Para ir haciéndoselo mirar

En mi inquebrantable ánimo por seguir cosechando derrotas participé hará un par de meses en cierto certamen de microficciones por segunda vez sin obtener el pase a la final a seis. Quiero creer que por gol-average desventajoso con los sí glorificados.
Presenté el escrito bajo el seudónimo del gran poeta bolivariano Lydio Trémelez en claro homenaje al excelso hábito poético-lector allende los mares.
El mencionado concurso mensual parte de una simple mecánica que consiste en escribir una prosa de un máximo de doscientas palabras a las cuales una imagen proporcionada por los responsables ha de servir como trampolín de ideas.
Se seleccionan los seis mejores textos a juicio de los encargados de esta interesante página web para que luego un escritor, o escritora, colaborador, cuyo nombre varía en cada convocatoria, dictamine el posicionamiento final.
No hay premio de ningún tipo que yo sepa más allá de la satisfacción por el reconocimiento al trabajo bien hecho.
Abajo primero la imagen que correspondía al concurso de ese mes, agosto, y luego mi texto.
Me encantaría finalizar con alguna analogía del palo Sísifo, tan recurrente, dichoso con su roca, como en la interpretación de Albert Camus, y así, que me mola, pero no me nace.









A ojos del orbe la desparasitación degeneraría el estado de las cosas.

Hoy, viernes 27 de noviembre 2009, tenemos un bonito cartel de Julia D. Velázquez y a David Murders & Co aterrorizando Bilbao


Hoy tampoco yo

Actividades culturales con Leo

Hoy:

Conferencia de Edgar Borges sobre Edgar A. Poe (crónica)

Al despertar sentí apetencia de un café, cosa rara en mí. Como no hay café en casa salí a la calle a tomarme uno. Volví al momento porque no hacía tiempo para andar en calzoncillos por la calle.
Me vestí pues al estilo, que me caracteriza estéticamente, cool, término de denominación que si no fuera un anacronismo para mí, ya que llevo empleando este palabra más de veinte años, usaría mucho más a menudo. Y otra vez a la lluvia en la oscuridad de la urbe.
En mi cafetería gay preferida donde el periódico que leí, tras rellenar el autodefinido del mismo, que completé, salvo por una lastimera palabra esquinada que buscaba un sinónimo de 'regule' y a mí me quedó en R E _ LE (no andaba muy fino, recién despertado a las siete de la tarde de un martes no festivo no follado es normal, ¡perdónenme!), informaban acerca de una conferencia sobre Edgar que iba a dar Edgar a dos pasos de donde me encontraba, y que me pareció atrayente ya sólo por su título: 'Nunca más señor Poe. El fin de los malditos'. Y a salto de mata hay que ir.
El problema se presentó de repente porque no restaba tiempo, ya eran casi las siete y media que era cuando comenzaba aquello, ni para pagar el café con leche descafeinado (es que el café café no me gusta mucho mucho) de sobre con la leche desnatada templada y sacarina que había consumido.
Levanteme, chisté al camarero, le guiñé un ojo y ya girándome hacia la puerta me bajé los pantalones un poco más allá de la hucha, sin vergüenza, porque la depilación masculina está ya gracias a Dios de capa caída, e hice girar mi muñeca izquierda, señalándolo, al camarero, con el índice extendido, en contra del sentido de las agujas del reloj, si se viera de frente, óptica desde la cual él miraba (mi culo o el dedo, no lo sé).
Salí corriendo hacia el Antiguo Instituto no sin desaprovechar la ocasión de realizar mi buena acción del día (Zipi y Zape son una gran influencia literaria o no para mí) ayudando a mi colega Ben Alí a putear un poco a la SGAE adquiriendo una copia más de la Iberia de Albéniz interpretada, a medio acabar por el repentino fallecimiento de Francisco Guerrero, por la Orquesta Sinfónica de Galicia (han de saber que en Gijón hay mucha competencia en el gremio de Ben, y la especialización resulta perentoria). Tuve tiempo a su vez de mostrarme contestatario quemando una papelera en mi camino al Antinsti (por Antiguo Instituto).
Yo soy así, completo, es que lo tengo todo, soy un buen partido, joder. Por qué no me hacéis caso (+), mujeres de mal vivir, que sois todas, ay, con ser tenéis bastante, ya, y por eso nueve de cada diez de los asistentes, unos treinta en la sala de conferencias, eran, ya voy entendiendo mejor, mujer. Y de cincuenta tacos para arriba, todas, la plena representación sociológica del espectro de lectores de este país que se llama, hmmm, no sé, ¿cómo se llama tu país, Manuel? Si es que me hacen perder los estribos hasta de mis propios textos. Joder ya, hombre.
Me senté en la tercera fila sin nadie delante, y creo que ya supondrán que las de atrás no venían conmigo (paráfrasis homenaje a Vicente Muñoz Álvarez, que parece que tenga que explicarlo todo).
Escuché.
Conferencia del escritor (síntesis):

