Más pus



En un altar deshabitado, como un coágulo de la periferia,
ahí se puede quizá estar ausente.

Invoca tu miedo pero mantente liviano ante la incipiente galvanización.
Un objetivo.

¿Podrá oír también aquella aquello?

Fricciones, un parpadeo vencido demás. Sí a esos ojos.
¿Qué cuervo, de qué color podría ser y será?

Una matutina proyección. Un charco. Suciedad.  Reflejo de otro.

La fístula que supura. Mas sola la sangre no está.
Está en ti, de mí vino.

El adiós quizá se espere.
                                                 Un te quiero horrible.