorar en exceso lo que pudimos ser ayer
o por en este momento sin ganas reír el final del poema

"no tonto,
es porque ya no te quiero

Paremia Attack. Hoy: Paranoia

La paranoia es una fuente informativa fidedigna de información.

Las verdades de la paranoia quedan ocultas a los demás (eso te crees tú).

Las mentiras de la paranoia no son creíbles.

A mayor paranoia menor es la sorpresa indeseada.
(El clásico 'piensa mal y acertarás' actualizado)

A menor paranoia mayor es el sinsentido.

A igual paranoia gana el más esquizofrénico.

La paranoia es el tránsito de los elegidos.

Paranoia debiera ecribirse en mayúsculas siempre.

La razón recurre a la paranoia tarde o temprano.

La paranoia siempre se impondrá porque sí.

No relacionado con Blanca Romero ni con ninguna [esta redundancia la empleo sólo por mi, su, costumbre (gregario soy, hoy por hoy)] de sus congéneres

Blanca vino, y lo tomó todo, la muy cabrona, pero no es culpa de ella, ella es así. Yo ya estaba sobre aviso. Todos los que la conocen lo están, incluso antes de intimar, o solamente tratar, con ella.
Pero qué les voy a contar que ustedes no sepan.



Cómo no, él, que sabe de qué va todo esto, cantándole.
Él le canta a ella, o a otra quizá, que pudiera ser perfectamente, por qué no, Blanca, u otra, ¡qué más da el tipo de droga!

Another try to a love supreme (África es el sitio)

All coming down to Beta Israel
hearts wanna share the way to Freedom.
We all will pray and raise in Zion.
You don't have to smoke you just need to love,
but if you do so don't get high all alone.
So,
open your fingers and they'll become hands,
open your mind and we'll become friends.
Talk to me peace I will overstand,
punishing men they all be condemned.
Now,
back to the heart, back to the soul,
back to the people, all african born.
Back where the big Selassie's throne,
thrown out the world by rotten Babylon.
So,
let's go on and on, and on, on,
we'll party here and there under the sun.
Then moon shall come and we'll overcome.
You and me, daughters and sons of the same One.
One, One, One, One
One, One, One, One
One, One, One, One

Oohoo (x2)
Jah, Jah
Ooohoo
Jah, Jah
Ooohoo
Jah, Jah
Ooohoo
Jah Jah

(repetir todo)


*
Viene el canto a cuento de un ecléctico del concierto que celebrará Alpha Blondy en Cartagena (España) el próximo sábado 19 de julio, encuadrado en las actividades de La Mar de Músicas, al que por cierto no creo poder asistir, a la necesidad de unión y espiritualidad del género humano, y al hecho cada vez más evidente de que puede ser un genio cualquiera, cualquiera, cualquiera (y así hasta que yo quiera), que se lo proponga.
Y mi, cuasi clásica, muletilla final a lo anterior, a casi todo lo anterior: o no.

P.S:
Griten muy alto, más o menos en inglés, para que hasta el diablo oiga también esto, y nos deje en paz de una vez:
irie.
Otra vez: irie.
No os oigo: irie.
Una vez más: irie.
Significa algo así como supercalifragilisticoespialidoso aplicado a la vida en armonía y en especial, a ese estado de ánimo.
IRIE
IRIE
IRIE
Y ríe
un poco
más,
¡por Dios!
Venga,
me vale con una sonrisa.
Os quiero a todos.
IRIE


Gracias a la Ese y a Jimmy Cliff, y a todos los demás también, porque sí y punto

El mejor consejo que puedo dar

Cuando el demonio finja no mirarte por el retrovisor grita, muy alto, que no quieres morir todavía.




P.D:
13 de julio

Por supuesto que este consejo va dirigido únicamente a pusilánimes como yo, por si alguien dudaba.

Extracto de mi, aún hoy día, probablemente, novela favorita. Esto es un blog literario personal, pero no todo iba a ser mío. Además es mi blog,¡coño!


