1. La tercera cerveza tiene el regusto conocido de la derrota. Hora y media meciéndome en este rinconcito de un pueblo de pescadores. 2. Aguardando tus señales decidí de todas estar dispuesto a entregarme, costara lo que me costara. Nunca llevo las de ganar. 3. No mendigo cariño, aunque dé esa sensación. Busco mis razones pero sólo hallo limitaciones en mi ser. Cuarta cerveza: último acto. 4. Hace frío aquí fuera. Mi compañero en esta tarde, noche cerrada ya, de lunes, don Pablo Neruda, me acompañará a mi nidito de ausente amor 5. y juntos escribiremos un triste epílogo a esta historia, salvo que Dios, o tú, dionisíaca diosa, objetéis algo en contra. 6. De antemano te doy las gracias por existir, y por contestarme, si lo haces al fin y disculpa que mi ya alcoholizada persona 7. se tome estas libertades y te idealice, sé que eres de carne y hueso, aunque, y no por ello menos, te tenga en un pedestal. 8. Te envío un beso, el beso, en todos estos ese eme eses de mi anhelante noche.
Nota: Llevaba casi tres meses sin catarlo. Y desde luego que aquella noche mojar, mojé poco. O nada.
Si la ira del plantón le hace denominar a una mujer (por la que se se supone que siente algo) por su atributo sexual, y dicha mujer captó en algún momento algo de su insensibilidad, no es de extrañar que le plantara.
Qué blog tan valiente el suyo, en el que se capan los comentarios...
Muy bueno. Como siempre.