1.Forma:
técnica bivocal autorreferencial interpretativa,
amenidad y viveza en la narración expositiva de la ponencia
                                        
                                                  Valoración: notable alto. No puntúo mejor por envidia


                                                  
2. Contenido:
Partiendo del simbolismo de 'El cuervo' Edgar Borges dialoga
con un álter ego homónimo idealista con aspiraciones de escritor
con el fin de denunciar la fagocitación del arte por la industria
(en una lectura más personal y arriesgada yo osaría afirmar que
arte e industria, valga mercado, siempre formarán oxímoron,
en cualquier presupuesto)                                               

         Valoración: ídem anterior


                                              
3. Repercusiones (esto aquí es un ejemplo de false friend ):
tres, dos de ellas insustanciales (preguntaban, dos señoras,
por ejemplo, por la  bipolaridad del bicentenario autor),
la última no, que para algo el turno fue mío que me sirvió para
interrogar a Borges sobre si internet no podría servir como
plataforma desde la cual la intelectualidad apuntara al estupidismo
                                                      
                                                                    Valoración: insuficiente [sin culpa por parte del ponente, cuyas
                                                                    respuestas correspondieron ampliamente, salvo quizá en el
                                                                    último caso, ja y ja (léanlo como si fuera en alemán y verán qué
                                                                    diferencia), a lo cuestionado]


Ya finalizado el turno de preguntas se dio por concluida la conferencia con una amplia ovación, la segunda, y yo me disponía a interpelar al segundo Borges que conozco para entregarle una tarjeta de miembro honorario de ESPIRADOR ECLÉCTICO cuando una señora, la que había preguntado, en segundo lugar, a Borges por la bipolaridad de Poe, qué casualidad, me pregunta a mí, ya leerán ahora mismito cómo quien está obcecado en lo superficial está obcecado en lo superficial, si escribo. Si Leo del Mar escribe, preguntó.
Miren, les juro que soy bastante buena persona pero..., bueno, sigo. No contesto, contesto no quiero decir con esto, mierda, me he liado. Que no escribo, coño, le dije, coño.
Es que me había parecido por tu pregunta, y tal, ella dice, yo sí escribo, ella dice, he publicado en internet en XXX y la revista XXX me ha publicado una versión del relato 'El faro' que no terminó Poe, ella dice, y en fasbu y mispás (transcribo literalmente lo oído, ojo) también escribo, siguió, y ahora voy a mandar una novela a concurso y y y ... acabó queriendo invitarme a un café.
Verán, Leo del Mar ni escribe ni concursa pero su no seudónimo sí, fracasando seguramente tanto en el próximo Premio Asturias Joven de Poesía como en el de Narrativa, en los de este año 2009, sí (metiendo presión nene, di que sí. Fdo: Reo del Mal. Lo llamo presión en negativo, Reo. Ah, me lo apunto. Mejor no. Vale.).
A ver, a ver, que aquí está pasando algo raro.
Me parece que está hablando El Mismísimo.
Deus ex machina.
El demiurgo en persona.
Yo, leo, creo, (sí, sí, sí, atención a todos, es él, la minúscula) y escribo para la posteridad, como Bandini, y la mía comienza en 2038, que es cuando caduca esta licencia de Blogger.
-Oh, no, otro engaño. Ya sabía yo que tú no escribes como él.
-Es que ya han soltado a Jorge de Villabona, ¿o qué? Lo parece, macho. Aquí, saboteando. (Disimulo)
A lo que iba.
La señora, tras soportar mi negativa con carcajada en ristre incluida, creyó (bien) que me estaba riendo en su cara y no se le ocurrió a la muy bruja otra cosa que despedirme con un "Je te maudis".
Pero es que esta tía era muy fea (y mayor), lo juro.
Y además no tomo café.