-Armanda -dije-: el otro día me sucedió algo maravilloso. Un desconocido me dio un pequeño librito impreso, algo así como un cuaderno de feria, y allí estaba descrita con exactitud toda mi historia y todo lo que me importa. Di, ¿no es asombroso?
-¿Y cómo se llama el librito? -preguntó indiferente.
-Se llama Tractat del lobo estepario.
- ¡Oh, lobo estepario, es magnífico! ¿ Y el lobo estepario eres tú? ¿Eso eres tú?
-Sí, soy yo. Yo soy un ente, que es medio hombre y medio lobo, o que al menos se lo figura así.
Ella no respondió. Me miró a los ojos con atención investigadora, miró mis manos, y por un momento volvió a su mirada y a su rostro la profunda seriedad y el velo sombrío de antes. Creí adivinar sus pensamientos, a saber, si yo sería bastante lobo para poder ejecutar su «última orden».
-Eso es naturalmente una figuración tuya -dijo ella, volviendo a la jovialidad-; o si quieres, una fantasía. Algo hay, sin embargo, indudablemente. Hoy no eres lobo, pero el otro día, cuando entraste en el salón, como caído de la luna, entonces no dejabas de ser un pedazo de bestia, precisamente esto me gustó.
Se interrumpió por algo que se le había ocurrido de pronto, y dijo con amargura:
-Suena esto tan mal, una palabra de esta clase como bestia o bruto. No se debería hablar así de los animales. Es verdad que a veces son terribles, pero desde luego son mucho más justos que los hombres.
-¿«Qué es eso de «justo»? ¿Qué quieres decir con eso?
-Bueno, observa un animal cualquiera: un gato, un pájaro, o uno de los hermosos ejemplares en el Parque Zoológico: un puma o una jirafa. Verás que todos son justos, que ni siquiera un solo animal está violento o no sabe lo que ha de hacer y cómo ha de conducirse. No quieren adularte, no pretenden imponérsete. No hay comedia. Son como son, como la piedra y las flores o como las estrellas en el cielo. ¿Me comprendes?
Comprendía.
-Por lo general, los animales son tristes -continuó-. Y cuando un hombre está muy triste, no porque tenga dolor de muelas o haya perdido dinero, sino porque alguna vez por un momento se da cuenta de cómo es todo, cómo es la vida entera y está justamente triste, entonces se parece siempre un poco a un animal; entonces tiene un aspecto de tristeza, pero es más justo y más hermoso que nunca. Así es, y ese aspecto tenias, lobo estepario, cuando te vi por primera vez.


El lobo estepario (Der Steppenwolf). Hermann Hesse. 1927

En la dimensión internAZional del actual problema sentimental, o, haciendo más amigos (ya verán con el alemán), o, mi propia: Canción para ligar

Ante briosas columnas delatoras, embellecidas formas griegas, hago ignominioso juramento kafkiano: lacerador mortificante; no obstante perjuro que rápido sucumbiría toda una vislumbrada Walhalla por Yehová, zalameramente.



Versión prosaica ampliada a la vez que simplificada, para estudiantes angloparlantes del castellano (a mis lectores hispanohablantes huelga cualquier aclaración, porque además son ustedes muy inteligentes):

I mean to say that, all the beautiful and graceful women that I should meet thereabouts will be rejected stoically, though this comes to sound absurd, but nonetheless this, particularities of the sick, I, metaphorically God (no offense please), could ruin again the promised and wished paradise without doubting, cunningly, with all kinds of selfish affectations in order to my own justification. I'm quite sure this is perfectly possible to happen in the future days, but I swear that it's the last thing I need or want right now.
I just can't give any guarantees other than my poems, to my sweet, now vanishing, love.

16. La última noche en el parque

Pero a la mañana siguiente Tía acude al fin a la llamada del amante. Dos años y quince días penando injustamente por ella y ahora de repente se acuerda de él. ¿Dónde ha estado Tía todo este tiempo? Acaso no sentía a su amado que presa de la desesperación enviaba su reclamo a través de los muros de su prisión infatigablemente noche tras noche, en la bien fundada esperanza de ser atendido como lo que era, su amante de inquebrantable afecto hacia ella, a pesar de la ausencia no sólo física sino también de espíritu de la amada desde hacía tanto tiempo. ¿Y ahora qué? ¿Espera que la reciba con los brazos abiertos como si no hubiera ocurrido nada?
Jorge no fue acumulando rencor, ni antes ni ahora lo sentía, más en ese mismo instante, en ese preciso instante en que supo nuevamente de ella se dio cuenta de lo obvio: no era digna de su amor. Nunca lo había sido, pero Jorge empeñábase en su cerrazón, asido fuertemente a unos sentimientos tan sólidos que sólo han podido ser derribados y mortalmente heridos cuando se la volvió a encontrar de frente y la miró a la cara y vio todas esas arrugas de mentiras sin maquillaje fraseado falseador alrededor de sus ojos y cuello, con la celulítis ya alcanzándole no sólo brazos y muñecas, sino hasta los tobillos y tan visible aún aquí entre las medias de rejas de puta manifiestamente barata que la a la par inverosímil mórbida flaqueza de sus carnes esqueléticas no revelaba otra cosa que su alma espuria, tan falsa cómo esos implantes de pecho que le asaltaron a la vista cual taimados trileros. ¿Qúe quedaba ya de su belleza natural? Nada. Toda ella era un engaño, un fraude, una mentira contada millones de veces que en un momento lúcido al fin ha sido descubierta por Jorge cuando se presentó nuevamente ante él. Y a él es a quien se le ha caído la venda de los ojos en última instancia, porque ella, bien lo supieron muchos, antes que él, nunca la lleva puesta. Digan lo que digan, ella nunca ha llevado los ojos vendados.

