Gijojón

¿Y lo que mola Gijón, qué? No sabéis lo que mola.
Lo suyo es quedar con un poeta, unas cañas y a comer.
Te comes lo que te pongan, que es mucho, y mayormente: bien, y barato, dada la circunstancia comparativa con lo que te suelen cobrar por un poemario; y bebes un vino, dos, tres, etc., Oportuno, en ese caso, con mucha gaseosa (La Casera, la mejor). Dejas que el poeta hable de un clásico contemporáneo como... Rogeliobuno, por ejemplo, y cuando te percatas, ya estás en un bar recién abierto para la sesión vespertino-nocturna pidiendo el tercer chupito de hierbas.
Y aparece la chica, por no llamarla señora solterona, histérica (y los de antaño saben lo que eso significa), con buen cuerpo a pesar de los 45 años que le marcan las patas de gallo y que ha venido a decirte que, tras pedirse un café solo sin aditivos, tiene los derechos sobre Moonwalker.
Yo no miento.
Que tiene los derechos sobre el baile de Michael Jackson, no la película ni la canción, nada de esas mierdas, que ese ente le dedicó la canción Remember the time y que el año pasado cuando Michael aka Moonwalker estuvo en Gijón como todo el mundo supio (me permito el localismo) le ofreció irse con él al país de Nunca Jamás, y no a hacer de esfinge precisamente, puesto que muchas cosas que él aprendió en su etapa más lésbica se lo había enseñado ella hace 17 años cuando MJ estuvo en GI John por primera vez.
Que si teníamos 600 euros sueltos para financiarle una expedición a la City financiera (London, punks) para hablar con abogados y tal.
La remitimos, el poeta y yo, a Luis Alberto de Cuenca y más tal, que suele apoyar causas perdidas con mucho ímpetu. También la SGAE entró dentro de las recomendaciones, y, aunque yo había pensado en darle el número de Miguel Bosé, que quedó encantado con mi polla (y culo) cuando la probó, no se lo di finalmente, Santas Pascuas.
Gijón mola. ¿Que no?

saludos cordiales (mi primer poema oficialmente mío)

no me parece que
habiendo vivido tanto
y conocido tanta gente, y eso
sea de recibo
escribir mi primer
PO-E-MA
con un final como
este


pero por si no lo sabéis
me la trae floja

Pump... Pump...

Y aconteció un brutal herror



He de comunicarles a todos ustedes, en previsión de posibles próximos malentendidos, que tras mucho cavilar, y valorar en su justa medida los argumentos que Reo del Mal viene esgrimiendo en cada conversación que mantengo con él, hecho que se produce quizá con mayor frecuencia de la deseada por mí, y de las cuales, salvando el último intercambio de comentarios en el anterior post, ustedes no son testigos, he llegado a la determinación de que se halla en su legítimo derecho de disponer del espacio que requiere, más ahora, que se ha pospuesto indefinidamente su ingreso en prisión que él mismo anunció en este blog.
Sirva como muestra el primer aporte de Reo del Mal que ya han podido ver (o pueden estar viendo) y escuchar (ídem auditivo) al comienzo de esta entrada y del cual en consecuencia no me hago en absoluto responsable aunque sea yo quien firme, y simpatice con la propia canción de arriba, todo sea dicho, esto que quiere servir como nota introductoria del nuevo autor berserker de este blog.
No le falta razón cuando opina que en muchos de mis textos, ya sean poemas o relatos, vivencias o invenciones, y no quisiera reelevar con estas diferenciaciones que acabo de apuntar a status conceptual cual pus de aporisma aporístico a esas antiquísmas dicotomías felizmente superadas (no vayan más allá),

aparece su propio y personalizado, obvio, Doppelgänger (esa problemática, que aunque no eterna, data ya del siglo XVIII por merced de Jean Paul que acuñó semejante hallazgo como Doppeltgänger, que conste, y que por cierto uno ya podría afirmar de una vez sin ruborizarse que desde entonces ha corrido mucho el tiempo, desde el punto de vista histórico-literario) cosificado binariamente en sentidos y estilos que aun restregados a fondo por el tamiz de mi individual propuesta creadora no dejan jamás de ser apropiaciones posmodernas trasnochadas cual insaciable, por no mentarlo como pretencioso, Übermensch (por otro lado, qué otra cosa sino en estos tiempos sería un escritor, pero mejor dejarelo en vista del éxito de mis textos enviados a otras publicaciones) como Leitmotiv configurativo del Zeitgeist que no sólo amolda algo que llamamos mundo sino especialmente este blog, en opinión de futuros expertos.
Dejo un sitio al Otro, sin dejar de aparecer por aquí, desde luego, con lo cual creo que me puedo permitir contravenir al canónico Rimbaud pues concluyo en que yo no soy el otro, en un acto político en toda regla.
Y me quedo tan ancho como pancho.

