Los domingos, bueno, lunes, ni siquiera llego a putaprosapoéticapretenciosa

Cubrid las lámparas. Ya no quiero ver cómo este mundo jode.
Asarme quiero bajo el sol que huy, huy, huy, cómo quema. Apagad el aire acondicionado por favor.
Luis Fernando, la maldita marea no viene, y las cartas siguen llegando a mi buzón, Jank.
No me queda ni el Segundo Premio y jamás conoceré a Michi Panero.
Como Conductor de Taxi en Nueva York no me parece que tuviera un final feliz y Qué bello es vivir es una frase hecha.
Neruda nunca estuvo enamorado, el menor de los Machado cartografiaría para Google hoy en día y Dios sabe dónde estará enterrado Benedetti.
El pulpo sabe a la gallega, bien o mal, y del espejo no recibo más que risas.
Hay inocentes en la calle que cantan hablando y condenados a vivir que se entristecen con canciones en francés.
El hedor sigue expandiéndose igual que el programa de LHC ha desaparecido de la parrilla atacado por otro tipo de viruses.
Sólo me faltan bemoles, es lo único.
Razones aquí.
Perdones ya recibiría allí.