Nota de los autores:
Este texto va dedicado a un tal Juan, que tuvo la desfachatez de confesar hoy vía e-mail que no había leído ningún texto publicado por Leo del Mar, aparte de una traducción e e-mails (lo de la cacofonía paso, en serio, paso de explicarlo).

Leo en León




¿Han visto las estrellas esta noche?

Ñu music for ñu masses

Arded que no ardid

Luchando contra la obscuridad


¿Saben aquél del texto que se encuentra uno navegando en red en busca de material onanístico un día 9/11?

Usuario: Dandy
Comentario:
1) New York City tiene 11 letras. 2) Afghanistan tiene 11 letras. 3) Ramsin Yuseb (El terrorista que amenazó con destruir las Torres Gemelas en 1993) tiene 11 letras. 4) George W Bush tiene 11 letras. Esto puede ser pura coincidencia, pero ahora se pone mas interesante: 1) New York es el estado numero 11. 2) El primer avión que se estrelló contra las Torres Gemelas fue el vuelo numero 11. 3) El vuelo numero 11 llevaba 92 pasajeros. 9 +2 = 11. 4)El vuelo numero 77 también se estrelló contra las T Gemelas, y llevaba 65 pasajeros. 6 5 = 11. 5) La tragedia sucedió el 11 de Septiembre, o mejor dicho 9/11. 9 1 1=11. 6) El día es igual al numero de emergencia de la policía en Estados Unidos 911. 9 1 1=11. Pura coincidencia??? Sigue leyendo y ya me contarás. 1) El numero total de victimas dentro de todos lo aviones fue de 254. 2 5 4= 11. 2) El 11 de Septiembre es el día 254 del calendario. Otra vez 2 5 4=11. 3) Las explosiones de Madrid sucedieron el día 3/11/2004. 3 1 1 2 4= 11. 4) La tragedia de Madrid sucedió 911 días después del incidente de las Torres Gemelas 9 1 1=11.... Bueno, ahora es cuando las cosa se pone mas misteriosa. Uno de los símbolos mas reconocidos de Estados Unidos, después de las Estrellas y las Barras, es el Águila. La siguiente estrofa ha sido sacada del Quoran, el libro sagrado Islamita 'Por que se ha escrito que el hijo de Arabia despertará a una terrible Aguila. La fuerza del Águila se sentirá por todas las tierras de Allah, mientras algunas personas temblarán en desesperación pero en el fondo se alegrarán: por que la fuerza del Aguila limpiará las tierras de Allah y abrá paz .' Ésa estrofa es la numero 9.11 del Quoran. Todavía no estás convencido....?! Intenta lo siguiente y luego me cuentas, se me ha puesto el pelo de punta: CUANTAS LETRAS TIENE BARACK OBAMA? Y AHORA QUE PIENSAS?!?!!? PEGA ESTO EN 20 VIDEOS (SIN CONTAR EN EL VIDEO QUE LO VISTES) O ALGO TE PASARÁ...TIENES 11 MINUTOS! Impresionante no?? te recomiendo q entre a microsoft word y compruebes eso... Está impresionante... pero que te quede claro, tenés 11 minutos para mandar este mensaje.

Baudelaire captado en psicofonía digital

"Espero grandes cosas de este disco."
Charles Pierre Baudelaire


TERRORIZER AQUÍ


Ahora soy dinamita

Artículo de Sergi Bellver sobre el cuento, el de siempre

¿Qué cuento, mañana?

