Hoy: Actividades huelguistas con Leo al son en cursiva de MGMT

Qué alegría/ salir casi a mediodía/ por Cimavilla en día/ de huelga general nacional y ver que no hay ningún negocio abierto. I'm Feelin rough, I'm Feelin raw, I'm in the prime of my life. Que los dos quioscos de la calle inferior a la mía/, que entre los dos no deben vender más de cien euros al día/, estén cerrados y no vendan esa prensa vendida/. Let's make some music, make some money, find some models for wives. Bajar luego hacia Pelayo (una estatua, fuente) por la plaza del Marqués y ver que la cosa sigue igual, sin panaderías/ abiertas, ni cafeterías/, sin otro quiosco; I'll move to Paris, shoot some heroin and fuck with the stars torcer hacia el muelle y comprobar que ni la administración de lotería/ vende las únicas ilusiones que le quedan a la mayoría/ de la gente. You man, the island and the cocaine and the elegant cars. Encaminarse hacia la calle Corrida/ y confirmar que la farmacía/ y la heladería/ al comienzo de ese trayecto así como la droguería/ y la tienda de comestibles han secundado el paro. This is our decision, to live fast and die young. Meterse de lleno en la propía/ calle Corrida/ y contemplar atónito como la librería// La Casa Del Libro está abierta. 
We've got the vision, now let's have some fun. Acercarse a los distintos escaparates de ese comercio y otear allí sucesivamente libros de Pérez Reverte, Menéndez Salmón, algún maldito francés y contestatari@s varios puestos a la venta por los mercaderes de sus mercancías hasta en un día sagrado como hoy, 29-S. ¡Oh, Duchamp, cuánta razón! Yeah it's overwhelming, but what else can we do? Get jobs in offices and wake up for the morning commute? Alejarse de allí con el pecho henchido bajo la camiseta de Marc Ecko adquirida en rebajas que reza 'True rebels always walk alone' por la satisfacción del deber cumplido, y la garganta aclarada, plasmado en esas vidrieras repetidas veces en forma de sustanciosos lapos de tono verde oscuro. Forget about our mothers and our friends. We were fated to pretend, to pretend. We're fated to pretend, to pretend. Continuar la marcha Corrida arriba y nada, ni un negocio abierto a casi medio día, no hay ni manteros a la vista. Llegar a la plaza del 6 de agosto, sin interés en saber qué efeméride celebra, y sentarse en un banco y más que ver, oír, al primer ser que realiza algo parecido a trabajar: un gitano balcánico de esos que no tienen sitio en Francia tocando en su saxo bajo un standard hispánico, ese que diría en su estribillo vocal “ay, ay, yai, yai, canta y no llores”. Si bien reconocer que es cierto que ofrecer su arte gratuitamente no es trabajar, el hombre ni siquiera exige dinero a cambio, únicamente la voluntad, si es que aún quedara de eso, y asi está bien y así debe ser y será I'll miss the playgrounds and the animals and digging up worms. I'll miss the comfort of my mother and the weight of the world. Encontrarse en la plaza allí sentado rodeado de paseantes y distinguir entre un grupo de gente que dobla la esquina, que acaba dirigiendo los pasos del viandante a la plaza de Begoña, a un viejo amigo de los tiempos del baloncesto convertido en sindicalista dando ejemplo. No saludarlo a lo lejos por no interferir en sus nobles menesteres y liarse un cigarrillo Pueblo porque el mundo está casi bien. I'll miss my sister, miss my father, miss my dog and my home. Oír pocos instantes después aplausos y vítores, y poder aseverar tras desplazarse hasta el lugar de procedencia de esa exclamación de voluntad popular que los responsables del Alimerka de la calle Los Moros cierran ese supermercado por la presión, entre otros, de cierto amigo de otros tiempos, de otras pelotas, con quien fundirse en un efusivo abrazo al momento es un placer. Yeah, I'll miss the boredom and the freedom and the time spent alone. Ni un ligero cruce verbal entre la adolescente novia heavy de un heavy también adolescente y un piquete femenino, porque los primeros querían entrar al supermercado a por unas birras, empañan el disfrute de esa victoria. But there is really nothing, nothing we can do. Love must be forgotten. Life can always start up anew. Para luego de volver sobre los pasos con el fin de emprender el triunfal regreso por Corrida, la mayor arteria comercial de Gijón, padecer alguna zozobra por abrir sus puertas Zara a manos del pibón del día the models will have children, we'll get a divorce y desplegar unas gentes muy morenas dignas del día sin una sola nube (comprobar después si hubo algún aviso por parte del dios de la meteorología asturiana si también iba a la huelga o no, ya que ahora por la tarde llueve como siempre) sus mantas llenas de música e imágenes pirateadas we'll find some more models, everything must run its course y poco después hasta cruzarse con el propio Menéndez Salmón empujando un carricoche. Tener fuerza suficiente después de las ofensas como para variar el natural regreso a casa y no enfilar el paseo del muelle si no doblar por San Antonio al finalizar Corrida y llevarse un alegrón tremendo pues el Sporting de Gijón apoya el llamamiento a la huelga general a través del cierre de su tienda oficial sita en la propia calle de San Antonio. Y ese hecho vigorizar los ánimos lo suficiente para poder afirmar con satisfacción que un poco más adelante su wifitería habitual también permanece cerrada. Y aún tener tiempo para dirigirse a la plaza mayor y participar activamente en una concentración de (CNT no sé dónde andaba) ce ce o o, como diría aquel innombrable presentador de telediarios. Y sí decir, ha sido un buen día. Hasta la peluquera de uno mismo no abrió. Bueno debe ser estar orgulloso, un poco, a veces. We'll choke on our vomit and that will be the end. We were fated to pretend, to pretend (x2). Y qué decir de la solidaridad de algún vecino que sigue permitiendo acceder al que suscribe a su red wi-fi y poder publicar gracias a ello esta entrada que finaliza con la canción que ahora también ustedes pueden disfrutar. I said yeah, yeah, yeah...

