Renuevos tiempos

El tiempo que me tira de la manga.
Luis Miguel Rabanal.

Vuelta al azul, tirando a gris, asturiano y al verde de la Guardia Civil que le dio el alto antes de entrar en Gijón. Gijón.
Con la perilla de Coque Malla en la cara y un nuevo corte de pelo lo único destacable que logró en su primer día, y quizá en muchos años, fue rozarle la oreja con disimulo a un niño cuando lo sobrepasaba en una céntrica calle.
Sonrió al suelo ese niño con los ojos cerrados buscando dentro de sí a quien le acarició. Cómo se maravilló él de que aparentemente no todo esté ya perdido. Luego Santiago Carrillo en la tele.
Quince folios curriculares ha entregado hoy. Sigue siendo un gran escritor.
Hace un rato que hay una pareja sentada enfrente de donde escribe. Jóvenes, 22, veinticuatro años, medianamente guapos. Toda la vida por delante. Todavía no se han dirigido la palabra.
Gijón es una ciudad hermosa. Probablemente sea una de las ciudades españolas donde más aseos públicos por habitante haya, y donde más gente mea en la calle. En Cimavilla (Gijón) se mea mucho en la calle. Él vive, y mea, en Cimavilla.
David González vive en Cimavilla y ha pedido en su blog que se dé cancha a La manera de recogerse el pelo. Generación blogger, y como buen vecino que es cumple con esto.
Ha pasado una niña ante esta mesa y uno de los dos ha intentado sonreír al otro.
Me he perdido cuál de ambos ha sido.
Hoy también habrá fútbol. Se siente de tal manera que permitiría que le llamaran Leandro Meandro
Igual que la parejita de enfrente, que sigue sin hablarse (a ella le tiemblan los ojos, a él él no lo ve), hoy creo que la vida es un poco triste. Pero está en Gijón.
Los dos se han ido.
Sigo en,
sigue (en),
Gijón.
En Gijón, casi con seguridad,
las llamas
.
Luis Miguel Rabanal & Leo del Mar