El texto completo arriba, y abajo, un par de extractos del último post de Sergi Bellver:

[...]¿Qué es, exactamente, el relato contemporáneo? ¿Qué derivas, qué inercias, qué caminos trillados y qué nuevos rumbos está tomando el cuento hoy en día? ¿Se está haciendo algo realmente innovador en el cuento? ¿Queda todavía espacio para esa innovación en un tiempo en el que ya todo parece haber sido escrito? Ciñámonos, por tratar un marco asumible, a lo que se está publicando en los últimos años en España. ¿Qué títulos o qué autores están trabajando de veras una renovación del cuento? ¿Hay espacio para propuestas diferentes, aunque estas insistan en vías ya de sobra recorridas por la narrativa española reciente? ¿Estamos, al final, ante una simple cuestión de afinidad y apetencia de los autores y lectores? ¿Todo lo que publican las editoriales obedece sólo a cuestiones de sus departamentos comerciales o todavía hay editores irreductibles que apuestan por la literatura a cualquier precio? ¿Existen de veras las editoriales independientes, independientes del mercado, quiero decir? ¿No es eso una quimera, un absurdo? ¿Se puede conciliar el criterio literario con la viabilidad de la edición? ¿Se practica ese ejercicio de equilibrio? ¿La crítica mantiene su papel de preceptora autónoma o se ha rendido a la ley de la compensación y los vasos comunicantes? ¿Hay de veras un espacio para la crítica independiente? ¿Pueden o deben dedicarse a la crítica literaria aquellos autores que también participan o anhelan participar en el mercado editorial? ¿Cómo reconocer una crítica desinteresada, no viciada por otras aspiraciones? ¿Debiera especificarse un criterio universal como mínimo común divisor para señalar lo que tiene o no calidad literaria y lo que puede o no renovar los discursos del cuento? ¿A quién le corresponde esa tarea? ¿Y los autores, no debieran ser los primeros críticos de sí mismos, lejos de la autocomplacencia? (...)
Insisto. ¿Qué es, exactamente, el relato contemporáneo? ¿Se está haciendo algo realmente innovador en el cuento? ¿Puede un libro formalmente bien escrito, como De mecánica y alquimia, de Juan Jacinto Muñoz Rengel, aportar algo nuevo si en 2009 trabaja premisas y modos de los clásicos orientales, de Borges o de los románticos ingleses? ¿Queda todavía espacio para esa innovación en un tiempo en el que ya todo parece haber sido escrito? ¿Nos hemos quedado en Tizón, Zapata, G. Navarro y Monzó como los últimos grandes bisontes blancos que hicieron algo de veras nuevo en el cuento? ¿Tiene sentido escribir Con la soga al cuello, de Flavia Company, si ya se ha hecho tantas veces antes y si la redacción austera y literal no se entiende como otra forma de exceso estético, de postura retórica, al fin? ¿Qué títulos o qué autores están trabajando entonces una renovación del cuento? ¿No son más viejas que el tebeo las propuestas de Yo también puedo escribir una jodida historia de amor, de Carlos Salem, gran tipo, o de Materia prima, de Francesc Serés, tipo listo? ¿Acaso da igual que no pretendan la novedad? ¿No es el propio título de Quédate donde estás, de Miguel Ángel Muñoz, una broma involuntaria y toda una declaración de principios que inhabilita cualquier riesgo literario, como luego sucede en sus cuentos? ¿Estamos, al final, ante una simple cuestión de subjetividad, afinidad y apetencia de autores y lectores? ¿Tienen el realismo castellano en La marca de Creta, de Oscar Esquivias o el neorrealismo generacional en Los borrachos de mi vida, de Nuria Labari, su cuota fija de lectores, su nuevo público objetivo? ¿Lo saben las editoriales? ¿Quedan o no editores irreductibles que apuesten por la literatura a cualquier precio? ¿Qué es literatura de riesgo (y me cuestiono a mí mismo): la fría audacia conceptual de Mirar al agua, de Javier Sáez de Ibarra; la demasiada perfección técnica de Sicilia, invierno, de Ignacio Ferrando; el trabajo demorado de Como una historia de terror, de Jon Bilbao; la sutil crueldad de La ciudad en invierno, de Elvira Navarro; el chiste sostenido de España, aparta de mí estos premios, de Fernando Iwasaki o la deriva estética de La soledad de los ventrílocuos, de Matías Candeira? ¿Arriesgar qué? ¿Por qué se acepta desde hace años como bueno el cuento encajado con precisión de relojero, si el cuento es una criatura viva e impredecible, si después de desmontar y volver a montar su mecanismo siempre quedaría una pieza fuera, prodigiosamente inútil? ¿Por qué Calcedo o Merino tienen más predicamento que Panero? ¿Por qué no se aprecia hoy en día el valor de una grieta, de una fisura, de un espacio de penumbra en el cuento? ¿Por qué tantos editores sólo quieren cuentos narrativos, que se entiendan, claritos y con buena letra? ¿Rechazarían un original de Kafka o de Beckett en 2009, si fuera firmado por un novel que no entiende cómo funciona este mundo editorial? ¿Por qué ya nadie lee otras capas por debajo de la primera lectura, por qué ya no hay discurso latente más allá de lo explícito? ¿Por qué esta adoración de la forma, del becerro de oro, y tan poco espíritu de búsqueda? ¿Se puede conciliar el criterio literario con la viabilidad de la edición? ¿Qué libro habrá vendido más ejemplares, después de todo, El trabajo os hará libres, de Espido Freire; Manderley en venta, de Patricia Esteban Erlés; Oficios, de Juan Carlos Márquez; El deseo de ser alguien en la vida, de Fernando Cañero; Submáquina, de Esther García Llovet; Carne, de Eider Rodríguez; Nosotros, todos nosotros, de Víctor García Antón; Estancos del Chiado, de Fernando Clemot; Órbita, de Miguel Serrano Larraz; Los objetos nos llaman, de Juan José Millás…? ¿Significaría algo, realmente, que el peor libro fuera el más vendido y el mejor un desconocido, o todo lo contrario? ¿Después de todo, qué libros de cuentos, o qué relatos, siquiera, recordará la gente dentro de cinco o diez años? ¿No iba de eso, la literatura, de rasgar para perdurar? [...]

