Con lo mil veces citado de Jack Kerouac encabezaba Lydio Trémelez la primera sección ("Palo y hatillo") de lo que se convertiría en su último libro de poemas conocido, allá por el año 2004. Quepa decir que el autor detestaba la apelación 'poemario' para sus libros por encontrarla inconcreta en exceso.
Rodar y rodar no es sólo una vuelta ideológica al mundo por parte de Trémelez sino que es a su vez una vuelta al mundo geográfico donde en los diferentes apartados de la obra da cuenta de multitud de aspectos sobre las distintas parcelaciones cartográficas vigentes realizadas por la humanidad.
Incluso se permite la boutade de dedicar a las nuevas conquistas, véase Luna y Marte, sendas elegías en "Nuevas playas". Y a Norteamérica, ignorando despiadadamente a Canadá, le dedica en un guiño cariñosamente burlón a Whitman "Un canto a ti misma", compuesto por unos brutales 50 sonetillos.
Rodar y rodar no es sólo una vuelta ideológica al mundo por parte de Trémelez sino que es a su vez una vuelta al mundo geográfico donde en los diferentes apartados de la obra da cuenta de multitud de aspectos sobre las distintas parcelaciones cartográficas vigentes realizadas por la humanidad.
Incluso se permite la boutade de dedicar a las nuevas conquistas, véase Luna y Marte, sendas elegías en "Nuevas playas". Y a Norteamérica, ignorando despiadadamente a Canadá, le dedica en un guiño cariñosamente burlón a Whitman "Un canto a ti misma", compuesto por unos brutales 50 sonetillos.
Tal y cómo se espera de un maestro del arte menor, como es el autor de Mínimos sobrantes, en los 192, casualmente el número de miembros de la ONI en la actualidad, poemas que conforman el globo terráqueo de Rodar y rodar, publicado originalmente en Lima, Perú, por Tungsteno en una delicada edición, no se supera nunca el número de ocho sílabas en el recuento.
Y es que se puede ser muy grande con muy poco.
Quizá habría que destacar "El cant dels ovelles", uno de los tres poemas consagrados a España, como epítome, por elegir un texto en concreto y que por estos lares ya ha conquistado el imaginario colectivo, de esta obra. Como aquél en que caben toda la ternura, humor, ironía, que es eso que no debe confundirse con humor jamás, y el resto de la singular pero aún tan total visión vital de este grandísimo poeta heredero de la tradición bolivariana, y punto de partida de tantas generaciones de poesías, incomprensiblemente desaparecido llamado Lydio Trémelez.
Aquí en ESPIRADOR ECLÉCTICO irán apareciendo a modo de degustación en las próximas noches los doce haikus de la primera sección que se dedica en ese libro a Suramérica.
Relataba la madre de Lydio, a la que le encantaba Nino Bravo, en sus Memorias de mi hijo pródigo. Una remembranza de Lydio aparecidas en 2008, que se despidió de ella con un pícaro pero sentido 'Me voy pero mañana volveré' antes de partir con diecisiete años a hacerse las Américas.
Nunca regresó al hogar.
Ustedes ahora se pueden encontrar con él en cualquier departamento de librería de El Corte Inglés.
Estén atentos.
Feliz Navidad.
Y es que se puede ser muy grande con muy poco.
Quizá habría que destacar "El cant dels ovelles", uno de los tres poemas consagrados a España, como epítome, por elegir un texto en concreto y que por estos lares ya ha conquistado el imaginario colectivo, de esta obra. Como aquél en que caben toda la ternura, humor, ironía, que es eso que no debe confundirse con humor jamás, y el resto de la singular pero aún tan total visión vital de este grandísimo poeta heredero de la tradición bolivariana, y punto de partida de tantas generaciones de poesías, incomprensiblemente desaparecido llamado Lydio Trémelez.
Aquí en ESPIRADOR ECLÉCTICO irán apareciendo a modo de degustación en las próximas noches los doce haikus de la primera sección que se dedica en ese libro a Suramérica.
Relataba la madre de Lydio, a la que le encantaba Nino Bravo, en sus Memorias de mi hijo pródigo. Una remembranza de Lydio aparecidas en 2008, que se despidió de ella con un pícaro pero sentido 'Me voy pero mañana volveré' antes de partir con diecisiete años a hacerse las Américas.
Nunca regresó al hogar.
Ustedes ahora se pueden encontrar con él en cualquier departamento de librería de El Corte Inglés.
Estén atentos.
Feliz Navidad.
Aupa, Leo, interesantísima entrada, por motivos incluso laborales, eso de la "parcelación cartográfica" me interesa bastante, hace poco incluso hice un pequeñísimo comentario en mi blog, ese libro, Rodar y Rodar, ¿es accesible? He de confesarte que no sabía, ni sé, pero intentaré saber quién era o es Trémelez.
Estaremos atentos. Muy interesante... Yo también detesto la categoría "poemario", por aplicarse a todo deshonrrosamente, banalizando la(s) obra(s), por dejadez cuasilaboral, cuasimediática. Aj...; y a mí, por haberla utilizado así en ocasiones. Aj... Qué asc.
Yo he conseguido ya, por fortuna un tanto anómala, que diría San Leandro, patrón de los malentendidos, la totalidad (o eso me parece a mí) de la obra de este poeta de un valor inexplicable pero sereno. No obstante me obligo a no hacer más comentarios, por si acaso.
LM
Señorito Caulfield, leí con gran interés la entrada mencionada en su interesante y desenfadado blog.
Posiblemente, ya que intuyo que en el de Barakaldo no encuentra este libro, seguramente en El Corte Inglés de Muskiz puede encontrar algún ejemplar. Por cierto cómo se dirá Muskiz en castellano, ¿no será Mosquis?
D-D-D, tristemente no puedo estar de acuerdo en lo tocante a esa infame definición sólo en muy pocos casos, ya que como comprobamos en la mayoría de casos un poemario para nuestros poetas es simplemente eso, un conjunto de poemas distintos metidos en un mismo saco sin ton ni son.
Me temo Don Luis Miguel que toda, y digo toda, la producción de Trémelez no puede obrar en su poder ya que obtuve, pagando un precio muy alto por ello, eso sí, un manuscrito original inédito de Lydio en una laboriosa transacción comercial. Y sobre esos textos, ya que viene al caso, poseo los derechos de edición para toda Europa. Puede que algún día le enseñe no sólo a usted sino al mundo mi pequeño tesoro.
En todo caso estoy seguro que Lydio estaría muy contento de que alguien de su calibre aprecie y se interese por su obra.
En castellano es Musques, aunque su verdadero nombre era San Juan de Musques. Nosotros, toda la vida lo hemos llamado Somorrostro, ahora, no debe ser el nombre adecuado. Mosquis quedaría mejor, es lo que puedes decir cuando bajas de Las Carreras y te encuentras de morros (de so-morros-tro) con la ciudad eléctrica de la Petronor. Gracias por la información. Ahora, ¿hay un Corte Inglés en Muskiz? ¿en un pueblo de 7,000 hab? No tenía ni idea, ¿no será un hipercor? De todas formas, sabiendo que está en el CI ya lo buscaré. Gracias por los comentarios y suerte! Ya he visto que has empezado con los haikus. Thanks!
Mosquis, esto es lo que llamo yo un comentario didáctico y entretenido a la vez en un par de líneas. Sí señor. Gracias por la info.
Y suerte.