Una cosita que Leo del Mar no quiere que sepáis

Hola soy Jorge otra vez.
No, no es que me hayan dejado salir para escribir esto, aquí en la prisión de Villabona no me dejan Internet, es que lo dejé programado el otro día viendo venir que el tal Leo del Mar, ese que va de enrollado, que va de que se preocupa por los asuntos de los demás y toda esa pesca, iba a dedicarse a lo suyo. Bueno, a lo que él cree que es lo suyo: escribir. (¿Ha sido así o me equivoco?)
Permitidme que me ría, ja. Y ja. Lo suyo y lo del escribir digo, pues eso, ja.
Y para que veáis que no me río en vano os voy a dejar un regalito que el mismo Leo de la Mar intentaba ocultaros a todos vosotros. Así con vuestros propios ojos veréis lo que este hombre suele considerar digno de publicarse viniendo de sus teclas, aunque sea para ser publicado en una revista virtual como Agitadoras. Gracias a Dios en esa revista todavía mantienen cierto criterio a la hora de publicar a desconocidos que si no se nos iba a llenar el mundo entero de gente que se cree escritora por tener un blog. Más o menos de eso debe hablar el texto aunque no se entiende muy bien porque mete a perros, gaviotas y no sé qué más historias chungas.
Demos todos las gracias a los encargados de esa revista por no publicar el siguiente texto y de paso pidamos un poco de mesura a todas las demás.
Bueno, pues desde Villabona os envío un fuerte abrazo a todos vosotros que realmente, y no de cara a la galería como Leo, aún os afectan estos casos de injustica como el mío o el de Tommouhi y Mounib.
Pasen y rían. Ahí va Leo, el del Mal:

Lo poderoso del ladrido remite a un pastor alemán, como poco. ¿A quién ladrará en mitad de la noche? No será a las gaviotas, aunque no le dejen descansar con sus graznidos discordantes, sus usos sociales. Puede que rememore a sus antepasados lobunos al ver la luna tan crecida, mucho más blanca que amarilla. O a su sombra, los perros no es que sean muy listos, no tanto como las gaviotas al menos, como he leído en un blog, en un blog, en un blog. Ahora el ladrido se asemeja más a un perro de agua, epsañol y/o en combinación español, pequeño, casi tan pequeño como un blog y las gaviotas son cóndores usurpando los chillidos de gaviotas, estoy seguro, tan seguro como que esto es un blog, no literatura. Claro, el perro de agua turbia español le debe estar ladrando al gato que le vacila y maúlla en la cara desde el alféizar del piso bajo de enfrente. Es un gato negro, tan negro como la noche, como la noche del blog de un tal negro llamado Leo del Mar, no Manuel Vilas ni Vidal Sassoon, y tan oscuro como el resto de la noche cuando los cóndores eclipsan la luna, y el perro, espsañol o algo así, de agua turbia, reducido a caniche, que equivaldría a un pastiche, a un blog, de tanto miedo que le tiene a la noche, y a los negros y gatos, deja de ladrar. ¡Qué asco de perros! Bueno coma ya calló. A ver si me deja escribirle a mi blog, blog, blog. Los cóndores al fin han dejado de ser gaviotas y las gaviotas han dejado de ser ruido, y el gato ha ido a cumplir con sus obligaciones zoofílico-geriátricas. Blog, blog, blog, yo sigo amándote en la oscuridad y ahora en silencio. Tú y yo, nada más. Mejor enciendo la tele, ya sabes, mi ablog que a los de la tele les gusta verme y hablarme. Otra vez llegué al sitio, ya sabes, el que me ofrece morir. Menos mal que esto no es literatura, sólo un blog y aquí no es más que majadería decir que la tele, internet, la pantalla posmodernizada al fin y al cabo, te habla. Te habla, es decir, me habla. John Cobra me habla, y Paco el enemigo de John Cobra y Batu. Y Batu también me habla, último mensaje dice. Esto es el acabose blog mío, ¡qué miedo! ¿Y por qué no ladra el perro, blog? Era mejor hace un rato cuando ladraba. No tendría que hablar de literatura, blog. ¿Alguna vez te he hablado de literatura ablog mío? Son esos escrotos de otros, generalmente poemas, que cuelgo en mi blog. La poesía también es literatura blog, no seas blogo, que te veo postear. Un cigarrillo de alguna marca americana, KKKera o no, Phillip Morris o Lucky Strike o Marlboró, es literatura a su vez, forma parte de ella, pequeño blog mío. Sí, sí, así es. Y el cielo y las estrellas. Y el simbolismo, la crítica acompasada, Berlusconi, las firmas en los suplementos dominicales, Asturias patria querida, el horror de tener que hacer esto para salvar mi pellejo. Todo, todo es literatura. Todo salvo tú, querido blog.
¿Por qué? No lo sé, pero de todos modos, gracias por estar ahí. Ya estoy mejor.

