Blanca desde su castillo

*Foto publicada sin pedir permiso a nadie de la región de Murcia

La 'S' en Cortázar es más un mal chiste que otra cosa, aunque podría ser también traición a la nación, o no, o sí

Que me digas que la tiene más gorda
no me importa
que sabe ser suave o duro cuando toca
tampoco

menos aún
que todo sean risas y bailes con él
no tantos ratos de tedio conmigo

podría partirme la crisma
no lo dudo
o batirme en buena lid
quizá
al ajedrez

pero nunca nunca nunca
oye nunca
pronunciará Cortázar como se merece

No seré yo quien siempre lo dice mal, ¿o sí?

Las intenciones finales tardíamente reconocidas (materializadas en una fregona de barrio) de 'Otro hijoputa'

Tú,
que arrodillada frotabas nuestra mierda,
tú me haces feliz ahora que lloras
y gimes.
Y gimes y lloras.

Niña pronta que pronto encerabas el suelo de mi babeo.
Ahora que no puedes con el batir de tu hombre
grita, grita
y escupe tu sangre.
Escupe tu sangre joven,
escúpela sobre el piso.

Tu sexo,
igual de sucio,
igual de orgulloso,
justifica la mayor putada.

Sí nena, ya va, nena,
ahí va la verdad
que te ensarto
y ensarto,
te ensarto y ensarto tu propio palo.

Y si no eras tú la culpable de la mugre,
fue otra que se te parece.
¿Y qué?

Hago el bien sin mirarme,
soy el guardián entre los míos:
héroes caídos entre vosotras.
Malas putas,
no os dejaré desangrar de viejas;
porque este ya está aquí,
y a la que pille
Magdalena la confiese,
porque reconocer,
no la va a reconocer ni su padre.





Mujer. Todo un canto concienciado.

Este... marramiau

Si tu constante decir sí
me fascinó al comienzo,
cómo culparte de ello
si se lo dices a otros,
aún menos bellos.

No hay corazones rotos.
Es la mentira la que tala
confianzas de todo deseo;
separa el tronco de la verdad.
No amor, eso no está feo.

Parte no obstante si quieres pues, allá.
O me voy yo si prefieres,
aunque yo por mí me quedo (acá donde enterré un gato).
Si no confías, iré por mis sombras
de las que sólo tú me puedes sacar.

Libres somos para dejar
al amor su camino encontrar.
Y seguirá su andar erguido
sin pasos cambiados,
soportado por nos, los queridos.

Adiós,
pero,
hija de la gran puta
como me hayas pegado algo
juro que iré a juntarte el ano con el ombligo
para que puedas también cagar por donde tus hijos no serán paridos.

Último coincidir por ahora

Al verla doblar la esquina de una plaza, totalmente sumergidos todos en dorados, estupefactos los ojos no se creyeron a sí mismos cuando le sonrió. Perdón, me sonrió. Miré a mi lado, miré al de ella y no vi la oportunidad de aprovechar otra vez la única ocasión de mi vida. Su blanco ojo, la blanca piel palidecieron la argenta luna sobre el otro oro vidrioso de esa plaza, apoyado en dentelladas de unos dientes de marfil repulido de entre la cera raspada a las canas de Dios.
Rieron matadores como solo pueden reírse de uno los propios amigos de farra al relatar la cercanía de un golpecito de voz inaudible a oídos necios de un soñado destino.
Mi "me ha saludado" no decía nada de su sonrisa, pero bastó por sí solo para recibir unas palmaditas comprensivas por parte de ellos en mis hombros. Me intentaban retener en su lado, que siempre será el mío según parece, de perdedores eternos y a fe que lo consiguieron una vez más, pues petrificado a partes iguales por la chufla de mis colegas, la propia incredulidad atenuada y el rigor obligatorio de la farlopa consumida que ni la cerveza que fluía cual riada por mis venas hicieron posible esta vez el más mínimo acercamiento que acaso al menos sí realicé la primera vez que la sentí.
Y la vi descender la cuesta de la plaza de la Corrada tras cruzar ésta con sus ojos clavados en los míos y más dolientes que los clavos de Cristo. El último giro expectante de ese hermoso cuello que posee antes de abandonar por completo los dominios de mi visión coincidió con mi abatimiento desazonador total, cristalizado en el reflejo de mis lágrimas confundidas entre el moquillo brotante de mi nariz y el baldeo, que la perenne lluvia norteña había soltado sobre el adoquinado suelo de piedra arenosa del valle por lo menos de por donde Entralgo, de esa plaza durante toda esa noche, víspera de una fiesta de la Hispanidad.
Un incipiente 12 de octubre de madrugada en el cual otros descubrieron América, yo me confirmé como el menos sagaz de mis antepasados, lejos de sus alturas de miras y latitudes, tan cerca del abismo sin embargo que sin duda levantaría admiración entre los más creyentes de aquellos, que Dios sabe los hubo, ya que oteando los horizontes de El Dorado, reculé y volví la espalda a la, para tan pocos elegidos, tierra prometida, prefiriendo quedar a la deriva en el zozobrante mar de aguas residuales de una vida en la cual por más estiércol que le eche nunca se abona más que de deseos y anhelos mentirosos e improcedentes; tan llena de justificaciones ramificadas desde una tierna infancia indolente hasta el día de hoy de esta vida, y sólo para haberse consolidado la misma como astillas de esas ramitas infructuosas que brotaron desde el primer día en, peor aún, hacia, mis adentros. Y esto no puede más que ser llamado vida de mierda.
¿Sabes qué imagino, qué deseo, Blanca, cuando recuerdo esa noche?
Poder darle al rewind para verte descender otra vez esa cuesta y repetir ese momento una y otra vez.
Sin intervenir, por supuesto, igual que aquella noche.

