La construcción de la propia personalidad es empresa bonita y beneficiosa. Cursos, amantes, viajes iniciáticos, novelas trascendentales... todo sirve. Entréguese a la construcción de su personalidad, pero termine algún día, o déjela a medio y construya además otra cosa, algo útil, si es posible, para el mundo en que vive. Donde habitan también, le recuerdo, otras personas.
De:
Poesía para bacterias. Cuerdos de atar. Colección Bala Rasa. 2008.
Selección de poesía contemporánea de Sergi Puertas.
0 espiraciones