Spanish bombs yO tE kUeRo iNFiniTo (2:19)

Haciendo ruido

Hoy salgo en la tele. Canal 10 de Gijón a las 22 o a las 22.30, no sé.

Tampoco sé si lo emitirán en directo por internet pero por si las moscas aquí os dejo el enlace.
Huy, que casi me pierdo mi descabellado ingreso en prisión, ¡cómo pasa el tiempo!
Ya os contaré lo rápido que pasan cuatro años.
No es tanto tiempo en realidad. Sólo lo que dura una legislatura, lo que hay que esperar entre Mundial y Mundial, lo que tarda en aparecer otro 29 de febrero, 16 estaciones del año...
Si lo veo como si me tuviera que comer cuatro pizzas quattro stagioni muy, pero que muy, poquito a poco, a lo mejor ... Ya.

LOSER (perdedor)

Esta canción que os dejo abajo bien grande me gustaba mucho cuando salió.
Yo tenía 22 o 23 tacos y aunque no sabía mucho inglés me encantaba por el estribillo ese de "soy un perdedoooooooor". Luego me enteré de la segunda parte del estribillo que viene a decir después de lo de perdedor que "por qué no me matas, nena".

Pues eso mismo, ya que están, les digo yo a mis nenas del Consejo de Ministros.
Mañana voy para dentro otra vez.
No creo que tenga ni ganas ni posibilidad de volver a escribir aquí.
Pinchad en mi foto y podréis leer una entrevista.
Pero antes escuchad la canción, que es muy buena.

Soy un perdedor, ya lo sabéis. Un auténtico perdedor.
Adiós.
Y suerte con todo, ¿eh?

Ich möchte ein Doppelgänger sein (im kalten Polar)