Y ocurrió...

15. La última noche en el parque

Pero los momentos transcurren y se vuelven más pesados e insoportables sin el rastro de Tía. Una nueva semana sin novedad de ella, y el calor de otro verano que ha llegado. Esto sumado a los recientes éxitos futbolísticos regionales y nacionales han, inverosímilmente para él, solapado el interés anteriormente mostrado por su situación, o incluso la suya propia, y ya todo son sólo fiestas allí afuera. Fiestas de fuegos y tracas, de abrazos fraternos y nuevos amores, de carnes quemadas y alegrías bachilleriles. Comienzan las noches de fiestas de espuma, noches en vela con velas y cócteles no precisamente de Molotov. Estudiantes y trabajadores cumplidos disfrutan del descanso del trabajo bien hecho o no. Pero para él no hay descanso posible, y eso que se pasa horas tumbado sobre el somier sin más quehaceres que jugar a las cartas o al balón en el patio. ¿Cómo descansar y relajarse aquí dentro? En sus momentos bajos llega a desear que toda esa gente que disfruta de su libertad tuviera que pasar sus vacaciones presa en su misma celda, chocando con los barrotes, mamparas y muros, que vieran realmente cómo es esto.
¿Qué sentirían? No sabe ya cómo aguantar esta tremenda carga, y se pierde en semejantes divagaciones injustas con todos, pero a veces es que no lo puede evitar, y queda bastante justificado además su sentir ante el conocedor objetivo de su desdicha. Se agarra únicamente ya a la ilusión de un posible permiso que pudiera recibir en julio. Su abogado lo ve factible pero tampoco quiere crearle falsas expectativas que pudieran hundirlo un poco más en ese pozo desde el cual en muchas ocasiones no se ve el cielo azul como salida, sino que se convierte en algo irreal o utópico, siendo benevolente, pero por definición, inalcanzable a un pobre diablo como él, sin más recursos que los de su familia que bastante esfuerzo hace ya. Y maldice su destino, fraguado ya desde el mismo momento en que nació, y su pobre condición.
En su fuero interno no obstante, no maldice su propia suerte en última instancia, sino únicamente su pertenencia a esta especie, que no por muchos años más seguirá sin estar en peligro de extinción, aunque bien sabe él que mal de muchos sólo es consuelo de tontos, pero no sin razón piensa: "coño, si a nadie le importo, qué me importa a mí nadie".

"Jo, jo, sé cómo se come todo, todo el mundo..."

José no sabía cómo se comía el mundo.
Sólo se le hacía difícil expresarse siendo ¿tartamudo?

Otra vez ese sentido de la vida

La inutilidad de la búsqueda, de esa cosa, quedará demostrada cuando se encuentre (esa cosa, en el mejor de los casos).

