Esta vez espero no tener que llegar a las mil palabras, que me salen muy caras.
Me encantó la actuación de Juan Mal-herido en el Encuentro Interestelar Blogger del que vengo hablando estos días y que se celebró el fin de semana pasado en Gijón (una ciudad, costera).
Es uno de mis bloggers preferidos. O el más, para qué mentir.
Conjuga óptimamente lo que Alvy Singer definió el día anterior como los dos pesos pesados temáticos circulantes en la blogosfera: el yo literario y la crítica (literaria, cultural, social, sexual, estomacal, etc.).
Y como tal heavyweight, claro, no tiene rival.
Él es como...no sé... pero imagínense a dos Mike Tyson en uno, pre-tiempos de Don King, imbatible aquél de por sí por entonces, y llegarán a mi misma conclusión, la de que no es inimbatible sino sencillamente imbatible dos veces, o algo así, supongo, si es que esto de ser blogger tiene que ver con pegar duro, que no se sabe.
Nunca le agradeceré lo suficiente a mi hermano carnal que me consiguiera una entrada gratis por la puerta lateral de la discoteca donde se celebró el concierto.
Lo que ocurrió allí fue genial. Habría unas doscientas o 250 personas allí.
Tampoco el poder de convocatoria de Mal-herido es superable por otro blogger.
Apareció disfrazado de Tote King con una sonrisa de oreja a oreja en medio del escenario y comenzó con esto:
Luego siguió una oda justificada al consumismo:
Y tras hora y media tuvo que volver a casa,
a casa (2),
a casa (3),
a casa (4),
a casa (5),
a casa (6),
y
a casa (7).
Dispérsense, aquí no hay nada que ver que no se sepa, y no es que estén molestando:
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