ESPIRADOR ECLÉCTICO

El viernes se consumó lo que era un secreto a voces en el mundillo turístico y hotelero de la Región. La Manga Club y Hyatt International acababan con una relación de quince años que había permitido a la compañía estadounidense gestionar uno de los complejos de ocio y deportes más importantes de Europa.

Aunque ambas compañías emitieron un comunicado en el que explicaban que se trataba de un «acuerdo muto», lo cierto es que la necesidad de hacer cambios estructurales para adaptarse a la realidad del mercado turístico y mejorar los beneficios han llevado a los directivos de La Manga Club a resolver el contrato, según fuentes cercanas a la empresa.

Hasta los propietarios de viviendas y comerciantes del complejo conocían desde hace meses que los directivos de La Manga Club estaban descontentos con Hyatt y que negociaban cómo romper la relación comercial sin acabar en los juzgados.

Desde que en la década de los noventa se hizo la gran reforma del hotel Príncipe Felipe, buque insignia del complejo junto a su oferta pionera de golf, la cadena Hyatt aportaba un director para la gestión de los alojamientos y la hostelería, además de una marca con prestigio y una gran red comercial en todo el mundo. Todo ello a cambio de una minuta anual con bastantes ceros. Aunque las cifras nunca han trascendido, trabajadores del hotel hablan de «exigencias casi caprichosas» de los americanos para un resort que se vende sólo en el Reino Unido (perteneció a la naviera británica P&O) y goza de buen nombre en los países del norte de Europa gracias a su oferta de deportes.

Mantener el empleo

Fuentes de La Manga Club confirmaron ayer que la nueva situación se notará en la cuenta de resultados de una compañía que se enfrenta a un concurso voluntario de acreedores y a un expediente de regulación de empleo que supondrá el despido de 85 trabajadores a finales de mes. La plantilla mira con recelo la situación, porque las maniobras que han iniciado muchas grandes empresas para adaptarse a la nueva situación derivada de la crisis mundial puede dejar a más gente en el camino.

La presidenta del comité de empresa de hostelería, Úrsula Gallego, se alinea entre los escépticos. En declaraciones a Efe, auguró que la ruptura de la alianza con Hyatt «agravará» la situación del complejo propiedad de la catalana MedGroup. Ella lo ve como un «retroceso» que aumenta la incertidumbre en la plantilla.

Adiós a España

Pero otro dato clave a tener en cuenta es la pérdida de influencia de la cadena Hyatt al menos en el mercado nacional. El pasado mes de octubre también finalizó la gestión del segundo hotel que tenía en España, el Villa Magna de Madrid. Como ocurre en el caso de Los Belones, los propietarios del lujoso establecimiento, los portugueses de Sodim SGPS, rompieron un vínculo de 18 años para recuperar la gestión con el propósito de ser más competitivos y obtener mayores márgenes de beneficio.

«La marcha de Hyatt no supone ningún cambio en el modelo de gestión de La Manga Club, cuyos servicios se mantienen con la misma calidad», confirmó escuetamente un portavoz de la empresa. Lo mismo que dijeron en octubre los dueños del Villa Magna.

Hoteles y restaurantes seguirán con los mismos responsables que tenían. Y en cuanto a sus plantillas, se mantendrán como hasta ahora, aseguran. «Este factor y el know how (saber hacer) y estándares conseguidos en los 37 años de gestión como líderes del sector, asegurarán la calidad de la operación y del servicio, a través del compromiso constante con la excelencia y la superación de la experiencia de los clientes», comunicó la empresa el viernes.

Ponen como ejemplo de ello que, en plena temporada baja, en el apartotel y otros servicios de Las Lomas trabajan al máximo nivel por la presencia de numerosos equipos profesionales de fútbol y rugby del norte de Europa que hacen aquí sus pretemporadas de invierno.