Él era un tipo. Nada más que un tipo. No un tipo de letra, claro, sino un tipo de lo más normal.
Un tipo de cosa quizá, un un, una forma de vida, algo indefinido como una posibilidad perdida.
Un tipo de ritmo sincopado, a veces, como el corazón a veces, como el 4x4 de un DJ que se llama Griffi, a veces.
Un tipo especial a pesar de no haberse terminado esa cerveza.
Un tipo típico de esos lares de los tipos de letras que pasan inadvertidos; tampoco él sabe replicarle a los tipos como él.
Tipo vino y dijo:
"Eres del tipo que no me gusta nada. No me vuelvas la espalda por tu propio bien y vigila a la tipa que tienes al lado que no deja de relamerse cuando me mira."
En adición a lo de arriba soy un tipo poco dado a casi nada que no sea hablar de mí.
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