Nada más verlo salir por LLegadas Internacionales me llamó la atención. Los pasos firmes y pausados denotaban seguridad en si mismo, del tipo de ir sobrado, en plan cosmopolita viajado con su traje negro correspondiente encargado de ensalzar su, todo hay que decirlo, excepcional porte.
Posé mis ojos en él y le atraje, creí, a mi lado de la barandilla. Pero pasó a mi lado; su mirada fue lo que me traspasó, lo cual no soporto en absoluto, pues es bien sabido que a nadie, y menos a alguien como a mí, le gusta que no reparen en él cuando es lo deseado. No iba a dejar de intrigarme por ello y le seguí con la mirada hacia el bar 24/7 adonde se dirigía decidido. Sobre su hombro descansaba el maletín del presupuesto portátil y con la mano del mismo lado arrastraba una pequeña maleta de piel negra. Doblado sobre su antebrazo, el del otro lado, el izquierdo, portaba su abrigo, cuyos pliegues rebotaban sobre sí mismos a cada paso del andar, y pude distinguir, cada dos batidas de tacón, como un libro asomaba de entre ahí, de un bolsillo.
Conocida por mis conocidos es mi afición a la literatura y, aunque un poco inexplicablemente, sigo considerando a cierto tipo de personas como no objetos finales de la misma. Este hombre había sido catalogado por mí como tal, como diré, injustificadamente. La curiosidad y la previsible, ya sólo faltaban por aterrizar un par de vuelos esa noche, falta de material humano mejor hicieron interesarme por el tipo de libro, o el tipo del libro si dijera mejor, que pudiera llevar tal semejante consigo, y me dirigí como despistado al bar.
Su abrigo descansaba sobre el taburete más próximo a mi escogida mesa mientras él se proveía en el expositor. Había descubierto al autor del libro, no quise meter mano y levantar sospechas del resto de escasos y cansados parroquianos para quedarme también con el título del libro, cuando regresó provisto de un Balisto verde, el de sabor muesli, y una Mirinda.
Mientras me hacía el interesado en las llegadas pendientes, trataba de recordar algún título que hubiera leído del afamado escritor, pero sólo había sido uno en realidad, y su título se le escapaba a mi memoria en esos momentos.
No se sorprendió para nada cuando entablé conversación con él en su propio idioma, sólo podía ser uno, interpreté a causa del autor, equivocadamente, lo sé, pero certeramente esta vez.
Me dijo que siempre que volvía a Alemania trataba de evocar sus tiempos de infancia -sí, casi a primeras, me hizo esta confesión-, y lo lograba, según él, en especial con la naranjada mencionada. Trabajaba para un hotel de una gran cadena y viajaba bastante. Los próximos cuatro días iba a ir de ciudad en ciudad vendiendo su producto en plan Blitz, y por lo que parecía disfrutaba con estos viajes, llenos de hoteles de lujo y gentes políglotas.
La conversación decayó al rato y ya se iba cuando me pidió que vigilara un momento su abrigo para ir al aseo. El portátil, la maleta y su agenda electrónica las llevó consigo.
No robé el libro, ni mucho menos.
Fui tras él una vez desapareció de mi vista. Entré en el aseo y con un par de puñetazos y una patada noqueé de un modo muy efectivo y aceptablemente silencioso a un vagabundo que bebía en apariencia de forma necesitada agua en la zona de lavabos. Atranqué la puerta de entrada hacia allíá con su mismo cuerpo, por si acaso.
La expresión de la cara del ejecutivo cuando me vio entrar por la siguiente puerta mientras solitariamente aún se sacudía su pene tampoco aquí fue de gran extrañeza. Él conocía bien todos sus atractivos y así lo constaté cuando se giró totalmente y me mostró su miembro goteante y algo hinchado entre las manos.
Su pene respondió al instante a mi primer palpo a la vez que hundía mi lengua en su boca. Sus nalgas endurecidas respondían a la cadera que iniciaba su bamboleo en deseo de penetrar un orificio receptivo. Comencé la genuflexión para descender hacia su sexo dejándole lamer los apéndices de mi otra mano cuando corté este arrebato homosexual incorporándome de repente para sofocar el grito de dolor que le proporcionaba una mano con la otra. Enseguida, tras el volteo, el repetitivo golpear de su cabeza contra el gres del suelo lo desmayó, o algo más, porque yo no he vuelto a saber nada de él, y casi mejor, pues esta vida que llevo desde hace días, como él bien decía, no está nada mal, y podría llegar a gustarme. Se me da tan bien su vida que en cuatro días he conseguido llenar el hotel para los próximos meses de enero y febrero.
El autor del libro por cierto era Vila-Matas y el título 'Una extraña forma de vida'.
Hola. Soy Jorge.
Jorge Ortiz.
Amablemente Leo del Mar me ha cedido nuevamente este espacio personal para expresarme, aunque en realidad no tengo muchas ganas de decir nada.
Si algunos leéis periódicos en Gijón os habréis enterado de que el gobierno de España a través de su Consejo de Ministros ha rechazado la petición de indulto que mi abogado en vista de todas las irregularidades que se dieron en mi proceso había solicitado.
Estoy hecho polvo, teníamos esperanzas de que me indultaran para sobre todo no tener que entrar en la cárcel otra vez y para después iniciar otro proceso en el cual se tuvieran en cuenta todos los errores que se cometieron durante el primero pero no ha habido... suerte.
Estos días tendré que ingresar en Villabona de nuevo a cumplir el resto de la sentencia.
4 años.
Tengo 38, para cuando salga tendré 42. Si salgo.
Abajo os dejo una foto del conocido juez Lino Rubio Mayo.
Salúdenlo de mi parte.
Y de paso a estos hijos e hijas de sus madres también.
Y disculpad si me dejo o sobra algun@, o no os cuadra el color de sus prendas. Eso no cambia absolutamente nada.


