Unos doscientos gramos de .........

Me pregunto si alguien te ha mirado alguna vez.
No como yo te miro ahora, que me imagino que no, no me habrías inspirado esta reflexión de saber que alguien ya ha tenido mi experiencia contigo. No me refiero a esto, sino a si alguien ha reparado en ti como ser vivo.
Algunos han tenido que tenerte en sus manos.
Aún sin pretenderlo se tuvieron que dar cuenta de tu color, presente como el que más, en la amalgama de un crepúsculo completo mediterráneo, también
en tu consistencia y cómo no, dureza.
Sobre tu milenario devenir ya no divagarían sus mentes en esos momentos,
no se suelen tener pensamientos hondos mientras recogen a los de tu especie, digo yo.
En tu forma ni siquiera hay que reparar, salta a la vista, aún en ejemplares más diminutos que el tuyo. Es casi tan característica como la de nuestro globo, que hoy en día todo el mundo más o menos instruido reconoce como cierto.
De hecho, tu relación con nuestro planeta está ahí, puesto que en algo similar a tí se inspiraron para lanzar a otros seres a contemplar de primera mano nuestra Tierra.
Tú la conoces desde bien adentro.
Sí, aún traída por los pelos esta similitud, me sirve para justificar mi trato tan cercano, humano, hacia ti. Estamos unidos por lazos invisibles pero inmortales, de no ser por nosotros no tendrías nombre, vegetarías sin más, en húmeda penumbra, casi como hace un rato. Vale, a todo le hemos dado nombre, pero no por ello es menos cierta esta sensación de comunión que me inspiras ahora, y mientras lo hacíamos, y de la que te hablo.
Y no, no me estoy volviendo loca, aunque no serías capaz de diferenciarlo si lo estuviera. Debes ser feliz en tu innata ignorancia. Obvio es que, sólo, hasta dónde te lo permite tu grado evolutivo, faltaría más.
Has entrado en mí y ya conoces mis profundidades, mi sabor, temperatura y lágrimas felices.
Yo ya te conocía a tí a través de otros tuyos, claro, pero ahora estoy en paz, creo, al haberme entregado a los tuyos a través de ti he devuelto en parte tanto de lo que os debo.
Por otro lado nuestra relación es finita, y hemos de cerrar el círculo.
Así debe ser. Siempre ha sido así y no debemos alterarlo, puesto que de mi mortalidad depende tu sobrevivir.
Muchas gracias por el orgasmo, pero más gracias por los nutrientes, vitaminas y sales minerales. A saber, aproximadamente para un ejemplar de tu tamaño a ingerir crudo: 80 kcal, 1'96 gramos de proteínas, 17'42 gramos de hidratos de carbono y 0'48 gramos de grasas; 24 miligramos de provitamina A, 0'078 miligramos de vitamina B1, 0'106 miligramos de vitamina B2, 0'18 miligramos de Vitamina B6, 14'2 miligramos de vitamina C, 2'4 miligramos de vitamina PP; 1'32 miligramos de hierro, 66 miligramos de calcio, 36 miligramos de magnesio, 70 miligramos de fósforo, 480 milgramos de potasio, 4'8 miligramos de sodio, trazas de manganeso, zinc, cobre y yodo, así como de cloro y azufre, y unos 6 gramos de fibra.
Gracias otra vez y perdona si me he dejado algunas propiedades en el tintero.
Nunca te olvidaré. Una nunca olvida su primera zanahoria.