Leo Mares. Otro mundo.

Ningún padre tenía que enterrar a su hijo, ningún niño tenía que buscar el pan entre la basura, nadie se daba cuenta -tarde- de que el papel higiénico se había acabado, nadie se casaba porque sí, el tabaco no mataba, los políticos representaban a los ciudadanos, el Madrid y el BarÇa jugaban cada dos semanas, ningún perro era abandonado, las mentiras nunca se descubrían -luego no existían-, la gente usaba el coche cuando lo necesitaba, , el café no se quedaba frío, los camellos nunca tenían el móvil apagado, se veía la televisión cuando no había nada que leer, nunca llovía los domingos por las tardes, las bibliotecas abrían por las noches, el alcohol no dejaba resaca, en ninguna fiesta se terminaban los hielos, nadie escupía al hablar, ningún final de película defraudaba, nadie se quedaba nunca a medias, ese señor con bigote no hacía declaraciones, Brigitte Bardot seguía teniendo veinte años -y Marisol-, Darín tenía dos oscars, ningún examen pillaba por sorpresa, el dinero era sólo dinero, los programas de libros se emitían antes de que la gente se fuera a dormir -y eran entretenidos-, lo tinteros no se secaban, las flores no marchitaban, no se llamaba relatos a los cuentos, los bares no cerraban, los niños no eran crueles con los demás niños, las abuelas no se morían, Márai seguía vivito y novelando, una entrada de cine valía menos que renovar el móvil, los niños no querían crecer, no había publicidad en televisión, Miss España era la más guapa de las candidatas, nadie hablaba por hablar, sólo podían comprarse libros en las librerías, el baloncesto era el deporte mayoritario, España no sólo toros y flamenco para los extranjeros, no había atascos ni colas, Franco era un personaje de ficción -como Sherlock Holmes-, nadie cobraba menos de diez euros a la hora, ninguna persona era ilegal, no había teletienda, se tenía en cuenta a Escohotado, encontraron a un hombre que había leído de un tirón El péndulo de Foucalt -y no había oído hablar de Dan Brown-, en verano se podía dormir por la noche -y las farolas se convertían en fuente-, ningún hijo era ilegítimo, ninguna sequía pertinaz, ninguna idea descabellada, no había culos sin asiento, todos los árboles olían a azahar, el cielo existía de verdad -y la cerveza era gratis-, los ceniceros no olían mal, no existía Telefónica, ni la Celulitis, no había límite de préstamos en la biblioteca, aún se grababa en vinilos, Beckam era bajito, feo y con granos, ningún hijo pillaba a sus padres en la cama, no había apuros a fin de mes, los bancos prestaban dinero a quien lo necesitaba, los editores se arriesgaban, los amigos no traicionaban, los amores se correspondían, los horarios no eran esclavos, la lentitud era una virtud, el miedo un mal sueño, las cucarachas se morían, las palomas no cagaban, las apariencias no engañaban, no se doblaban las películas, las camisas no se arrugaban, las llaves no se perdían -y tampoco se quedaban puestas por dentro-, las tostadas no se quemaban, los lectores no confundían al escritor con el narrador, los espejos no se rompían, Robin Hood era de hueso y carne –y no llevaba traje ni corbata-, se acertaba la quiniela una o dos veces al año, las pistolas eran de agua -menos las de Estados Unidos, que eran de colonia-, Guerra y Paz era sólo una novela clásica, las heridas curaban, los abre fáciles se abrían fácilmente, los conductores no gritaban, se lloraba sólo de alegría, los barcos no se hundían, los besos no se perdían, los poetas podían comer. Y los cuentos como este no tenían fin…

…cada lector aportaba el suyo propio.






Este texto titulado 'Otro mundo' ha sido copiado del blog de Leo Mares, sí, Leo Mares.

Axioma vital 3. Y 2 y 1 (+0)

Hacer algo por los demás justifica no hacer nada por uno mismo.

Creer, en sí mismo, equivale a desconfiar de Dios.

Se esperará a que el momento llegue, y pase, antes de salir en su persecución.

No aspirarás a creerte tus pripios pensamientos.

Entrada programada para el 28 de julio, hoy 25, 2009, creo

(...)

