"Leo en tus ojos, el mar,
aguas de un tembloroso
cristal roto en tu mano.
En ella rojos surcos
prolongan mi una vida
frente a tu mirada al mar.
Un desvanecimiento o
resonar final de un Mi,
donde cedo el testigo
a mis pies más desnudos,
como el suelo que piso
lleno de cal, y sangre,
derretida, diluída,
entre restos de licor.
Un abrazo a mi cara,
de tierra tan violada,
con un muy seco gesto.
Yo no huía por cobarde,
corría gallardo un hombre
que no puede ni quiere.
"Leo: son tus ojos la mar,
tus manos las vasijas
y tus pies del caminar.
No leo más que miradas,
de mequetrefe hirsuto
acomplejado y demás.
Repliques al destino
no ensancharán senderos
"Recuerda el yo no quiero
"Olvida el tu no puedes
y esa vieja melodía
está muy oída en Mi
tú, oh, mi rey del desplante
victorioso y pírrico.
Anuda ese corazón
a tu alma sin reposo
y tendrás mil razones.
¿Acaso no está claro?
Todos somos para tí
y tú para nosotros.
"¡Que no quiero, ni puedo!
¿Quién es vosotros todos?
No soy más, sois vosotros:
¿miles con o contra mí?
Ni uno ni otro me temo.
Deja que me retuerza,
una más, ahí mi fuerza.
Así hasta que fallezca.
Así hasta que fallezca.
Acabo de entender el porqué de tu apellido, ecléctico.
Y el título de lo más logrado..., con las ganas que tenía de conocer a un faquir cantando un blues...
... a seguir reinando rey del undergraund.
Danke schön Alfaro. Siempre atenta como una gata a todo lo que se menea, que no quiere decir que esté vivo si no que se mueve.
Leo del Mar y del Aire que le faltó al nacer queda muy agradecido, una vez más.
Vayamos todos juntos al faro. Reyes o mendigos, da igual: nos esperan allí arriba.