En tal día una trilogía pregenésica, una triada mito-literaria, tres muestras de sátira que ni Monterroso y un pequeño parecer al coste de una entrada

Tánato llegó, vio y se fue imbatido.
Eros llegó y se fue solamente.
Adán y Eva llegarían tarde.



Sísifo solo para cuando te lee.

Las euménides escriben sobre estraza contra Orestes como tú.

Io debería alumbrar las noches a partir de 451 grados Fahrenheit.



Las ninfas lloran desconsoladas hasta formar charco.


El samurái debe penetrarse la pluma para poder dar con el ombligo del mundo.


El globo voló tan alto que nadie recordará quien sujetaba el pliego de cordel.



(Si Vila-Matas no fuera tan feo le adjudicaría a él estas criaturas o a algún meridional con cara de Kerouac. Mas no hay más as en la manga que yo.)
Vayan ustedes a sus senos de Abraham, que se está bien, calentito entre fieles.
No apostate usted que se pasa fatal.
Me pongo los cascos: Tontotontá tontotontá tontotontá...

Esto va con un guiño soberbio, sobre todo, para mis amigos argentinos de minificciones.com, tan boludos como yo.