Reo (del Mal) triunfa en la televisión inglesa, al final


Britain's Next Top Model Cycle 6 - Episode # 6... por BNTM6

La cuestión del taburete

Vas a tener que explicármelo de otra manera.
Bien, estábamos ahí tomando algo, ¿no? Y me entró hambre y fui a por unas aceitunas.
¿Cómo que fuiste a por unas aceitunas? ¿Buscaste olivos en la noche?
Allí hay una máquina que expende frutos secos, gominolas y aceitunas y eso, ¿vale?
¿Rellenas?
De anchoa. Y cuando vuelvo a mi sitio, un tipo estaba sentado en mi taburete.
Avanzas demasiado deprisa. Cuéntame algo de la chica.
Nos conocimos el fin de semana anterior, en el bar.
Vale.
Y la chica me llamó la atención. Llamó la atención a todo el mundo en realidad.
¿A todo el mundo que la vio en ese bar querrás decir?
Sí, perdona. Y la chica esta pues me gustó mucho.
Eso ya lo he oído en otra ocasión.
Quiero decir que brillaba en la noche en aquel bar de poca luz. Tenía como un aura.
Te entiendo. Paranormal pero en el buen sentido, ¿no?
Sí.
Emanaba una especie de luz que te deslumbró al momento; a ti, que no eres de deslumbrarte, ¿no?
Sí, lo estás pillando. Sigue.
Tú, en cierta, o en concreta, manera también captaste su atención como te ocurre en bastantes ocasiones. Una forma de llamar la atención que achacas principalmente a tu presencia física, a tu porte, gallardo digamos, aunque en ocasiones, y principalmente las chicas que más te han gustado, y aquí has de confesarte que esas siempre son las más hermosas chicas, si tomamos como canon estético el aceptado, que coincide con el publicitado o mediático, te han confesado que hay algo añadido en ti que las atrae, ¿cierto?
Sí, sí. Vamos, ese algo como inexplicable, o inexpresable, mejor dicho.
Lo sé, lo sé. Pero permíteme continuar.
Adelante, perdona.
No, hombre, no te disculpes.
Es una, creo que ya, mala costumbre que tengo, ¿sabes? Pedir permiso o perdón, dar las gracias y todo ese arsenal de buenas maneras que empleo a la más mínima ocasión y que no todo el mundo entiende, especialmente en estas tierras. Pero sigue.
Creo que deberías proseguir tú.
No lo creo así, pero vale.
Y nada, eso, nos miramos, yo totalmente cegado, enceguecido que se diría, por su luz aunque suene un poco asá. Nos sonreímos, dijimos alguna tontería, luego tomamos unos chupitos, de VodkaCaramel, como siempre hago cuando invito, porque es una auténtica bomba y a las chicas les pone más de lo que se creen, y comenzó a sonar Sex on Fire y me dijo, en una cuasi explícita invitación a besarla, o así lo tomé yo, que le gustaba mucho. ¿Conoces la canción?
¡Cómo no! Pero ahora acelera un poco, por favor.
Perdona.
No pasa nada. ¿Quién sigue? Da igual. Tú mismo. Vale. Bueno, pues la noche aquella fue bastante bien. No sé si me entiendes aunque no quisiera engañarte.
En todo caso, no creo que puedas.
Pues quedamos varias veces esa semana hasta que llegó aquella noche, que es la de ayer. Estábamos muy a gusto allí, en ese sitio tan chulo con música de los '50 y '60 del siglo pasado tipo Fats Domino, Little Richard y cosas del palo, bebiendo cerveza con sabor a mil besos (aunque suene a broma ahora no me disculparé) y hablando y tal. Hablando por ejemplo de lo mucho que se parecía, ella, a varias estrellas de televisión, lo cual en principio puede parecer difícil pero bien miradas a las presentadoras o semi-actrices de la tele les sacas más de un parecido entre ellas. Realmente es una chica muy guapa.
Pienso igual en todo.
¿Estás de acuerdo en que no incluya lo de las aceitunas?
Deberías mencionarlo pero si te es más cómodo saltémonos esa parte. Pero que no acabe todo en un chiste, ¿vale?
Tendrá menos gracia entonces. Da igual. La chica sentada donde antes y al lado mi taburete, que no está. Entre que la chica se había distraído charlando amistosamente con la camarera, que por cierto según me contó, la seguro ya ex-casichica mía, era amiga de su ex-novio, un rockero, vaya cosa, y que yo había tardado más de la cuenta en volver con las aceitunas del expendedor situado al principio del bar (estábamos sentados al final de la barra, acoto, por si acaso) donde también se ofrecían gominolas, frutos secos y no sé realmente si algo más, porque, casualmente, la máquina se tragó mi moneda con un poco de ayuda por mi parte ya que no hice girar bien la manilla o como se diga, pero, claro, eso no se lo dije al camarero que vino con otra moneda en la mano para insertarla y accionar el asunto correctamente y ante él me tuve que justificar mostrándole el dedo que casi me pilla la dichosa máquina, pues nos habíamos hecho un lío todos, incluyendo el gordo que se había sentado en mi taburete.
