Un poco de La comedia humana de Saroyan


-Más-dijo-. Y más por ahí. Y más. Libros por todas partes, Ulysses.-
Se paró un momento a pensar.
-Me pregunto qué dicen todos estos libros.-
Señaló una zona enorme llena de libros, cinco estantes llenos.
-Y más-dijo-. Me pregunto qué dicen.-
Por fin descubrió un libro que era del mismo color verde de los brotes de hierba.
-Y mira, éste es bonito, Ulysses.-
Un poco asustado por lo que estaba haciendo, Lionel sacó el libro del estante, lo sostuvo un momento en las manos y lo abrió.
-¡Mira, Ulysses! ¡Un libro! Aquí lo tienes. ¿Ves? Aquí dice algo.-
Señaló algo en medio del texto del libro.
-Esto es una "A". Esta de aquí. Y ésta es otra letra. No sé cuál. Todas las letras son distintas y todas las palabras son distintas.-
Suspiró y miró todos los libros que tenían alrededor.
-Creo que no voy a aprender a leer nunca, pero sí que me gustaría saber qué dicen. Esto es un ilustración. Aquí hay la foto de una chica. ¿La ves?-
Pasó muchas páginas del libro y dijo: -Más letras y más palabras, hasta el final del libro. Esto es la vidrioteca pública, Ulysses. Está todo lleno de libros.-
Miró el texto del libro con una especie de reverencia, murmurando para sus adentros como si estuviera intentando leer. Luego negó con la cabeza.
-No se puede saber qué dice un libro a menos que uno sepa leer, y yo no sé leer.-
     Cerró el libro lentamente, lo devolvió a su sitio y los dos amigos salieron juntos de puntillas de la biblioteca. Fuera, Ulysses hizo chocar los talones porque le parecía que había aprendido algo nuevo.


William Saroyan, La comedia humana, Acantilado, 4ª ed., 2010, Barcelona. Trad. de Javier Calvo.