Ay, que te duele el alma,
ay, que no queda almax.
Sufres tanto al máximo
que lloras cante por dentro.
La vía lacrimal
orina donde tu genital.
Una vida, tanto mal.
Ah, tu alma abismal.
No hay palabras ni versos
que sacien tus cuentos.
Ni ópera o, (en español) roca
que sangre en tu copa.
A la joven bella vuelves vieja;
no abarca tu única grandeza.
Y la siguiente huida acaba:
otra más se vuelve fea.
Nada es bueno solo el frío,
por las esquinas de tu barrio,
que no es el mío,
triste llorica, falso y desagradecío.
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