14. La última noche en el parque

En todo caso, y una vez consumado el histórico ascenso, Jorge vuelve a protagonizar la actualidad de manera incontestable.
La creciente popularidad de Jorge le ha traído nuevas amistades, como la de un poeta grande instalado en las alturas del país, entre otros hogares, cuya obra sin embargo apenas conoce más que por sus ocasionales paseos por la red de redes, inmenso embudo éste en el cual cabe desde lo más grande hasta lo ínfimo, lo grandioso, lo pésimo, lo pretencioso o conmovedor, tanto da; la más abyecta naturaleza humana también campa a sus anchas por esa tela de araña redesarrollada constantemente y tan bien conocible a la velocidad que nos permitan nuestras propias luces, en la que por ejemplo hoy en día un elogio del proxeneta bienintencionado fallece sin avisar (aunque la muerte se anuncie no es ley que se explique) y por contra el amor mal entendido hacia los niños se multiplica, sólo públicamente, eso sí, de manera inexplicable.
Jorge no es ajeno a toda realidad, y agradece, que conste, lo que haya que agradecerle a sus nuevos amigos, aunque su particular realidad se limite a celdas, patios y economatos, que a su manera de entender incomprensiblemente (y para cada vez más personas, espero) lo ha colocado en el mismo plano, no sólo arquitectónico, de otros con los que Jorge no quiere tener nada que ver. Pero bueno, hay cosas que no hay que tratar de entender si uno no quiere volverse loco. Ese es el consuelo de Jorge. Por el momento.

'Testo Yonqui' es un ensayo muy recomendable de la filósofa B. Preciado, aunque uno ya no sepa si guardar, vender o tragarse sus fluidos reproductores

¿Por qué la 'a' sí tiene un, o aquí dos, grande y pequeñito, rabito, y la 'o' no lo tiene, aunque la escriba a mano, si acaso lo tiene chiquitito, y sin embargo ambas ellas parecen un orifi cito aquí a un/a de l@s más grandes nuevas/uevos pensadoresras de la historia contemporánea, y eso que yo no soy nadie para decir esto ni tengo los elementos de juicio suficientes, pero me apetecía hacer una afirmación categórica y presupuesta de intelectualidad hacía rato ya hombre ya (no todo es Jorge Ortiz en la vida, ¿no es verdad amigos?):

"La división sexual (no gestacional) no desaparece, sino que se multiplica y se transforma."

Beatriz Preciado en el apartado décimo 'Pornopoder', subapartado 'Nueva diferencia sexual: orificios penetrables y terminaciones penetradoras' pág. 206. Testo Yonqui, Espasa, Madrid, 2008. ISBN: 978-84-670-2693-1

La filósofa en 'Redes'.

Y con Jodorowsky, sí, no me he equivocado, Jodorowsky empleando dinero público con una filósofa (juas, juas, me encanta el mundo).

13. La última noche en el parque

Jorge y Tía. La quintaesencia de todas las grandes historias de amor conocidas.
Un hombre resuelto a enfrentarse a su destino y una mujer perfecta pero esquiva.
Esa es la trama alrededor de la cual gira el relato indeterminado, no caben más dudas. Una serie de desventuras inexplicadas vividas por el protagonista, le han llevado a prisión de un modo inenarrable, y ha de conformarse a la nueva limitada realidad entre las frías, húmedas y grises paredes del centro penitenciario de un pueblo asturiano, pero con la seguridad de que la verdad está ahí afuera, y ésta es propagada como fuego en un bosque de cerillas por quienes conocen su existencia.
La grandiosa relación sentimental de Tía y Jorge ha encontrado eco hasta en algún periódico nacional de amplia difusión, y provocado el interés de miles de anónimos ciudadanos, que se desvelan ante las nuevas vicisitudes de un amor tan imposible como deseable.
Trovadores musicalizan las andanzas de los dos amantes, tertulianos teorizan con ricas polémicas sobre el porvenir de su amor. En los portales se marujea con cierta inquina hacia "la Tía", que es más querida en ámbitos intelectuales. Los niños, con su inocente y desprejuiciada visión de la realidad, gritan por los patios sus deseos de ser como Jorge, y las suegras lo desean como yerno de sus desafortunadas en amores hijas. En el registro civil no hay más nombres que el de Jorge en caso de varón recién nacido, aunque el nombre de Tía no se acaba por imponer entre las niñas, y es preferida la variante Iustitia.
Nada puede detener el glorioso avanzar de esta historia. ¿Nada?
Casi nada mejor dicho, puesto que este próximo domingo el mundo se parará por uno de esos acontecimientos que sólo ocurren muy de cuando en cuando y mantienen en vilo a toda la humanidad, y que, todo hay que decirlo, está muy por encima de los dichosos avatares que pueda sufrir cualquier ser humano.
Once atléticos jóvenes vestidos con camisetas rojiblancas tratarán de enmendar una de las más grandes injusticias de los últimos tiempos y devolver al Real Sporting de Gijón a la primera división del fútbol español.
Jorge escuchará los pormenores de semejante hazaña por la radio. Y se alegrará.
Aunque no acabará de entender muy bien el porqué.