No ser de Jujuy es un poema

Puestos a pedir
me pido un lugar donde reirme
de todos los deseos sin cumplir
en todos los agostos mal quemados
Así pues cambia el mate por el daiquiri
mi vida no me creas a mí tan guiri
que otro argentino ya sé que ha aterrizado
nomás para alejarte otra vez de mi lado

pa, pa, paran paún
amor esto no es plan
pa, pa, pa, pa paún
que yo no puedo más

Pero
otra vez insisto
en retenerte más allá de lo previsto
por tu corazón tan sofocado
en esos amores tuyos de verano
Y es que soy un tonto por creerme
que te importa algo más que ser la reina del pete, pete

pa, pa, paran paún
amor esto no es plan
pa, pa, pa, pa paún
que yo no puedo más

Aunque quiero que sepáis una cosilla
debajo llevo una camiseta de Asprilla
y le rezo a un tal Codesal
Tampoco ganarás con él el mundial

pa, pa, paran paún
amor esto no es plan
pa, pa, pa, pa, paún
que yo no puedo más

pará pará pará pará pará
que ya no aguanto más

Pero
otra vez insisto
en retenerte más allá de lo previsto
por tu corazón tan sofocado
en esos amores tuyos de verano
Y es que soy un tonto por creerme
que te importa algo más que ser la reina del pete, pete

Una de las características propiedades fundamentales del papel de váter

La celulosa es ideal, y muy higiénica, para combatir al mal en su misma fuente de origen.

Primer encuentro

Volabas un vestido verde
en una nebulosa tarde.
Julio el mes, Oasis un lugar.
Los catorce rondabas
con tu sonrisa solar.
Caracoles negros caían
engarzados uno al otro
como un poema gitano
que se dice cantar.


Fue la primera vez
en que sentí Norteña
obviar el ser gris,
aún en verano.
Mas no sólo para mí,
sí para todos los ellos,
trituradores de cañas;
ilusionaste fácil el amor:
que a mí al que más.


Acerqueme a balbucear
rígido para sin lengua bífida
ni una palabra rememorar.
Recuerdo sólo tu mirada.
No olvido el color de cada cosa
sólo el de los ojos, hasta el tuyo.
Será que muestran nada,
pero me vieron por dentro,
y juro que esos brillaron.


Pero ahí quedó, como casi todo,
en nada, en la nada de unos versos,
futuros como esos besos
que ni llegan ni se aparecen
donde tú caminas o golpeas.
Sin embargo allí me hallé
el comienzo descorazonado
de un anhelo inasible.
Desde entonces adoro el romero en mi sopa.

17. La última noche en el parque

Y el peso enorme bajo el que le aprisionaba su injusta pasión se aligera. Más y más. Tan liviano se siente desprovisto del lastre que resultó ser su amor por esa Tía, que jura y reperjura que ninguna otra mujer jamás volverá a hacerle daño. Pero, ¿cómo conseguir ese objetivo que no es tal? ¿Cómo lograr alcanzar a alejar el amar? ¿En qué debe él ahora no fallarse a si mismo ni recaer en viejos vicios y así evitar el amargor de un siempre último y fugaz beso?
¿No enamorarse? Esto es una ilusión.
¿Entregarse a alguien tan inalcanzable, tan fuera del radio de su influencia, que no le permita veramente aspirar a ser respondido? Una opción válida como cualquier otra.
¿Debiera esta mujer ser alguna diosa humana o figura cuasi o no mitológica como Helena de Troya, Juana de Arco interpretada por Mila Jovovich, Liberace, Summer Nyte , la Remedios de Gª Márquez o quizá incluso la inevitable Reina Sophía?
Puede que tampoco sea esto lo que necesita y no lo tiene nada claro.
Y es grande la confusión en este momento de nuestro protagonista y le afecta más allá de lo aconsejable hasta el punto de ni siquiera querer recordar los nombres que una vez tuvo...
No, no consigue recordar, cree haber sido Juan, y con Julio se equivocó y de todos modos ya acabó, y lo que una vez fue deja de existir cuando deja de verse. Liándose a cada pensamiento escurrido de su esponja hoy muy seca por los excesos de la última celebración a cuento de su recuperada libertad festejada la última noche en el parque de toda la vida, persigue la metamorfosis necesaria para enderezar nuevamente su destino sin obtenerla. No acaba de dar con la combinación de teclas que se lo permitan de manera coherente y entendible siquiera para él.
Todo este, su rollo, se le antoja inutilizable como el papel de váter que se precipita por descuido hacia su destino prematuramente. Con lo fácil que sería todo si simplemente se convenciera, quitándose más allá esas pajas, de que en realidad todo lo que necesita a día de hoy es una mujer blanca por fuera, blanca por dentro y blanca alrededor.
Blanca, Romero digamos, y tendría, por ejemplo, esta pinta:



Y el perdedor es...


Leo durante sus habituales tareas de investigación acerca del camino a la felicidad completa del hombre-oso.