Creía que llegaba tarde al encuentro interestelar blogger y así era.
Lo primero que vi cuando entré en la gran nave sobre uno de los escenarios fue un tío semidesnudo, que, luego me enteraría, no era un blogger más sino un "simple" voluntario, tumbado con un consolador en la boca penetrando así a una bloguera totalmente desnuda, salvo por unos taconazos, sentada a horcajadas sobre el tipo. La música dance atronaba sobre los murmullos de admiración del público que no obstante se filtraban por entre los intersticios sincopados del ritmo repetitivo. Le daba caña la bloguera al miembro artificial que de hoax tenía poco.
Cambiaba de ritmo narrativo con una facilidad pasmosa, y el estilo de la susodicha, si bien no era algo que no hubiera vista antes, manifestaba el savoir-faire literario de la misma.
No carecíó tampoco de lirismo la actuación de la estrella blogger y así quedó patente una vez despedido el voluntario, cuando la artista (no cabe otra denominación) en vista de su ya muy jalonada por el respetable, y fotografiada y grabada, performance inició un ritual solipsista, y en consecuencia onanista, que terminó, a la vez que con su actuación, en una explosión de líquidos vaginales que salpicaron a los más cercanos al escenario dejando a estos últimos embadurnados del más divino néctar y muy cerca de lo que los letraheridos desde épocas inmemoriales vienen llamando parnaso.
Gracias a mi habilidad innata me había logrado colocar entre las primeras líneas de los blogueros aficionados y unas pocas de esas celestiales gotas acabaron por extenderse sobre mi rostro, obligando con ello también a mi, predispuesto, criticismo a admitir que aquello simplemente era la gloria de la literatura, obviamente.
Sin apenas tiempo de expresarle a la autora nuestro entusiasmo (yo ya era uno más de los entregados asistentes) al terminar su exhibición, por los altavoces fue requerida la presencia del público para la siguiente demostración de habilidades escriturales en otra localización del pabellón.
El propósito de esta actuación era la traslación a las letras hispanas, virtuales o no, de lo que en EE UU goza de gran reputación, especialmente en los circuitos poéticos, y que es conocido allí como Fucked Word (palabra hablada, o jodida).
Para los duchos en este género, como yo, se presupone que estas actuaciones ya alcanzaron su cénit en la época hippie del siglo pasado pero no...
Lo que se vio sobre el decorado preparado al efecto rebasó todo lo alcanzado hasta ese punto histórico (así será recordado a partir de esa noche gijonesa por los memorialistas literarios, sin duda). La bloguera y el bloguero en cuestión sobrepasaron los límites literatos, y sería injusto tratar de describir aquello que sucedió con mis simples palabras. Aquello fue amor.
El amor se exhibió en mil posturas, bajo prismas de penetración en la gloria inauditos y con una dedicación y profesionalidad solo al alcance de los seres superiores, entre los que, sin objeción posible, se encuentran no solo estos blogueros, sino, en general, el resto de los bloggers participantes, puesto que también los demás espectáculos que presencié aquella noche del fin de semana pasado en LABoral Centro de Arte y Creación Industrial no bajó ninguno de ellos del olimpo en el que siempre deberíamos hallar toda expresión de la literatura.
Mención especial cabría hacer del stand de la editorial Cumlouder en el que se animó a los presentes a participar en sesiones de escritura orgánica, y con mucho éxito.
En especial lanzo aquí un recordatorio a una chica del público que dejó anonadados a todos los presentes, incluyendo a los representantes de la editorial cuando, ni corta ni perezosa, procedió a ejecutar una oratoria inapelable sobre uno de ellos (nuevamente el amor, siempre el amor, claro que sí, fue protagonista) y concluyendo su viva demostración artística con la inserción en su orificio madre del micrófono de la editorial, ejemplificando con ello que si se pone todo el abecedario en el ordenador incluso quienes no creemos en nuestras excelencias literarias podemos, al menos, llegar a rozar el cielo literario, que es, en resumidas cuentas, de lo que se compone la vida.
No creo que la feria erótica que se celebra en Gijón el próximo fin de semana me vaya a satisfacer tanto como este encuentro interestelar bloguero, pero, por si acaso, también allí realizaré una actividad cultural.
Feliz y amorosa semana a todos.
Up the bloggers!
0 espiraciones