Segismundo, ni toxicómano ni el de de la Barca, sino Freud, espirando eclécticamente

No creo superfluo, ni mucho menos injustificado, intentar aquí la demostración de que nuestro actual conocimiento de los procesos anímicos, conquistado por medio del psicoanálisis, puede procurarnos ya la comprensión del papel desempeñado por el deseo homosexual en la paranoia. Investigaciones recientes han atraído nuestra atención sobre un estadio de la evolución de la libido, intermedio entre el autoerotismo y el amor objetivado. Tal estadio ha sido designado con el nombre de narcisismo, y consiste en que el individuo en evolución, que va sintetizando en una unidad sus instintos sexuales entregados a una actividad autoerótica, para llegar a un objeto amoroso, se toma en un principio a sí mismo; esto es, toma a su propio cuerpo como objeto amoroso antes de pasar a la elección de una tercera persona como tal. Esta fase de transición entre el autoerotismo y la elección del objeto es quizá normalmente indispensable. Según parece, muchas personas se estancan en ella durante un espacio de tiempo habitualmente prolongado, y perdura, en gran parte, en los estadios ulteriores de la evolución. En el propio cuerpo elegido así como objeto amoroso pueden ser ya los genitales el elemento principal. El curso posterior de la evolución conduce a la elección de un objeto provisto de genitales idénticos a los propios, pasando, pues, por una elección homosexual de objeto antes de llegar a la heterosexualidad. En consecuencia suponemos que los ulteriores homosexuales manifiestos no han logrado libertarse de la condición de que el objeto elegido posea genitales idénticos a los propios, conducta en cuya determinación ejerce intensa influencia aquella teoría sexual infantil, según la cual los dos sexos poseen órganos genitales idénticos.


Sigmund Freud: Paranoia y Neurosis obsesiva. Dos historiales clínicos, Alianza Editorial, Madrid, 1974, pág. 71 y subsiguiente

Hoy como menú tenemos la especialidad de la casa

Tal como fueron las cosas no esperaba que regresara a mi lado tan pronto.
El uno de abril, cuando en medio mundo están de broma, de hace tres años, se me ocurrió contárselo todo. Cenamos en Pino's, yo odiaba la lasagna de allí, pero la pedí de todas modos. Quería ir entonándome, ponerme en situación, desagradable por decir así, pues ya tenía de antemano pensado confesarme esa misma noche. Por completar, para su delectación, avine también en el gasificado al extremo lambrusco rosado de Reggia Emilia, specialità della casa.
Era lunes, o martes, no recuerdo bien y había pocas mesas ocupadas, tres o cuatro, y espaciadas entre sí, en el restaurante, suficientes para no estar solos. Entre semana no solían, ya cerró y ahora es una delegación comercial y almacén de una firma mobiliaria que se publicita en suplementos y revistas varias, abrir más que la sala principal que aún así se antojaba exagerada para tan poca clientela a esos manteles ajedrezados en rojo y negro. El amarillo de la pared y los neones tan blancos a su vez, tampoco ayudaban a crear ningún atisbo de intimidad, pero a ella siempre le gustó ese restaurante. A mí me vino de perlas su elección, una vez mis segundas intenciones iban a materializarse en otro relato, o mejor aún, poema, ya que este no iba a ningún lado.

El oricio, o erizo de mar, según mi latitud, en el sentir de la vida. Un post poético más.

¡Ay! (¡Ahí!)

Dos poemas de Lydio Trémelez

Ardor ralo

Irte, estarte:
ver impelido el recorrido de una arruga.
Gemirte fuerte,
a pesar de la repugnancia.


XIV

Ultimado Séneca en la epístola,
vierte la condena, refluye solo:
"Qué bueno que no faltó el pan, envenenado."