Lo de llamar gordo al tipo que atrajo hacia sí (unos dos metros, ni más ni menos) sin pedir permiso, o siquiera formularle, a la entretenida en hablar chica en cuestión,  la simple pregunta de "¿está ocupado?" y se sentó en lo que vienes llamando "tu taburete", no está bien, ¿no crees?
¿Cómo?
Llamar gordo a gente obesa como atributo personal definitorio.
Eso mismo, con otras palabras, me dijo la chica después de todo el follón. Va a ser que tenéis la misma visión de lo que es educación, o civismo.
Creo que tus buenas maneras, al igual que anoche, se van rápidas al limbo, ¿o cómo crees que debo interpretar esa actitud, si bien en el fondo hosca, aparentemente no más que sarcástica hacia la que acabas de girar conmigo. ¿Por qué no vas al grano, como dicen los americanos?
No te me pongas a rimar que todavía la vamos a liar.
No puedes ir así por la vida. Si al final te sales con la tuya, igual que anoche que obligaste al gordo grasiento y maleducado que encima vestía un odioso polo rosa de cierta marca de reptil a cederte el sitio con dos cojones. Y es que él sí que fue poco afortunado, ahí comparto tu vehemencia, en sus primeras negativas, menospreciando tus buenos modales que como tú bien sabes en ciertos ambientes pueden no llevarle a uno muy lejos. Pero, de todas formas, alguna otra conclusión sí que debes ir sacando porque me parece que en el medio en que estamos este tipo de digresiones de tan poco narrativas al uso y de ya cierta extensión no están muy valoradas, creo yo. O sea que, ¿qué te pasa realmente con esa chica? Ella te comentó que no pasaba nada, que pensaba diferente a ti en este asunto y que le produjo impacto que fueras capaz de pasar en un segundo de ser el tipo más amable a una fiera en potencia, pero también te dijo que le gustan, hasta cierto punto, ese tipo de caracteres, capaces de imponer lo que ellos creen justo y adecuado. Aquí hay algo más que no estás queriendo confesar, y como no podía ser de otra manera, sé ese motivo, pero no me toca a mí definirlo que para quedar como un superficial ya estás tú. Y te había aconsejado no finalizar con un chiste y no lo harás aunque quisieras porque más que gracia es bastante penoso admitir a una semana de relación que con pantalones no estaba ni la mitad de buena. Que hasta el ombligo muy bien. Que los tatuajes de pin-up muy bien. También esa escondida flor de loto. Que los pechos muy bien. Que la boca perfecta. Que era una belleza de mitad de siglo XX y muy bien. Y el resto de lo demás muy bien, sin entrar en detalles de momento, pero que con vaqueros muy mal. Muy mal, de verdad. Tienes varios problemas, chaval. Pero a continuación, por qué no dices que era rubia, teñida, ya sabes, ese estado mental más que color de pelo. Que ponía morritos tras cada sílaba que pronunciaba. Y con esos mismos morritos posaba en cada una de las fotos que te mostró en su móvil última generación tan activo en sus manos como el demonio. Que pestañeaba constantemente y de manera deliberada de un modo exasperante con vete tú a saber qué y dónde apropiadas intenciones y maneras (influencia muy probable: revistas de tendencia de alguna cosa femenina, de anteriores temporadas). O que se mordía constantemente los nudillos, eso sí, si antes había finiquitado a dentelladas sus últimos padrastros y cutículas. Que te dijo que estaba más bien, no dijo mejor, no, dijo "más bien" de la espalda maltrecha y con protusiones en varios segmentos de su columna (pobrecita). Más bien estaba un poco hasta la polla de esa chica quien sea que esté escribiendo esto. Y claro, sin siquiera follar. "No chica, no es que no me apetezca (acompañarla a casa, el primer día) es que creo que podemos tener algo especial. Mañana te llamo." ¿A quién querías engañar? ¿Qué te ha dado por buscar amor, ahora? ¿Ese era el pretexto para llegar hasta ese punto que se produjo anoche? ¿Pintarte ante ella como lo que tú crees buen chico para por unos pantalones mal escogidos (aparte de lo que se ha descrito antes) mandarlo todo al carajo en un ataque de apenas refrenada explosión de furia  por un gordo de mierda que te quitó un taburete? Venga, hombre. Alégrate, que mira cuánto has escrito hoy del tirón.
Vete a cagar.
Eso mismo acabamos diciéndole a la chica.

