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OKKO


Y aconteció un brutal herror



He de comunicarles a todos ustedes, en previsión de posibles próximos malentendidos, que tras mucho cavilar, y valorar en su justa medida los argumentos que Reo del Mal viene esgrimiendo en cada conversación que mantengo con él, hecho que se produce quizá con mayor frecuencia de la deseada por mí, y de las cuales, salvando el último intercambio de comentarios en el anterior post, ustedes no son testigos, he llegado a la determinación de que se halla en su legítimo derecho de disponer del espacio que requiere, más ahora, que se ha pospuesto indefinidamente su ingreso en prisión que él mismo anunció en este blog.
Sirva como muestra el primer aporte de Reo del Mal que ya han podido ver (o pueden estar viendo) y escuchar (ídem auditivo) al comienzo de esta entrada y del cual en consecuencia no me hago en absoluto responsable aunque sea yo quien firme, y simpatice con la propia canción de arriba, todo sea dicho, esto que quiere servir como nota introductoria del nuevo autor berserker de este blog.
No le falta razón cuando opina que en muchos de mis textos, ya sean poemas o relatos, vivencias o invenciones, y no quisiera reelevar con estas diferenciaciones que acabo de apuntar a status conceptual cual pus de aporisma aporístico a esas antiquísmas dicotomías felizmente superadas (no vayan más allá),

aparece su propio y personalizado, obvio, Doppelgänger (esa problemática, que aunque no eterna, data ya del siglo XVIII por merced de Jean Paul que acuñó semejante hallazgo como Doppeltgänger, que conste, y que por cierto uno ya podría afirmar de una vez sin ruborizarse que desde entonces ha corrido mucho el tiempo, desde el punto de vista histórico-literario) cosificado binariamente en sentidos y estilos que aun restregados a fondo por el tamiz de mi individual propuesta creadora no dejan jamás de ser apropiaciones posmodernas trasnochadas cual insaciable, por no mentarlo como pretencioso, Übermensch (por otro lado, qué otra cosa sino en estos tiempos sería un escritor, pero mejor dejarelo en vista del éxito de mis textos enviados a otras publicaciones) como Leitmotiv configurativo del Zeitgeist que no sólo amolda algo que llamamos mundo sino especialmente este blog, en opinión de futuros expertos.
Dejo un sitio al Otro, sin dejar de aparecer por aquí, desde luego, con lo cual creo que me puedo permitir contravenir al canónico Rimbaud pues concluyo en que yo no soy el otro, en un acto político en toda regla.
Y me quedo tan ancho como pancho.

Una cosita que Leo del Mar no quiere que sepáis

Hola soy Jorge otra vez.
No, no es que me hayan dejado salir para escribir esto, aquí en la prisión de Villabona no me dejan Internet, es que lo dejé programado el otro día viendo venir que el tal Leo del Mar, ese que va de enrollado, que va de que se preocupa por los asuntos de los demás y toda esa pesca, iba a dedicarse a lo suyo. Bueno, a lo que él cree que es lo suyo: escribir. (¿Ha sido así o me equivoco?)
Permitidme que me ría, ja. Y ja. Lo suyo y lo del escribir digo, pues eso, ja.
Y para que veáis que no me río en vano os voy a dejar un regalito que el mismo Leo de la Mar intentaba ocultaros a todos vosotros. Así con vuestros propios ojos veréis lo que este hombre suele considerar digno de publicarse viniendo de sus teclas, aunque sea para ser publicado en una revista virtual como Agitadoras. Gracias a Dios en esa revista todavía mantienen cierto criterio a la hora de publicar a desconocidos que si no se nos iba a llenar el mundo entero de gente que se cree escritora por tener un blog. Más o menos de eso debe hablar el texto aunque no se entiende muy bien porque mete a perros, gaviotas y no sé qué más historias chungas.
Demos todos las gracias a los encargados de esa revista por no publicar el siguiente texto y de paso pidamos un poco de mesura a todas las demás.
Bueno, pues desde Villabona os envío un fuerte abrazo a todos vosotros que realmente, y no de cara a la galería como Leo, aún os afectan estos casos de injustica como el mío o el de Tommouhi y Mounib.
Pasen y rían. Ahí va Leo, el del Mal:

Lo poderoso del ladrido remite a un pastor alemán, como poco. ¿A quién ladrará en mitad de la noche? No será a las gaviotas, aunque no le dejen descansar con sus graznidos discordantes, sus usos sociales. Puede que rememore a sus antepasados lobunos al ver la luna tan crecida, mucho más blanca que amarilla. O a su sombra, los perros no es que sean muy listos, no tanto como las gaviotas al menos, como he leído en un blog, en un blog, en un blog. Ahora el ladrido se asemeja más a un perro de agua, epsañol y/o en combinación español, pequeño, casi tan pequeño como un blog y las gaviotas son cóndores usurpando los chillidos de gaviotas, estoy seguro, tan seguro como que esto es un blog, no literatura. Claro, el perro de agua turbia español le debe estar ladrando al gato que le vacila y maúlla en la cara desde el alféizar del piso bajo de enfrente. Es un gato negro, tan negro como la noche, como la noche del blog de un tal negro llamado Leo del Mar, no Manuel Vilas ni Vidal Sassoon, y tan oscuro como el resto de la noche cuando los cóndores eclipsan la luna, y el perro, espsañol o algo así, de agua turbia, reducido a caniche, que equivaldría a un pastiche, a un blog, de tanto miedo que le tiene a la noche, y a los negros y gatos, deja de ladrar. ¡Qué asco de perros! Bueno coma ya calló. A ver si me deja escribirle a mi blog, blog, blog. Los cóndores al fin han dejado de ser gaviotas y las gaviotas han dejado de ser ruido, y el gato ha ido a cumplir con sus obligaciones zoofílico-geriátricas. Blog, blog, blog, yo sigo amándote en la oscuridad y ahora en silencio. Tú y yo, nada más. Mejor enciendo la tele, ya sabes, mi ablog que a los de la tele les gusta verme y hablarme. Otra vez llegué al sitio, ya sabes, el que me ofrece morir. Menos mal que esto no es literatura, sólo un blog y aquí no es más que majadería decir que la tele, internet, la pantalla posmodernizada al fin y al cabo, te habla. Te habla, es decir, me habla. John Cobra me habla, y Paco el enemigo de John Cobra y Batu. Y Batu también me habla, último mensaje dice. Esto es el acabose blog mío, ¡qué miedo! ¿Y por qué no ladra el perro, blog? Era mejor hace un rato cuando ladraba. No tendría que hablar de literatura, blog. ¿Alguna vez te he hablado de literatura ablog mío? Son esos escrotos de otros, generalmente poemas, que cuelgo en mi blog. La poesía también es literatura blog, no seas blogo, que te veo postear. Un cigarrillo de alguna marca americana, KKKera o no, Phillip Morris o Lucky Strike o Marlboró, es literatura a su vez, forma parte de ella, pequeño blog mío. Sí, sí, así es. Y el cielo y las estrellas. Y el simbolismo, la crítica acompasada, Berlusconi, las firmas en los suplementos dominicales, Asturias patria querida, el horror de tener que hacer esto para salvar mi pellejo. Todo, todo es literatura. Todo salvo tú, querido blog.
¿Por qué? No lo sé, pero de todos modos, gracias por estar ahí. Ya estoy mejor.

Hoy es fiesta nacional en Corea del Sur

En Griesheim, un barrio a las afueras de Frankfurt a. M. (RFA) en algunas de cuyas zonas la policía, si bien se la invita a menudo, no digna a presentarse aun dándosele la bienvenida con cócteles estilo Molotov, fuegos neumáticos y voladores pesados parecidos a piedras de distintos tamaños, hará unos días unos niños, de camino al colegio, encontraron en un sobre 15.000 euros en efectivo (y unos documentos de identidad).
Los niños-tipo allí, amén de un importante reducto alemán, son de ascendencia turca, ex-yugoslava o magrebí en su mayoría, o del tipo fusionado en las más heterodoxas combinaciones, lo que hace que el crisol de nacionalidades allá brille ampliamente pues por su extensión en el norizonte.
Estos niños multicolor y polireligiosos, rairaperos y salseropunkies, tandurisauerkraut y frijoledöner son esto por los mayores que los hacen reconocerse por sus diferencias pero no dejan de ser niños por ello, y como tales actuaron repartiendo el botín entre los compañeros de patio. Entre todos menos uno, también esto es infantil, por lo que se deduce del chivatazo a un profesor que inmiscuyó a la policía, que a los colegios de allí sí acude, y que reunió casi todo la suma perteneciente a un ciudadano afgano que aún tiene que demostrar la legítima procedencia del dinero que aparentemente necesitaba para un viaje a China. Si este hombre en unos días logra acreditarse como dueño del montante a los niños, por obra y gracia de la ley alemana, les corresponderá el 3% del total como recompensa pero si no lo logra, y transcurren seis meses, el dinero, que estará en manos de las autoridades hasta entonces, será para los niños.
Y yo me pregunto:
a) ¿Fue en Griesheim donde aprendí que el queroseno arde mejor que la gasolina?
b) ¿Es intestinalmente asumible para mí tomar slivovitz antes de dar cuenta del ćevapčići?
c) ¿Deberían aspirar todos los niños a dejar de crecer como Oskar, el del tambor de hojalata?


Noticia en versión original disponible por aquí.