Lo gratuito es impagable

En un sistema que tiende a explotar cada pequeño aspecto de nuestra vida, fomentar lo gratuito, en todos los sentidos, es una forma de subversión profunda de las infraestructuras del sistema…
Juan Francisco Ferré en su blog


Esta revista en formato digital nacida por obra, y sobre todo gracia, de Javier M. Reguera es un auténtico lujo no sólo por su diseño y presentación sino especialmente por sus contenidos bajo el prisma de una criticidad impecable a la vez que amena, sin caer en esas densas exageraciones culturetas, da igual si son rebuscadas o naturales, que tanto asustan a muchos.
Recomiendo ardientemente el pequeño gran ensayo de Germán Labrador Méndez 'Potros de rabia y miel' que aparece en esta impagable publicación cultural. También destacaría con nota el escrito de Javier M. Reguera 'Física cuántica y Jazz' y el trabajo ilustrativo de Javier Molinero en 'Asco' en esta nueva entrega de 200 días en Sing-Sing.
Vayan directamente en busca del pdf pinchando en la imagen de arriba. No se arrepentirán.
No olviden tampoco pasar regularmente por el blog Así se fundó Carnaby Street (si es que hasta para titular un blog tiene clase Reguera).
Y El Coloquio de los Perros n(e)o cervantino también estrena número con el cual suman ya 25 (veinticinco) apareciendo de forma desinteresada; sin cobrar quiero decir. Y eso sin contar los dos monográficos de los cuales uno de ellos glosa muy instructivamente el movimiento literario infrarrealista.
Pinchen en la imagen de abajo y podrán acceder a las ya clásicas secciones del coloquio presidido por Juan de Dios García. Y no vayan sólo porque se publique un poema de Georg Trakl traducido por Leo del Mar, que hay cosas muy interesantes como un artículo de Diego Sánchez Aguilar sobre Micah P. Hinson que termina con la frase The times they are a-changing.
Ya ven, la revolución.



Las revoluciones no se hacen: llegan.

Wendell Phillips