Y el tío cae de pie al borde del anterior abismo (y fin de esta doble entrada, posdata: improvisada)

Aún en vida, ya diré aquí que, te hablo mejor a la cara de cosas:
de casi palabras sencillas si acaso, no-nociones autodestructivas.

Yo seguro la querré cuando, mis miembros quietos,
por esa chica haga que traiga un clavelito rojo y sin el tallo.
Que tumbado y pagado al fin, espero, cada vez más lejos de lo que fui,
a cuando venga a mi nicho.

Que pienso en alegrarme mañana cuando, por suscrito a la muerte,
me vea abajo.
No serán pocos los espasmos.

Y tú, esperando, las dirás, por mi madre:
no hay otros iguales.
¿Ahora me entiendes?