-¿Cómo estás bicho? ¿Echabas de menos a tu tío?
-Sí. Quiero ser escritor.
-¿Y eso?
-Mamá me ha dicho que tú lo eres.
-Para ser escritor hace falta algo más que tu madre lo diga.
-Pues...para ser como tú.
-Mira. ¿Lo ves? Éste fue escritor.
-Es muy viejo y muy feo.
-Ya no. Está muerto y lo llamaban Jank.
-El perro del vecino se llama así. Mamá dice que está loco.
-De éste también decían que estaba loco. A veces ladraba.
-¿Tú ladras?
-A veces, ¿tú?
-No, no ladro. Soy un niño.
-Ya veo, ya. ¿Ya no quieres ser futbolista?
-Sí también, pero después, ahora no. Mamá dice que los escritores son muy listos, pero que nunca están contentos. Yo a veces tampoco estoy contento. Cuando me pongo el jersey que pica no estoy contento, pero no le digo nada a mamá.
-Pues los escritores sí se lo dicen a sus mamás. No aguantan nada que no les gusta.
-Pero si se lo digo a mamá a lo mejor se enfada o se pone triste, porque es un jersey muy bueno y me lo compró para Reyes. Y el traje del Sporting también. Es mejor no decir esas cosas. ¿Por qué dicen esas cosas los escritores?
-Es porque creen que es mejor decir las cosas, y creen que así ayudan a sus mamás o a quien sea que se lo digan.
-Entonces los escritores siempre dicen la verdad.
-Bueno, no siempre. Muchas veces mienten para contar después una verdad más importante para ellos que las pequeñas mentiras.
-Ya entiendo. Como cuando le digo a Raúl...
-¿Quién es Raúl?
-¿No te acuerdas? ¡Si estuvimos jugando al fútbol cuando viniste la otra vez, hombre! Ese que llevaba la camiseta del Madrid.
-Ah, vale, vale.
-Pues a Raúl le digo a veces que le voy a pegar porque me hace de rabiar en el patio, pero se lo digo porque no me gusta que me haga enfadar. Una vez me empujó aposta y me caí y me hice daño en el culo. Y se fue corriendo porque sabía que lo iba a pegar.
-Sí, sí. Eso es lo que hacen los escritores, se defienden de los que los hacen de rabiar.
-¿Aunque sean sus amigos o sus mamás?
-A veces.
-Vaya, vaya.
-¿Que pasa?
-Pues no sé si yo quiero hacer eso a mamá. Mamá me quiere mucho y yo también. ¿Tú haces enfadar a la abuela cuando no te gusta lo que te regala?
-Ahora que lo dices...pues no, claro que no.
-Si fueras escritor se lo dirías, ¿no?
-Ya te he dicho antes que no soy escritor.
-Pero no te enfades, tío, que ahora te pareces a ese del libro.
-Es mejor que seas futbolista, ¿sabes? A ellos el entrenador no los pone si se entrenan mal.
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