Ah, y haced clic por los chicos. ¿O creéis que sólo pienso en mí?

Cosa importantísima que olvidé tras leerla el domingo pasado por andar ocupado en salvar el mundo a través de la escritura. Click, click o bang, bang


Copiado del blog de Alfonso X. Rabanal:
"Quería contarte de una nueva página en la que podés dar comida a un chico pobre de la Argentina con sólo hacer un click y en forma totalmente gratuita."
"La página es http://www.porloschicos.com y en ella los auspiciantes cambian unos pocos segundos de tu atención por un plato de comida para un chico que realmente lo necesita."
"Además, si la ponés como tu página de inicio, podés darle de comer a un chico cada vez que entras a internet evitando tener que escribir la dirección y asegurandote de no olvidarte."
"Acordate que cuando se trata de comida para un chico hambriento cada click cuenta y realmente hace la diferencia. Visitá la página y si te gusta la ídea contale también a tus contactos"
Acerca de la ONG
"Por los chicos" (PLC) es una Asociación Civil Sin Fines de Lucro, sin afiliación política ni religiosa, que desde el año 2001 trabaja para combatir el hambre de los chicos carenciados de nuestro país, Argentina. En PLC utilizamos el poder de Internet y de la publicidad para una causa humanitaria: administramos y operamos el sitio independiente porloschicos.com, a través del cual recaudamos fondos para asistir con alimentos a comedores y hogares infantiles de Argentina. Día a día recibimos alrededor de 40.000 visitas.
El objetivo de esta campaña es, no solo difundir nuestra labor, sino aumentar las visitas y las donaciones mensuales para poder ayudar a más niños de nuestro país."

Una extraña forma de vida

Él era un tipo. Nada más que un tipo. No un tipo de letra, claro, sino un tipo de lo más normal.
Un tipo de cosa quizá, un un, una forma de vida, algo indefinido como una posibilidad perdida.
Un tipo de ritmo sincopado, a veces, como el corazón a veces, como el 4x4 de un DJ que se llama Griffi, a veces.
Un tipo especial a pesar de no haberse terminado esa cerveza.
Un tipo típico de esos lares de los tipos de letras que pasan inadvertidos; tampoco él sabe replicarle a los tipos como él.
Tipo vino y dijo:
"Eres del tipo que no me gusta nada. No me vuelvas la espalda por tu propio bien y vigila a la tipa que tienes al lado que no deja de relamerse cuando me mira."
En adición a lo de arriba soy un tipo poco dado a casi nada que no sea hablar de mí.