Lydio Trémelez, Poemas crepitados, Conchinchinos, Santiago de Guayaquil, 1994

España ha cambiado

las niñas de ahora, todas, tienen quince años
los tatuajes son el vello del brazo
ganamos el Tour cada año
(y Joy Division suena en cualquier centro comercial)
España ha cambiado
los veranos se han hecho cortos y nosotros altos, europeos
el fútbol ya no es el rey, lo juegan dioses
nadie lee pero todos escriben, breve y mal
(y The Cure suena en cualquier centro comercial)
España ha cambiado
los pobres conducen coches franceses
el vino es cosa importante
y tú eres importante
(Mecano suena en cualquier centro comercial, y Bisbal)
España ha cambiado
nadie sabe inglés pero si no lo hablas no trabajas
y las chicas hablan francés, todas, y los chicos, todos
yo por mi parte no entiendo nada
a ver si España al final no ha cambiado
y en cualquier centro comercial
lo que se oyen
son
campanas

Amante espera

La espera terminará cuando al fin vuelva por aquí. Demasiado tiempo esperando, cualquiera lo diría, ansiando su regreso en esta casa tan pequeña con cocina integrada en la salita, un solo dormitorio, un baño. Treinta metros cuadrados de soledad envuelta en mantas sucias como el suelo y muebles, que no quitan el frío. Sólo el porno que emiten a estas horas hace un poco de compañía. Que no podía llegar antes, que necesitaba arreglar, poner en su sitio ciertos asuntos pero que ya estaba de camino, le dijo, y que esto tampoco lo había hecho nunca por nadie, que siempre era la otra parte la que volvía, que así debía ser dadas las circunstancias, pero que bueno, lo haría, alterando sus planes por sus ganas, necesidades, según se mire.
Hasta el porno aburre llegados a ese punto, tres veces ya, y se decide a poner un disco, de esos clásicos, atemporales por el momento, que hable de ellos, sobre todo esa canción. Siempre tuvo mucho amor o similar que dar, y recibir, aunque no es comparable a lo que recibe y da quien está a punto de llegar, es otra cosa, menor siempre, que acaso le sirve para llenar el vacío de la espera. Bendice la noche en que lo conoció.
Ya ve el coche aparcar, ahora que viene la canción, su canción.
Lástima que no le pidiera traer también cigarrillos. Va a ser una noche larga.

SATURDAY NIGHT DICE


Cruce de caminos nº 4

Javier García y Daniel Romero han vuelto a conseguir publicar un nuevo número del fanzine literario Cruce de caminos.
A modo de celebración de esta hazaña recupero un relato obra de mis teclas aparecido en el cruce anterior. Enhorabuena Daniel. Enhorabuena Javier.


El secreto de Kid Guadalupe


"Tienes que pegar primero, hijo. Cuando llegué al barrio hubo un matón que me quiso acojonar, ¿sabes qué hice? Me lancé a por él y le mordí la nariz. Se revolvió de dolor. Me levanté, me quité las sandalias y me fui otra vez a por él. Casi las rompo de la de hostias que le dí. No puedes dejar que te pisen, hijo. Tú siempre primero."
Yo no atendía a nada de lo que se me decía en mi esquina. La historia de mi padre me dominaba.
Desde que recuerdo no hay momento de confrontación en que su historia no se haga hueco en mi cabeza.
Los casi 75 kilos de Chulo Gómez saltaban prestos ya en su córner.
Ahí estaba, como de costumbre desde que reapareció, en primera fila con alguna de sus fulanas: "pégale primero hijo, que está viejo. Tú puedes con él. Como siempre hijo, primero y fuerte. Dale fuerte."
Lo hice. Gané el asalto. Pero Chulo se reía en su taburete. Se las sabía todas.
"Entiéndeme hijo. Un hombre es un hombre. No tiene por qué enterarse. ¿Me entiendes?"
El segundo estuvo más igualado. Aun a pesar del cabezazo, el asalto fue mío. Chulo sangraba, y reía.
Mi padre daba el espectáculo abajo y la fulana se lo pasaba en grande entre tanta testosterona.
"No quise hijo mío. Se me fue la mano, pero se pondrá bien. No te preocupes."
Chulo Gómez no reía cuando lo arrastraron hasta su esquina.
Siempre gano por KO cuando viene mi padre a verme. No suelo necesitar más de tres asaltos.
Soy un campeón.

Por el sendero de Conny Kramer

Huir del camino.
Correr.
Se huele el miedo.
Cerrar los ojos.
Soñar.
La oscuridad denota.
Cuando uno aguanta hasta el final es igual a victoria.
Hay gente dispuesta, dispuesta a todo; a no ser lo que son en esta vida.
Todo está preparado para el gran día en que un hombre se adentre en el inconcebible diaporama que es la vida. En la inconcebible vida.
El terror que siente no le permite formularlo mejor.
Él es así, lleno de vida, mentira.