Leo y Mar

Rubias

Rubias. Rubias de bote. Teñidas, de chocho morenote.
Rubias oxigenadas. Naturales, de heno, miel y pajas.
De aquí o acá: tened cuidado que Leo va para allá.
De rubias soy gran ocelote con tal de escribir cipote.

Rubias, oíd mi rechino: gordo me ponéis el pepino.
Furcias, digo rubias, que da igual añadir un extraño más
pues nunca estará de más, pero eso ya lo sabéis, las rubias.
Oh, ario destino donde yo gusto de pelar mi (sí) pepino.

A las rubias del mañana de gradación hasta el banana
quieren dar las gracias, por los condones, los de las farmacias.
Y yo hasta aquella pérfida rubia operada, casi enana,
le volvería a decir aquello de: "Trágatelo." "Gracias."

Eviterna p. (Je veux me promener)

               Piticlano, peregardo, punchi, plamataca, postaqui,
               paberane, praín, prapra, piful, piklanubo, pedelovi,
               poocelmo,                                                     peseramo,
               pfematruz,                                                        pufpunef,
               pyadetax,                                                           pfupadú,
               psiculión,                                                           poicrioy,
               puzazi, pogixt, pesrietu, phacfrí, paygijal, peoñadán,
               purlio, ponbloa, piuvleto, paesi, poho, pejotle, putsi,
               poreisum,
               peotruqui,
               pijeneltor,
               pecleiyan,
               pagitsevo,
               péwrazez,
               panejikot,                                                     ti voglio tanto
               pene-cito.