Crónica de La Noche Blanca asturiana

Si los museos están vacíos de día cómo van a llenarse de noche preguntaba, más que a mí, a sí mismo el señor que me sirve el café los sábados a mediodía. Deseché el suplemento Babelia que no aportaba nada a mi país por esta duda expresada en mi presencia del señor cafetero y repasé los diferentes eventos en la agenda cultural de un periódico local referentes a La Noche Blanca que se celebraba esa misma noche en las tres ciudades capitales de Asturias.
DJ Pimp cae fijo, pensé, aunque pinche en esa icónica demostración histórica de que cualquier tiempo pasado no fue mejor como es la Ciudadela de Capua. Seguro que sorprenderá a más de uno cuando utilice los platos como congas o cuando en cuestión de pocos minutos haga aparecer auditivamente de manera indiscriminada en apariencia a Frank Sinatra, RATM o Ini Kamoze y en un salto mortal del relato, y disculpen las redundancias, me salto la parte en la que como, leo, salgo en bici, caigo y me hago daño en las manos y otras; la de DJ Pimp ya han visto que no. Sí que obvío también la parte de la noche en la que saludo a Miguel Barrero ya de vuelta en Gijón, y que no narraré aquí por cuestiones de coherencia ficcional pues pasé la noche, y algo más, como podrán comprobar, en Avilés.
Aplaudo. Todos aplauden. Pero yo aplaudo mucho más fuerte.
A cada palmada el dolor que siento es punzante, paralizador por un instante pero debo dejar constancia constante de mi satisfacción por encima de consideraciones epicúreas como este dolor, o esta sangre, y vuelvo a juntar las manos con mayor fuerza cada vez sobre la disimulada por tiritas levantada piel de mis manos. Tras Moces a bailar lo hago y tras Con tomillo y romero lo hago y tras todas y cada una de las canciones que Lucas 15 interpreta a partir de las dos de la madrugada en el buen marco que proporciona el auditorio de la Casa Municipal de Cultura de Avilés dentro de su correspondiente programación de La Noche Blanca que yo veo desde la poco ocupada primera fila de ese recinto lo hago.
Parece que el propio sacamantecas de Allariz revuelve en mis entrañas cuando escucho su canción que no puedo dejar de aplaudir cuando termina.
Aplaudo a rabiar de pie el final del concierto bisado. Aplaudo y aplaudo y las manos me duelen, y gozo, y la sangre tiñe de rojo mis manos, y soy feliz. Y aplaudo. Y aplaudo.
Y quiero compartir mi felicidad con los demás presentes para lo cual me giro todavía aplaudiendo en busca de, no sé, unos ojos de chica tristes por no poder estar conmigo o de chico furioso por no poder ser como yo o de otros simples seres humanos cuyas vidas saben que nunca podrán parecerse a la mía pero no veo a nadie, sólo a dos tipos que quieren que deje de aplaudir y llevárseme afuera. Que queda otro concierto me dicen, que con el espectáculo de mi vestimenta blanca portada ad hoc de La Noche Blanca salpicada de sangre, el escándalo de mis palmas, gritos (sí, también he estado gritando excelencias todo el rato o silbando como para ser envidiado por canarios) y saltos descontrolados no pueden proseguir, y los mando a la mierda y les pego, y sigo aplaudiendo, y gritando y les vuelvo a pegar y luego aparece una pareja de policias que me pegan con sus porras para reducirme y me llevan a la comisaría de Piqueros y aquí estoy.
En los calabozos de ahora por fortuna, al menos en los de Avilés, tienes derecho, que ejerzo, a enviar un e-mail y gracias a ese derecho, y a una aplicación de Google, soy capaz de publicar este post que me lleva a un pensamiento final relacionado pero un poco al margen de todo esto:
Me voy a acabar suicidando. Es casi seguro.
¿Blanca Romero dónde estás?

La Noche Blanca en Avilés, Gijón y Oviedo (sábado, sabadete...)

Hoy es fiesta nacional en Corea del Sur

En Griesheim, un barrio a las afueras de Frankfurt a. M. (RFA) en algunas de cuyas zonas la policía, si bien se la invita a menudo, no digna a presentarse aun dándosele la bienvenida con cócteles estilo Molotov, fuegos neumáticos y voladores pesados parecidos a piedras de distintos tamaños, hará unos días unos niños, de camino al colegio, encontraron en un sobre 15.000 euros en efectivo (y unos documentos de identidad).
Los niños-tipo allí, amén de un importante reducto alemán, son de ascendencia turca, ex-yugoslava o magrebí en su mayoría, o del tipo fusionado en las más heterodoxas combinaciones, lo que hace que el crisol de nacionalidades allá brille ampliamente pues por su extensión en el norizonte.
Estos niños multicolor y polireligiosos, rairaperos y salseropunkies, tandurisauerkraut y frijoledöner son esto por los mayores que los hacen reconocerse por sus diferencias pero no dejan de ser niños por ello, y como tales actuaron repartiendo el botín entre los compañeros de patio. Entre todos menos uno, también esto es infantil, por lo que se deduce del chivatazo a un profesor que inmiscuyó a la policía, que a los colegios de allí sí acude, y que reunió casi todo la suma perteneciente a un ciudadano afgano que aún tiene que demostrar la legítima procedencia del dinero que aparentemente necesitaba para un viaje a China. Si este hombre en unos días logra acreditarse como dueño del montante a los niños, por obra y gracia de la ley alemana, les corresponderá el 3% del total como recompensa pero si no lo logra, y transcurren seis meses, el dinero, que estará en manos de las autoridades hasta entonces, será para los niños.
Y yo me pregunto:
a) ¿Fue en Griesheim donde aprendí que el queroseno arde mejor que la gasolina?
b) ¿Es intestinalmente asumible para mí tomar slivovitz antes de dar cuenta del ćevapčići?
c) ¿Deberían aspirar todos los niños a dejar de crecer como Oskar, el del tambor de hojalata?


Noticia en versión original disponible por aquí.